Unasur, el Grupo de Rio y la oea

Latinoamérica vive actualmente momentos cruciales en sus relaciones con EEUU. Durante los últimos 20 años, 1990 a 2009, han emergido en Latinoamérica signos que permiten avizorar cambios de rumbo en su política, en su diplomacia internacional y en la forma y manera de afrontar y manejar las crisis y las necesidades de crecimiento con desarrollo en la región. El fenómeno de la integración se ha constituido, con el correr de los años, en el desiderátum de los pueblos al sur del Río Grande; y. en la búsqueda de un rumbo definitivo, entre altas y bajas, se han fortalecido las organizaciones y con ellas las instituciones que las conforman. Todas, sin embargo, tienen un elemento común que las identifica: la consolidación y profundización de sus democracias. Nos referimos a los gobiernos cuya identificación se manifiesta con su soberanía, con su libre determinación de sancionar leyes que se ajusten a sus propios intereses, a los requerimientos de los pueblos que los eligen.

El No más rotundo a la intromisión yanqui es la consigna de lucha hoy en la América mestiza; no a la democracia de las espadas que para el hegemón del Norte fue garantía de sumisión, lealtad e identificación plena con sus políticas de intervenciones, agresiones, golpes de Estado y derrocamientos a mansalva de gobiernos producto de sufragios universales. Aunque todavía hoy dan sus “toquecitos” y por allí andan alebrestados inundando de bases militares, Comandos Sur, Brigadas 82 estos territorios que no han dejado de considerar parte de sus predios y fuente segura de materias primas, Alianzas para el Progreso, préstamos “amarrados” que se convierten en “deudas eternas”, Consensos de Washington y cosas así por el estilo.  Los últimos zarpazos han sido la tragicomedia de Honduras con la danza de lobos de “goriletti” y las “ayudas humanitarias” vestidas de marines en la devastada Haití. Esta invasión a Haití no es más que el preludio de otras intervenciones anunciadas; esos son los signos.

Pese a todo lo dicho, estamos asistiendo a un renacimiento, a una verdadera refundación de este continente y al acto final de su emancipación, iniciada hace doscientos años por Simón Bolívar y su ejército de indios  y llaneros libertadores”. La puesta en marcha de Telesur, del Banco del Sur, el gigantesco paso de avance que significa la creación de Unasur y su espaldarazo a Evo por el intento de golpe de derrocarlo auspiciado por el Departamento de Estado, la decisión valiente del Grupo de Río ante el derrocamiento del Presidente Zelaya, los recientes acuerdos de Mercosur, donde se allanan algunas de las dificultades de la doble tributación, los acuerdos recientes –en bloque- con la Unión Europea, y el empeño persistente por concretar los términos de la integración latinoamericana, permiten avizorar nuevos horizontes que trataremos en otra oportunidad. Los ensayos de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI); el Grupo de los Tres; el Mercado Común Centroamericano (MCCA); el Mercado Común del Caribe (CARICOM), y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), están tomando nuevos rumbos, con la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR), el Grupo de Río y La Alternativa Bolivariana para la América (ALBA), como puntas de lanza de un nuevo referente de relaciones.

Ejemplos de un nuevo concepto de la integración son las decisiones políticas de UNASUR de apoyar al Presidente Constitucional de Bolivia ante el intento de golpe de Estado de la oligarquía de ese país, y más recientemente la condena del Grupo de Río por el derrocamiento del Presidente Zelaya en Honduras. Claro, en esos dos organismos no figura la representación de EEUU.

Estos años están marcando un nuevo concepto del manejo de la política internacional en la América Latina y Caribeña; la oea se estremece con los ramalazos de UNASUR y el Grupo de Río. Ya la voz del Departamento de Estado no resuena con tanto estruendo en la oea, aunque continúa marcando el fiel de la balanza.

La oea va en camino de dejar de ser un “ministerio de colonias de EEUU.”, como acertadamente la calificara el ex – canciller cubano Raúl Roa: al menos es eso lo que deseamos de este lado del Río Grande.

Profesor-Investigador. cepo39@gmail.com
 


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César Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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