A los que criticaron las elecciones de los periodistas

Destruir al CNP es ser cómplices de patrones de medios públicos y privados

Ciertamente las elecciones del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) fueran poco concurridas, hubo abstención y no faltaron quienes salieron y quisieron descalificar el proceso con calificativos propios de análisis.

Pírricas. Las elecciones del CNP fueron avaladas y reconocidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), Poder Público en que los diversos sectores políticos del ámbito nacional han puesto toda su fe, más aun los descalificadores, que en la campaña electoral en que resultó electo el presidente Chávez, se cansaron de decir una y otra vez que el CNE es lo más transparente y confiable que ente comicial haya habido en la historia venezolana.

Así que la victoria de quienes se postularon al CNP, gústele o no a los descalificadores, es realmente una victoria, legítima, legal y reconocida, por las misma autoridades electorales que hoy día legitiman al presidente Chávez, así haya sido con un voto, decir lo contrario es descalificarse ellos mismos y toda su prédica.

Pírricos los descalificadores que intentan montar parapetos paralelos, se autonombran líderes, pero no dan cuenta en qué elección fueron legitimados para representar a los comunicadores en diversos ámbitos. No presentan planchas para participar, así como hicieron los opositores a Chávez en las parlamentarias de 2005.

Desoladas. Ciertamente hubo poca participación. Y hay “guáramo” en reconocerlo. ¿Pero qué esperan? Después de 14 años, el gremio ha “llevado palo parejo” de periodistas con apatía, periodistas alineados en los partidos que apoyan al “proceso” porque quieren proponer otro “CNP” paralelo que tenga signos políticos e ideológicos a los que solicita el partido de gobierno.

En alcaldías, gobernaciones, instituciones públicas y empresas del Estado, en que trabajan periodistas, les es prohibido participar en el CNP, les impiden participar en sus elecciones por lineamientos políticos. Allí una gran inasistencia y otra tiene que ver con un proceso de desmoralización, inducido desde el poderoso Estado con todos sus recursos, para que la lucha gremial y sindicalista de Venezuela, no sea a favor de los trabajadores, sino que exista una postura “trotskista” complaciente con el patrón público, así como la ha habido –y es reclamo de la postura izquierdista- con el patrón privado, aunque en este segundo señalamiento no aplica el argumento ideológico. Así cualquiera puede salir a decir “no fueron a votar”.

Cascarón vacío. Es posible. El CNP tiene que ir a una apertura, tiene que transformarse y adaptarse a los nuevos tiempos, esto no significa arrodillarse ante ningún patrón, ni el público, ni el privado, así como se le reclama al gobierno, con la misma contundencia ha de hacerse al Bloque de Prensa, esa desarticulación del gremio, termina siendo favorable a los patrones y quienes se paran a tirar piedras y tratar de destruir al CNP, son los que realmente hacen el trabajo a los jefes, públicos y privados, porque un gremio debilitado, tal como hoy luce, es presa fácil de abusos en los medios privados y los estatales, que en materia laboral dejan que desear, si no pregunten a los comunicadores de AVN bajo la conducción de Izarra en el Minci.

alexvallenilla@gmail.com

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Alex Vallenilla


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