"Van a tener que halarle a Alan"...mancheta estúpida de El Nacional

La verdad es que ese pasquín de taguara llamado El NAZianal cada día que pasa se hunde más en el pantano del "cucuño de la madreselva". Miguel Enrique Otero, vómito de la incultura, de sesos escuálidos, sin alma periodística, sin olfato para otra cosa que no sean los negocios de braguetas y preservativos, es lo que se llama en mi planeta, 500 millones de Km. al sur de Venus, un marpesí solano, para no descubrirlo ante los millones de lectores de estas páginas, de las tantas cosas que observé en el piso 3 de ese edificio hace años. Miguel E Otero es lo que se llama el sexto espadachín de los mosqueteros del rey Bush. Y es el quinto, porque cada vez que llega al escenario de los acontecimientos, es muy tarde y todo se ha terminado.

Es uno de esos pobres diablos que van por ahí mendigando talento, pero nadie se lo da, porque, ¿en un cerebro desquiciado? INTENTA menospreciar la Revolución, desde su bunker de alimañas. Con su pléyade de "escritores olorosos a alcanfor, borrachines de La Solano, poetas de la mano rápida, movilizada por el güiski de los treinta mil bolívares, putrefactos arlequines medievales, ratones de El Sena de Las Mercedes, ataca sin piedad, como todo cobarde, escudándose en lo que queda de ese algo que un día fue el periódico más buscado por los venezolanos. Ahora se queda tostado en los quioscos; antes a las nueve de la mañana no se conseguía. JAMÁS se había visto semejante muestra de ineptitud editorial. Nunca un periódico de tanta fama había quedado tan rápidamente muerto por culpa de un solo hombre (¿?) Da lástima el periódico, mas no el irresponsable. Miguel Enrique es un infeliz del periodismo. MOS perdió su semen en él.

No pudo el gran Miguel Otero Silva, tener un hijo con su capacidad mental, que se irguiera como, además de empresario, en un hombre respetuoso de la comunicación. UNA COSA SON LOS PADRES, OTRA LOS HIJOS. El NAZIanal es un refugio de bicharangos decrépitos, que se hacen llamar INTELECTUALES, pero no pasan de ser borregos de la papa y el libidinoso aroma que se expende en las barras de los cuchitriles que frecuentan. A Miguel Enrique le pasa lo mismo que a ese mediocre "clown" llamado Claudio Nazoa. Traicionó el talento de su padre y se enclaustró entre el perfume de la ridiculez y el engaño, luciendo su vestimenta de Charlot de feria pueblerina, vendiendo huevos y sardinas. El NAZIanal es una madriguera de opacos, de enanitos, de articulistas refriteros.

No tienen la culpa los obreros, el personal técnico, que allí labora, de que en la calle a ese pasquín, la gente ni lo mire. Empero tiene sus lectores. Son aquellos que denigran, que se jactan de usar BOINAS NEGRAS y barbas blancas para apoltronarse en el Este y gritar a los cuatro vientos, "Sancho amigo, que…"Sí, soy intelectual, ostia". CABALLEROS de pompas fúnebres, ENFERMOS DE tisis antañona. RIP para El Nazianal y paz para ese hombrecito diminuto, esclavo de la ESCLAVITUD, médula sin calcio, llamado MIGUEL ENRIQUE OTERO que empero camina con dolor al INEVITABLE despeñadero…


aenpelota@hotmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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