Salarios y beneficios

En todas las manifestaciones del Primero de mayo, y se celebraron más de un centenar, se habló de precios, salarios, beneficios, rentas y del bloqueo de la negociación colectiva, pero también de Ucrania y de la carnicería organizada por Putin con su invasión. En breve, una delegación internacional de sindicalistas europeos, también de España, visitará Kiev. Llevarán dinero y ayuda para los sindicatos ucranianos. Este hecho constituye un paso muy positivo a favor de levantar un bloque popular imprescindible para alcanzar una paz que merezca tal nombre y cuyos cimientos solo pueden ser los derechos nacionales, políticos, sociales y laborales del pueblo ucraniano y, con ellos, del conjunto de la clase trabajadora. Ese bloque por la vida nacido de la solidaridad es el que hay que ampliar y contraponer a los que han creado el Kremlin, la OTAN o Washington. Ninguno de ellos traerá otra cosa que muerte, penuria y pobreza para la población en toda Europa, empezando por Ucrania y la propia Rusia.

Dos millones quinientas mil personas son trabajadores pobres en el reino de España. Es decir, el 13% de quienes trabajan no consiguen que su sueldo les aporte recursos suficientes para abandonar la pobreza. ¡Qué contraste con Felipe VI! Él ahorra el 90% de lo que gana. En su caso, a diferencia del resto de mortales que consiguen, tras una larga serie de obstáculos, acceder el "ingreso mínimo vital", él sí puede salir de la "pobreza." Pero son nuestros impuestos los que pagan un organismo parásito, fuente de corrupción y al que nadie ni nada puede pedir explicaciones.

La inflación está matando la economía familiar y al pequeño negocio. Ponerle freno exige, como se dijo en la tribuna del Primero de mayo, "subir salarios y contener precios para combatir la desigualdad". Ahora bien, la negociación colectiva anda muy encallada y los incrementos que se pactan se quedan muy por debajo del IPC.

Sin lucha no puede haber cambios que respondan a las necesidades actuales. Miremos la propuesta económica que presentó Feijóo. El PP aseguró que quiere "aportar, sumar y construir". Su iniciativa "aporta" más déficit público, haciendo mucho más difícil cualquier política social. Su rebaja del IRPF resulta tramposa, miseria para la mayoría que deba hacer la declaración (no más de 200€). Recordemos que quien menos tiene, directamente no la presenta. En cuanto a la "suma", solo añade más dinero al bolsillo de los ricos a través de aumentar desgravaciones fiscales y de destinar a las mayores empresas, sin control, más euros de los fondos europeos. Y, en cuanto a lo de "construir", creará más desigualdad. Madrid y los 26 años de gobierno del PP así lo demuestran.

En vez de un pacto de rentas que de nuevo nos haga pagar la crisis, necesitamos un verdadero reparto de las rentas. Más recaudación a partir de impuestos sobre las grandes fortunas, perseguir el fraude, control y límite sobre los beneficios, intervención en los precios y decisiones destinadas a garantizar una reducción real de la pobreza evitando desahucios y cortes de energía, e implantar una renta básica universal.

El gobierno debe intervenir para defender las condiciones de vida de la mayoría amenazada y los sindicatos han de buscar, desde ya, amplias movilizaciones.



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Revista digital de la organización política de izquierda marxista, La Aurora, editada en Cataluña


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