Cómo pretendes Hugo que seamos indiferentes. No todo el mundo tiene tu aguante, tu consistencia física y mental. Sin duda que debes tenerla. Porque solo una roca es capaz de resistir lo que tú has tolerado y sufrido en todos estos años. Aun esa roca con los embates del martillo se astilla. Las maléficas energías son capaces de abatir un árbol de grueso tronco y raíces profundas. El mal de ojos y malos deseos pueden marchitarlo para que nunca jamás nos provea de sus frutos.
''No es bueno desearle mal a nadie'' dijiste. No creo que haya una persona que esté en contra de esta formula; aun aquellos, que intensamente te lo están deseando.
A ti te han mentado y maldecido tu Madre. Con mucha insistencia descontextualizan cualquiera de tus nobles propósitos. Eres excesivamente compasivo; pero te agreden, te ofenden, te levantan calumnias, te aborrecen, te difaman, te ultrajan, mancillan tu honorabilidad y minimizan tu gran obra. Delante de los buenos y los malos tratan de deslucirte, de oscurecerte y desacreditarte, y muchos de esos ''buenos'' terminan por creer que eres todo lo malo. Un vil un infame.
No señor Presidente, es la impunidad lo que le enferma el alma a la victima. El victimario se ríe y hasta carcajea. Venezuela y su esperpento de democracia representativa, instauró esta clase de monstruos. Malos hijos que lanzan la piedra y esconden la mano. Aquellos que con un carnet te hacían encarcelar y torturar. Fue mi caso, sin tener diecisiete cumplidos. Son los mismos Hugo, para los que continúas solicitando clemencia. En ninguna circunstancia te lo agradecerán, por el contrario, sueñan crucificarte con los clavos más oxidados que encuentren. Una Machado que sin miramientos te ofende.
No mi Roble, no nos digas que estás curado en salud, porque ese pueblo que junto a ti luchamos, a dios gracias por ser mayoría y con buenas energías, sirven de escudo contra los que denigran, y de ti detractan y descalifican.
La envidia, la codicia y sus pasiones mal canalizadas son su Norte; así como sus odios, sus afanes y apetitos por reconquistar el poder; llevan a estos energúmenos enloquecidos y furiosos a nunca bajar la guardia. Aunque tú y el pueblo los perdone, seguirán actuando con alevosía, insidia e ingratitud para destruirte a ti y al pueblo y los pueblos que te siguen.
Decir que no te hacen mella, es imposible. El mismo templo humano de Cristo se desboronó a pedazos con tantos ataques odiosos y perversos. Eres humano Chávez. Cada vez que miras y escuchas un insulto, un vilipendio, una infamia; se te debe encoger el corazón y el cerebro secretar sustancias nocivas para el organismo. La resistencia psíquica, moral y espiritual se debilita con tantas bajezas y ruindades.
Si amigo, Hugo. Mi Presidente, nuestro Presidente. Perdóname toda esta ligereza mía confianzuda. En alguna parte descuidamos una brecha, una fisura. Todas tus repentinas y súbitas dolencias de las que tú mismo has hablado; esos males que te aquejaron, y aunque bien te restableces, te mantienen en cierta convalecencia.
Los ataques personales, gratuitos y sin fundamentos, si deterioran nuestras condiciones físicas, anímicas y mentales; por muy robusta que sea. Basta con observar a tus progenitores, que han llegado a una respetable edad, y tu familia en general y en ellos no pareciera haber antecedentes de ninguno de esos males.
Discúlpame una vez mas mi atrevimiento, pero mi inquietud y desasosiego, la compartimos millones de venezolanos, que no perdemos de vista, que son un grupúsculo de perversos, retorcidos y maquiavélicos; calculando y abusando cada instante de tu generosidad y magnanimidad.
Cuando vemos aparecer al Arría, a la Machado y Cia. Es como un signo pérfido y diabólico. Porque sabemos que no es astucia ni estrategia política lo que los guía. Simplemente son conspiradores e intrigantes. Ellos, y aquella, cuando se dispone abrir la boca, buscará hacerte daño, vomitando patrañas a través de falsas y locas cuentas que no le vienen del cerebro, sino de su condición y esencia misma; capaz de procrear monstruosas exageraciones e inexactitudes para confundir a los lerdos. Es la política de albañal cuyo único objetivo es cortar los sueños que tú le has venido convirtiendo en realidad a todo un pueblo. Un pueblo que se las juega todas en ti Hugo Chávez. Cuídate un poquito más de las felonías y traiciones.
Comandante, lo dijo Frederick Nietzsche. Se necesitaría ser un océano para recibir tanta mierda y no contaminarse.
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