Por fuera de discusión la prioridad de la reforma agraria integral y democrática, que no es la mera entrega de tierras sin los 19 componentes que fueron incluidos en el Acuerdo de paz con las Farc firmado en el 2016.
Loables los avances agrarios del actual gobierno, liderados por la actual Ministra de Agricultura, Martha Carvajalino Villegas, comprometida a fondo con los derechos de más de 12 millones de campesinos que perseveran en su movilización y resistencia por sus derechos negados y violentados por los grandes latifundistas y gamonales con ejércitos privados para proteger sus descomunales haciendas ganaderas. La Ministra hace bien su tarea sin cálculos vanidosos o electorales.
Preocupa y causa desaliento la contaminación politiquera que le ha inyectado a este programa de transformación democrática rural el actual director de la Agencia Nacional de Tierras y ex alcalde de la ciudad de Villavicencio, el señor Felipe Harman, integrante de los clanes políticos que dominan la institucionalidad del departamento del Meta y sus 29 municipios. Harman es parte central de ese enjambre clientelar y corrupto que secuestro la institucionalidad del Llano.
Con anterioridad el periódico Espectador registro el escándalo de los miles de contratistas traídos del Meta por Harman para pagar favores políticos y armar su propio entramado electorero para aspirar al Senado de la Republica, propiciando la burocratización de la entrega de tierras y la formalización de títulos para millones de campesinos.
Ahora, tenemos una escandalosa movida publicitaria de Harman en los grandes medios de comunicación del sistema feudal terrateniente y paramilitar (Blu radio, Caracol, El Tiempo, Semana, etc.).
Son casi 50 mil millones de pesos pagados en una ostentosa campaña publicitaria cargada de vanidad para vender la imagen electoral de Harman, próximo a renunciar para acomodarse en una lista al senado de la Republica.
La campaña supuestamente agraria de Harman es un disparate y un despilfarro que contradice las ordenes de austeridad del presidente Petro, en momentos de la grave insolvencia que afecta a las finanzas públicas con delicados impactos en el pago de salarios y en las inversiones sociales prioritarias del Estado.
Es urgente que los órganos de control tomen atenta nota de esta megalomanía electoral de Harman. También que las organizaciones agrarias, las Auditorias comunitarias y el sindicato de la ANT intervengan con las denuncias necesarias que permitan frenar este desangre de los dineros públicos –bien escasos-, para que los mismos sean utilizados de manera eficiente, eficaz y transparente en los procesos de reforma agraria que atiendan a los campesinos, como los del Meta, sometidos al desplante y la dilación de Harman y su rosca de áulicos.