Base de operaciones

**** El amarillismo periodístico, originado en la ignorancia e incompetencia profesional, alimenta la mediocridad y se complace en las olas de la banalidad.

Algunos periodistas amarillistas, han denunciado una polémica entre el Almirante Orlando Maniglia y quien suscribe esta columna. La motivan en una supuesta desavenencia originada en una competencia por la vocería del sector militar. Como en todos los casos relacionados con el uso de ese estilo en la práctica de los fablistanes, las razones de ese comportamiento son: la incompetencia profesional y, la ignorancia. Un comunicador idóneo no necesita del escándalo como medio para hacerse conocer, como no lo requiere ningún profesional apto en otros campos. Simplemente reseña u opina, aun para mostrar desacuerdos, usando la lógica. Pero la utilización de estas praxis demanda conocimientos. Por ello, este género encubre la ineptitud profesional y la inopia. En este caso, desconoce las condiciones necesarias para la generación de conflictos: una actitud disociativa, sumada a un comportamiento hostil. Y, en esta ocasión, las partes mantenemos talantes gregarios, por nuestro carácter viscerotónico, y observamos comportamientos extrovertidos. Esto sin contar que pertenecemos a dos categorías distintas. El es una individualidad en plena madurez, con una vida por delante. Yo he entrado en el ciclo vital correspondiente a la vejez, en el cual solo el sostén de la lucidez permite mi persistencia en la vida social activa. El es un figurante, yo soy un referente.
De allí que semejante polémica es irracional. Y, los supuestos contendores compartimos el rasgo de la sensatez, como lo hemos demostrado ampliamente, tanto en nuestras vidas privadas como públicas. Pero no es sólo eso lo que conllevamos. También coincidimos en las maneras, los gustos y el desprendimiento. Pero, por sobretodo, concordamos en nuestras visiones sobre el país y la sociedad y, en particular sobre la corporación militar como área funcional del quehacer nacional. No hay ningún espacio en el cual choquen nuestros intereses. Tal vez puedan haber – y de hecho han existido- las diferencias normales de carácter procedimental. Han sido contradicciones que hasta hoy hemos resuelto con el dialogo, sin siquiera llegar al debate.
Pero hay otro aspecto, no cubierto por los amarillistas que explotan la confusión, también originado en la ignorancia. No pueden diferenciar, en el plano militar, los profesionales que ejercen funciones de gerencia y/o comando, de aquellos que actúan en los Estados Mayores, con tareas de asesoramiento. Maniglia gerencia la aplicación de la estrategia genética – el fortalecimiento y mantenimiento del poder militar de la nación – por lo tanto es responsable de ese campo funcional y vocero oficial del gobierno en esa materia. El signatario de este artículo es miembro de un Estado Mayor – el del Comandante en Jefe de la FA- y sólo analiza y opina (recomienda) a titulo personal. Opinión que hoy es abierta, al alcance de los venezolanos, por el principio de la corresponsabilidad en materia de defensa. Un hecho que siempre he aclarado ante la audiencia.

alberto_muller2003@yahoo.com


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Alberto Müller Rojas


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