No es hermano quien siembra drogas, armas y crímenes expresos

Si Ud. Me habla del pueblo colombiano honesto, trabajador, pacifico, estudioso, de ese común que se esfuerza por vivir y trabajar y estudiar decentemente, indudablemente que me está hablando de un hermano. Pero si se refiere a ese maula que trafica y distribuye droga hacia nuestro suelo o cualquier suelo, de aquel que introduce armas de fuego, explosivos, contrabando y secuestro. Ese, ese no es hermano de nadie; ese es el mismo que asesina a sus coterráneos, que obedece las ordenes de su jefe (hoy en la presidencia de Colombia), el que ordena cortar a los pobres con moto sierras, bien vivos, para deleitarse con el dolor que produce. Ese, es solo un instrumento de destrucción y crimen usado para acabar con la vida del pueblo suyo, y otros.

Hablar de oligarquía, paramilitarismo, narco tráfico, CIA, MOSSAD, terrorismo, Sionismo, crimen organizado y traición: es hablar del poder político y económico de Colombia, como rostro de presentación del verdadero poder que es el sionismo internacional; dueño de los monopolios económicos transnacionales, que gobierna en Estados Unidos, parte de Europa y en Israel. Los mismos que se lucran con cada victima inocente que muere en el mundo bajo sus proyectiles o por culpa de sus políticas económicas, por las enfermedades creadas en laboratorios de sus industrias, por el hambre y la sed inducidos artificialmente, por las habitaciones insalubres de los desplazados que viven en la miseria horripilante, para ser tratados como materia prima de uso, para degeneración humana.

No es hermano de nadie, quien come y bebe del caos producido para hacer capital monetario para derrocharlo luego en bacanales inmorales y aberrantes. Si son mis hermanos esos cuatro millones de desplazados de sus tierras y de sus trabajos honrados, que pese al dolor, el sufrimiento y la injusticia, sacan coraje del alma gran colombiana, para erguir la cabeza dignamente por sobre la maldad de la oligarquía colombiana y la de sus amos sionistas .

A cada noticia que recibo del movimiento popular que avanza en Colombia y Honduras, es una razón más de celebración. Los obreros, estudiantes, campesinos, indígenas, sindicalistas, verdaderos periodistas, toda la gama popular que sustenta la gloria del pueblo colombiano y Hondureño, que de forma organizada y solidaria decidió romper las cadenas de dominación, que le pretenden arrebatar la libertad. Valgan estas palabras nuevamente para el bravo, querido y aguerrido pueblo Hondureño en este momento en que libran batalla contra el Lobo asesino, heredero de la bestial dictadura impuesta desde la base de “Sotocano” y por instrucciones expresas de la casa blanca.

Por la patria grande como una sola casa del pueblo latino sur caribeño

JavierdelvalleMonagas@gmail.com


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Javier Monagas Maita


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