Alquimia Política

¿Aporrea.org contrarrevolucionaria?

Recuerdo con cierta nostalgia los días iniciales del portal aporrea.org, cuando comenzó el portal con una línea crítica a las acciones del Gobierno que amenazaba la estabilidad y supervivencia de la revolución bolivariana. El presidente Hugo Chávez, en cierta ocasión calificó a todos los medios de difusión afectos al proceso revolucionario, como “artillería del pensamiento”, y es precisamente la labor que ha venido cumpliendo este espacio: responder los ataques y manejos infundados de la información contra la revolución bolivariana, siempre desde la frase argumentada y sustentada por la lógica teórica y práctica.

En este aspecto, la frase rudimentaria, pasionaria e insustancial, se ha dejado colar, pero ha caído por su propio peso ante la lectura inteligente de los cibernautas; decir hoy día que el portal se ha vuelto en contra de los principios y valores del proceso revolucionario, es mezquino, imprudente y fuera de cualquier realidad. Los articulistas y periodistas que le dan cuerpo al portal aporrea.org, siempre hemos estado al servicio de nuestra consciencia y de la verdad. Sea cual sea el argumento que haga la noticia del momento en el país, ha sido tratado respetando su contexto y exponiendo extrapolaciones o proyecciones analíticas que la visión de la realidad les hace ver, a título individual, a cada uno de los colaboradores del portal.

En concreto, tildar de “contrarrevolucionaria” o “portal instigador”, a aporrea.org, con su combo, que son los articulistas y periodistas, es una triste “mala intención” y una postura que, en vez de verse como una autocrítica, se ve como extensión de un malestar no curado y entendido, sobre los resultados del pasado 6D, del 2015. ¿Fue culpable la línea informativa y crítica de aporrea.org, para la derrota del 6D? Si se hace un estudio del discurso informativo y crítico del portal desde julio del año pasado hasta el mismo día de las elecciones parlamentarias, se puede constatar que el portal fue crítico, acucioso y revelador de la insatisfacción que tenía la masa electoral y que se necesitaba activar las tres “R” al cuadrado que el 2010, llamó el Presidente Chávez a aplicar en todo el aparato del Estado. Lo que hubo desde el portal fue posturas aguerridas en contra del burocratismo y de la actitud infantil del Gobierno de creer que los ministros y funcionarios públicos se seleccionan en razón de su lealtad incondicional, llena de aplausos y sumisión, que por su talento profesional y moral que haga posible adecentar la administración pública y los procesos que de ella derivan para beneficiar al pueblo.

A todas estas, generar un discurso de revisión, rectificación y reimpulso, una vez que el hecho se diera (la derrota del 6D), habiéndose advertido desde aporrea.org, es lamentable. Muchos camaradas vinieron a darse cuenta de la fragilidad del Gobierno el 6D, pero aporrea.org, lo venía describiendo, anunciando y generando salidas, pero fuimos ignorados y como nosotros no nos préstamos para chanchullos ni adjudicación de taxis y demás actos en desbancadas que se hicieron, entonces somos, para algunos, los que propiciamos la crisis y ahora pagamos los “platos rotos”.

Es importante, a todas estas, que cada quien asuma su responsabilidad. El Gobierno ha venido cometiendo errores y la oposición, maltrecha, con sus devaneos con el imperio y sus discursos de conciliación falsos y tramposos, ha capitalizado esos errores. No se pudo controlar la distribución de alimentos ni disminuir las colas; se optó por el populismo más rancio (entregar taxis, mercados solidarios, entre otros); se hizo creer al electorado chavista que el Gobierno era la víctima, cuando la verdadera víctima es el pueblo; y como si fuera poco, se presentaron unos cuadros de candidatos muy cuestionados por la militancia, porque lo que quería el elector comprometido con el proceso revolucionario, era representantes que no llegaran a la Asamblea Nacional a “aplaudir como focas” ni a levantar la mano para votar leyes desconociendo el trasfondo directo de las mismas. El pueblo que nos reclamó el 6D, lo hizo de cara a nuestra arrogancia y fanfarronería, nos puso en nuestro sitio. Si eso no se ha entendido, es bueno que se vaya digiriendo porque ese pueblo ahora quiere de nosotros una postura seria, ecuánime con sus necesidades y valiente para aceptar los errores cometidos. ¿Por qué esperar los cambios desde una Asamblea Nacional que obrará, y lo sabemos, para salir del poder ejecutivo nacional? La tarea es activar desde el Gobierno los cambios que quiere el pueblo, gobernando para mejorar la calidad de vida tan maltrecha en los últimos años; un cambio que debe surgir de la negociación política y no de la imposición de un modelo; un cambio que nos permita vender a la hoy oposición triunfalista la necesidad de que no desprecie los alcances sociales logrados hasta el momento.

En una palabra, la situación sociopolítica que ha quedado después del 6D, es más una oportunidad que una amenaza al proceso revolucionario, pero si se actúa desde ya. De seguir moviendo la arruga para tapar la corrupción, obstaculizar los procedimientos o retrasar la necesaria apertura económica para dinamizar la economía, entonces estaremos contra reloj y dejaremos que otros asuman el liderazgo y de allí a que perdamos la voluntad popular solamente hay un paso. Estamos a tiempo, pero con cuestionamientos a portales como aporrea.org, o a liderazgos regionales que han hecho críticas puntuales a un Gobierno que lo que debe hacer es seguir la senda pautada por el Plan de la Patria y dejar a un lado la obsesión por internacionalizar la revolución, que es válido, pero que el momento lo que amerita es enderezar la situación interna del país.

El propio Adán Chávez lo dijo de forma clara y concisa, el pasado 21 de diciembre del 2015 que: “…Estamos seguros que el Gobierno Bolivariano, la vanguardia revolucionaria y el pueblo organizado (…) lograremos reconstruir la mayoría chavista en el país y derrotaremos la guerra económica y mediática que impulsan sectores de la derecha fascista con fines desestabilizadores y golpistas…Como producto de la rectificación, está la revisión y posteriormente el reimpulso del Ejecutivo, aunado al reimpulso popular, el reimpulso de los programas, de los planes, en todos los niveles y en todos los espacios…Fracasarán quienes pretenden llevarnos en lo económico a un callejón sin salida para que entreguemos las banderas de la Revolución y demos paso a una clase política que pretende volver a colocarnos de rodillas frente al Fondo Monetario Internacional…Jamás debemos olvidar que el propósito fundamental de la Revolución Bolivariana es garantizarle la mayor suma de felicidad posible a todos y es eso lo que debemos defender a capa y espada, frente a cualquier intento de regresar al modelo de exclusión y miseria que imperó en el pasado…”

Adán Chávez muestra un discurso coherente con la necesidad de crear vías y salidas democráticas a la crisis política del país; no se trata de entregar el modelo económico, pero si flexibilizarlo, ponerlo en armonía con los intereses del mundo global y coexistir sin poner de carne de cañón al pueblo. Por otra parte, hace un llamado directo a la unidad, a la reconciliación y a la “reconstrucción” de una mayoría revolucionaria, pero no desde una tapadera de los vicios y exabruptos que son notorios, no desde la verdad jurídica, sino desde el padecimiento mismo del pueblo. De seguro la intención de la derecha y de otros grupos de poder no es regresar a viejos modelos, pero allí es donde debe estar alerta la revolución, en cuanto a proteger al pueblo de las garras infames de la exclusión y la miseria.

Y valga lo expresado por Toby Valderrama y Antonio Aponte, en su artículo “Carta al hermano mayor de Chávez: la derrota fue estratégica, la solución es radical”, en el cual afirman: “…La pelea principal hoy es entre fracciones del capitalismo: Una, la del gobierno, derrotada en las elecciones, sin nada que ofrecer, moribunda, pero que lleva en su seno la fuerza del Chavismo, su herencia, su historia, sus hijos mayores. La otra fracción capitalista es triunfante, cosa de tiempo para que imponga su plan, terapia de choque, represión, bipartidismo. El choque está claro: si se escoge el camino del capitalismo, será el camino de la MUD, apoyados por los militares que, desconcertados, ven al Chavismo diluirse en el silencio. El gobierno, el Chavismo, no tiene forma ni manera de estabilizar al capitalismo; su única posibilidad, su papel histórico es ir al Socialismo…” La cuesta es empinada, pero vale preguntar: ¿en dónde está la revolución transitando esa cuesta? ¿al comienzo, por la mitad o ya cercana a la cima?



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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