El proceso de la oposición para escoger el candidato que enfrentará al presidente Chávez el 7-Oct debe culminar, si no ocurre algo más en las próximas horas, este domingo 12.
Ha habido un derroche de recursos para cubrir la campaña por todos los medios, desde los más sofisticados y onerosos hasta los más sencillos. Queda la interrogante sobre el origen de esos recursos, ¿financiamiento externo o propio, de algunos candidatos que sí tienen con qué? ¿algún mecenazgo con cobro post facto? El tiempo lo dirá.
En materia electoral y en sus coyunturas hay unos axiomas que deben respetarse. Tienen que ver con la saturación y con la indigestión generada en los receptores por el exceso de propaganda. Cuando ésta apabulla, confunde, no hay tiempo para razonar ni para discernir. Los individuos actúan como la masa. Hay reglas internas en la MUD que fueron violentadas por los mismos precandidatos. En los últimos dos meses, éstos se lanzaron con furia a hacer campaña.
Los expertos en propaganda apelan a tres elementos básicos: la claridad en el discurso, el carisma y la definición propia del candidato. Todos los precandidatos cultivan lo mismo: un discurso opositor de derecha, entreguista e impopular. Hay tres superreaccionarios que compiten entre sí para ver cuál es más extremo: la que le manda la carta a Obama para que rompa con el Presidente; el que tiene el tema del Tribunal de La Haya, y el otro que acusa ante la OEA.
Cierto. Medios audiovisuales y la gran prensa reaccionaria han hecho una súper dupla con los precandidatos de la MUD. Luego se sabrán los costos de esta precampaña que perfila lo que invertirán en octubre. Estados Unidos y los poderosos grupos económicos de la oligarquía que quieren, de todas-todas, ver al presidente Chávez fuera de Miraflores para revertir el proceso bolivariano.
Para el 12-F, los seguidores de la oposición deberán echarse colirio en los ojos y tomarse un aclarador de memoria para saber por quién votarán. Hay confusión total en el votante para seleccionar entre los candidatos para las alcaldías de la Gran Caracas. El Hatillo se confunde con Chacao y éste con Baruta y Distrito Capital. ¿Stalin o Graterón? ¿Ismael o Richard? ¿Caldera u Ocariz? ¿Y, Delsa? Sí. La propaganda aturde.
Periodista
