Contradicciones antisoberanas

Si algo caracteriza a la oposición venezolana, es su incoherencia. Toman como estandarte la unidad, pero no se unen. Sus seguidores anhelan que haya un candidato único por ese sector, pero al parecer no será posible.

Se autocalifican de demócratas y se siquitrillan entre ellos a más no poder. A más de uno han dejado con los crespos hechos, empezando por Goicochea. El tema de las primarias para escoger el candidato presidencial y a los otros los mantiene divididos.

La MUD se proyecta como siglas vacías, sin contenido convincente. Tal incongruencia, en el caso de las organizaciones que la conforman, más que sumar resta y genera desazón en los que militan o simpatizan con ellas.

La historia les ha dado una oportunidad de oro para demostrar si realmente quieren y respetan a su patria, a su soberanía. Porque, ¡vamos!, se puede ser opositor y ser nacionalista y defender la tierra donde se ha nacido en contra de cualquier injerencia extranjera. Cualquiera, no importa la que fuere.

El papelón que hizo la oposición en la Asamblea Nacional por el acuerdo de respaldo a Pdvsa generó rechazo en sus propios seguidores.

Desde la postura irónica y burlesca de Julio Montoya, al decir: "Qué soberanía ni qué soberanía, lo nuestro son los verdes, el billete gringo que se recibe por nuestro petróleo"; pasando por el ex de Fedecámaras, que dijo que ni muerto apoyaba ese acuerdo (el de la AN); y por la cara extraviada de María Corina, quien no sabía para dónde agarrar.

Mientras eso ocurría, frente a esa nueva agresión imperial, la furia bolivariana, su fuerza, se multiplicó por mil. En todo el país, en los sitios más recónditos el pueblo se levantó.

La patria de Bolívar no se doblega y ese clamor guerrero se ha hecho presente en todos los centros de producción y refinamiento de Pdvsa. Obreros, estudiantes, trabajadores, hombres y mujeres, han respondido sin dilación.

Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Acción Democrática, Copei, Patria Para Todos, Podemos, Causa R y las individualidades opositoras reaccionaron tardíamente respecto a la sanción del Gobierno gringo a Venezuela.

Se requería un mínimo de pudor y de sentimiento patrio para levantar la voz en defensa del país. Sus seguidores se lo habrían agradecido.

Periodista/Prof. universitaria


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Asalia Venegas


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