Palabras de Miguel Otero Silva al recibir el premio “Lenin de la Paz”

 “nos acosa el riguroso deber de hacer lo imposible para impedir que una nueva guerra desangre y mutile a los pueblos del mundo. Nuestra prosa y nuestros versos deben alertar cada día, como clarines inacallables, para condenar todas las guerras (..) Nuestras voces deben enronquecer denunciando la carrera armamentista, exigiendo que los exorbitantes presupuestos destinados a tanques y cohetes sean aplicados a la construcción de escuelas, hospitales y caminos”

Siempre será necesario recordar estas palabras mientras la bestia capitalista continúe con su bárbara y criminal agresión contra los pueblos del mundo.

Una de las estrategias de dominio y control del imperialismo yanqui es secuestrar y más allá de ello destruir la memoria de los pueblos y someterlos a una muy bien estructurada transculturización que privilegie sus mezquinos intereses. 

Los bombardeos despiadados contra el pueblo libio, ese mismo que hoy ocupa los primerísimos puestos del mundo en desarrollo humano, que su tasa de desempleo es cero, que su nivel de pobreza es inferior al 5%, cuando en EE.UUU es del 15% (1), en España 19%, Grecia y Portugal 25% (2), en Francia 13%, Alemania 15% e Inglaterra 19% (3), para dar sólo esos ejemplos, imponen de inmediato una reacción de los pueblos del mundo que diga ya basta a esta agresión que sólo anda detrás del petróleo y de otras riquezas de los pueblos más débiles del mundo en el tema armamentista, así como ante las condenables palabras lacayunas del Secretario General de la ONU,  tras el asesinato de Gadafi: es una “transición histórica” de Libia, para agregar que los meses de “revolución deben traducirse en oportunidades para todos” (4), lo cual desdice del papel que debería asumir un sujeto que dirige un organismo que agrupa a todos los países de la tierra (192). En sus palabras, Ban Ki-moon no tuvo el coraje de condenar este nuevo y atroz crimen.

Pero es que este siglo XXI ya se muestra mucho peor que como lo fue el XX, quizás y ojalá nos equivoquemos, estas manifestaciones belicistas pudieran ser el preludio de una tercera guerra mundial. La terrible crisis económica por la que atraviesa el llamado primer mundo, pudiera ser la causa que la provoque, tal y como nos lo recuerda la historia que sucedió con las anteriores.

La década pasada fue bombardeado Afganistán y aún no cesan allí los cañones de la barbarie con un saldo pavoroso de muertos. Igual ha sucedido con Iraq; país que ha sido literalmente destruido y aún, luego de diez años de una intervención apuntalada en la mentira de las armas de “destrucción masiva” que mantenía Sadan Hussein, sigue allí la bota imperial haciendo de las suyas a través de títeres bien adiestrados. En ese país han muerto hasta ahora no menos de 500 mil iraquíes, así como algo más de 7 mil marines que regresaron a los EE. UU en bolsas  plásticas y no menos de 50 mil mutilados. Fueron saqueados, hasta dejar sólo el polvo, las bibliotecas y museos de Irak, de donde se llevaron riquezas arqueológicas de incalculable valor, así como colecciones de libros y documentos únicos, las cuales seguramente estarán adornando hoy las mansiones de los dueños del complejo industrial y militar del imperio yanqui y de sus socios de la OTAN, en Nueva York, en Washington, en San Francisco, en Londres, en París, en Bonn, etcétera...

Ha sido esa una práctica usual de quienes a través de la historia han salido a dominar y esclavizar a otros pueblos, con la única finalidad de saquearles sus riquezas y para que pierdan su propia y original identidad como fórmula para inculcarles otros valores, aquellos a través de los cuales piensan que sea posible eliminarles toda posibilidad de rebeldía, de evitar que surjan intentos de oponer resistencia al nuevo estado de cosas.

Sustentados en ello, hemos considerado bien interesante en estos momentos en que resuena con inusitado ímpetu en muchos rincones del mundo las maquinarias belicistas del imperialismo norteamericano y de sus aliados lacayos en su estrategia de controlar para su dominio exclusivo el mundo todo, tal y como lo pretendió el nazismo hitleriano en las décadas del treinta y cuarenta, rescatar de los anaqueles de la biblioteca un fragmento del discurso que pronunció el gran poeta y novelista Miguel Otero Silva en la ocasión de recibir el Premio Internacional Lenin de la Paz que le fue otorgado por el gobierno de la Unión Soviética en mayo de 1980 (5), en la Casa de Bello, de manos del académico soviético Nicolai Blojin.

Por otra parte, vemos en esas palabras de nuestro gran escritor oriental que adquieren hoy en día, ciertamente, una inmensa relevancia, porque engrandecen la voz pacifista de los pueblos que nunca ha cesado para frenar o impedir de alguna manera que los señores de la guerra hagan de la muerte y de las tragedias modos de vida ante los cuales debemos rendirnos y aceptarlos por la fuerza como lo pretendió hacer el nazismo hitleriano durante la primera mitad del siglo XX.

Veamos la copia textual del fragmento tomado del libro “Tiempo de Hablar” de Otero Silva, editado por la Academia Nacional de la Historia de Venezuela en 1.983:

“Sin entrar a discutir si soy o no acreedor a tan alta distinción, debo confesar paladinamente que la obtención del Premio Lenin significa para mí el más precioso motivo de alegría que me ha tocado vivir. Y no tan sólo por la natural ufanía que todo artista experimenta cuando sus faenas de creación le originan algún renombre, sino por tres razones que se nutren de mis más veraces y consistentes inclinaciones,

La primera de esas razones es que el lauro que hoy se me concede, aun cuando ha sido discernido por un organismo de carácter internacional, llega hasta mis manos por intermedio de la Unión Soviética. Yo era un niño cuando se produjo el triunfo de la revolución bolchevique pero, a medida que mi entendimiento iba creciendo, fui percibiendo la trascendental magnitud de aquel sacudón… jamás habían sido quebrantados los basamentos secularmente inconmovibles del Estado y la propiedad privada. Con la victoria de la revolución rusa el socialismo había dejado de ser una utopía visionaria, una especulación filosófica o una sutileza oportunista, para convertirse en la realidad palpitante que Marx y Engels habían propuesto al hombre…

El segundo y honroso título que este galardón internacional ostenta es el de haber sido instituido bajo el auspicio del nombre de Lenin, figura que se eleva, junto con la de Jesús de Nazareth, como la mente revolucionaria más esclarecida y perdurable que ha dado la raza humana…

La tercera significación que acrecienta el relieve del Premio Lenin es que su propósito esencial está encaminado a exaltar la importancia de la lucha por la paz y la solidaridad entre los pueblos. Ante los atroces riesgos de muerte que amenazan al hombre, es esa la más noble y apremiante entre las causas…

La última guerra dejó un balance de millones de cadáveres tendidos en los campos de batalla, y de millones de muertos no combatientes que fueron exterminados en sus hogares y en sus lugares de trabajo, y de millones de asesinados en los campos de concentración, y de millones de hectáreas de tierra laborable convertidas en yermo, y de millones de niños abandonados a su desamparo, y de millones de mujeres condenadas para siempre al llanto. Aquella guerra cerró su curso con el aniquilamiento apocalíptico de Hiroshima y Nagasaki, con el estallido de la bomba atómica que trocó la población de dos ciudades en una ronda inmensa de fantasmas llagados, en una procesión siniestra de hombres y mujeres sin párpados y sin labios, envejecidos en plena juventud, amputados para siempre del amor y la alegría.

No ha habido reflexión ni arrepentimiento como las almas ingenuas esperaban. Por el contrario en los laboratorios se fabrican afanosamente proyectiles nucleares aún más infernales que los que exterminaron a dos ciudades japonesas en agosto de 1.945. De ahí que el compromiso más indisoluble para la conciencia de todo hombre libre sea el de esforzarse sin tregua para evitar que las maquinaciones criminales de los armamentistas y belicistas alcancen su objetivo.

Recuerdo que cuando el gran novelista norteamericano William Faulkner vino a Caracas, pocos meses antes de su muerte, sostuvo un coloquio con un grupo de intelectuales venezolanos. Uno de nosotros le preguntó: “¿Qué podemos hacer los escritores y artistas de América, para entorpecer los planes de quienes persiguen una nueva guerra?. Faulkner, pesimista y lacónico, se limitó a responder: “Nothing”, que significa “nada”. Sin embargo, se equivocaba en este caso el genial adelantado de la narrativa contemporánea. Los escritores y artistas de América, norteamericanos y latinoamericanos, pueden hacer mucho; más aún, nos acosa el riguroso deber de hacer lo imposible para impedir que una nueva guerra desangre y mutile a los pueblos del mundo. Nuestra prosa y nuestros versos deben alertar cada día, como clarines inacallables, para condenar todas las guerras, incluso la llamada guerra fría que no es sino un riesgoso amago de la guerra caliente y universal. Nuestras voces deben enronquecer denunciando la carrera armamentista, exigiendo que los exorbitantes presupuestos destinados a tanques y cohetes sean aplicados a la construcción de escuelas, hospitales y caminos. Nuestra palabra debe hacerse oír en periódicos y tribunas, señalando que el incremento desaforado de las industrias de guerra funciona en detrimento y ruina de los recursos naturales, distorsiona el papel del hombre en el contexto del trabajo productivo, pasma el progreso de los países en desarrollo. El privilegio espiritual de ser artista creador lleva consigo la responsabilidad de hacerse digno de tal atributo. Lo cual quiere decir que, aun cuando los políticos y estadistas y militares y hombres de ciencia se nieguen a aceptar la inminencia y la magnitud del peligro, a nosotros, escritores y músicos y pintores y escultores, nos corresponde denunciarlo con todo nuestro aliento, con toda nuestra angustia, con toda nuestra desesperación..."


Palabras estas que no son otra cosa que llamas vivas que anidan en los corazones de todos los pueblos de la tierra que claman por la paz…

 (1)           http://www.rtve.es/noticias/20110913/indice-pobreza-estados-unidos-alcanza-record-anos/461234.shtml

(2)           http://www.webislam.com/?idn=664

(3)           http://www.cafebabel.es/article/33283/europa-pobreza-exclusion-social-indice-por-pais.html

 (4)          http://www.telesurtv.net/secciones/noticias/99181-NN/onu-supuesta-muerte-de-gaddafi-es-una-transicion-historica-de-libia/

(5)           Murió el 28 de agosto de 1985 (http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Otero_Silva)

oliverr@cantv.net



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Iván Oliver Rugeles


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