Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
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La rama RT America, de la agencia de noticias estatal rusa Russia Today, ha sido notificada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos que deberá registrarse como agente extranjero que distribuye propaganda en Estados Unidos de acuerdo con el Acta de Registro de Agentes Extranjeros en Estados Unidos (FARA sigla en inglés). Si no lo hace, podría enfrentar restricciones que la incapacitarían para continuar su trabajo en el país. La FARA, vigente desde el año 1938 requiere que aquellas personas que representan intereses de potencias extranjeras revelen cuáles son sus relaciones junto con la información acerca de sus actividades y financiamiento. El Departamento de Justicia también está investigando a la agencia Sputnik que es otra agencia de noticias de propiedad estatal que también podría ser obligada a registrarse con la FARA.
Esta ley normalmente se aplica a consultores políticos y a aquellos que operan en relaciones públicas o cabildeos. Históricamente, ha sido débil la aplicación de las normas de FARA. Existen 401 entidades en el registro activo del organismo, que incluye a promotores de turismo y cabilderos. Normalmente las organizaciones periodísticas han estado exentas de la aplicación de esta ley. Después de todo RT y Sputnik son legítimos organismos de prensa que no difieren en nada de la BBC o la Deutsche Welle de Alemania y ninguna de ellas está sujeta a la FARA. Las presiones legales sobre las anteriores encierra graves implicaciones para la libertad de expresión.
RT America podría continuar trabajando en Estados Unidos pero tendría que regularmente entregar información acerca de sus fuentes de ingresos vinculadas a gobiernos extranjeros y contactos que ha hecho en Estados Unidos. Cada artículo debe ser etiquetado como influido o financiado por el gobierno de Rusia. Al operador se le podría solicitar la lista de todos sus empleados, sus salarios, domicilios particulares y números telefónicos.
A comienzos de este año un senador demócrata y dos legisladores de ambos partidos introdujeron un proyecto de ley titulado Acta de Modernización y Aplicación del Registro de Agentes el cual ampliaría el enfoque de la FARA. En el proyecto nombran en forma específica a RT como el objetivo de la medida.
Un informe de la inteligencia norteamericana identificó el pasado mes de enero a RT y a Sputnik como ramas de la "maquinaria de propaganda estatal de Rusia" la cual sirve como "plataforma de difusión del Kremlin para el público ruso e internacional". El informe declara que estos órganos desempeñaron un rol en la "campaña de influencia" de Rusia para apoyar a Donald Trump y atacar a Hillary Clinton durante la campaña presidencial del año 2016.
Según este informe, RT "colaboró activamente con Wikileaks" durante la elección presidencial. El documento afirma que Sputnik y RT de "manera consistente se refirieron al presidente electo Donald Trump como el blanco de un cobertura deshonesta de parte de los medios tradicionales norteamericanos que según ellos eran serviles a corruptas oligarquías políticas.
Según Margarita Simonyan, editora jefa de RT el registro "podría significar restricciones que sencillamente no nos permitirían continuar trabajando en Estados Unidos.
Simonyan indicó que la campaña para "arruinar el prestigio" de RT fue se prolongó "sometiendo a personas bajo intensa presión para no aparecer en pantalla y no concedernos entrevistas". El 29 de septiembre pasado el presidente ruso Vladimir Putin dijo en una reunión del Consejo de Seguridad que los órganos de prensa rusos en el exterior estaban enfrentando una presión "inaceptable." Esa declaración fue anterior a una acusación por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en el sentido que Estados Unidos estaba aplicando una "presión injustificada" sobre la red televisiva RT rusa conminándola a registrarse como agente extranjero. El ministerio señaló que cada acción relacionada con los medios rusos tendrá una respuesta equivalente.
El reciente ataque contra RT y Sputnik es parte de un cuadro más amplio, las contramedidas de Estados Unidos no solo están limitadas a aquellos aspectos que emanan de la investigación de Mueller. El Departamento de Seguridad Nacional ha dicho que todas las instituciones del gobierno deben dejar de utilizar los productos de Kaspersky Lab dentro de los próximos noventa días por temor a que la empresa de ciber seguridad, con sede en Moscú, pudiera ser susceptible a la influencia de Moscú.
Viene a la mente la histeria en torno a las actividades del ex embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, quien fue acusado de intentar influir en la elección presidencial y otras ofensas, solo porque se reunió con algunas personas como parte de su trabajo. El Consejo del Atlántico, vinculado a la OTAN hasta consiguió que ¡!Polonia incluyera a RT en la lista de blancos de ataques cibernéticos!!
Treinta y cinco diplomáticos rusos fueron expulsados de Estados Unidos a fines del año 2016. A comienzos del pasado mes de septiembre tres recintos diplomáticos rusos –la sede consular de San Francisco y las oficinas comerciales de Washington y Nueva York –fueron confiscadas una vez que se confirmó que el personal ruso había cumplido con la orden del gobierno de abandonar los lugares dentro del plazo de dos días. Esto se llevó a efecto en abierta violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares cuyo Artículo 17 establece que "el estado anfitrión deberá, incluso en caso de conflicto bélico, respetar y proteger los predios consulares junto con la propiedad del cargo consular y de los archivos consulares". Del mismo modo, los ataques contra los medios de prensa violan las normas universalmente aceptadas de libertad de expresión.
En realidad, Estados Unidos mismo está involucrado en actividades que trata de achacar a Rusia. El gobierno norteamericano gasta dinero presupuestario interviniendo en los asuntos internos de otros países y realiza campañas propagandísticas. En el año 2008 el Departamento de Estado creó el Grupo de Extensión Digital para introducirse en los sitios de Internet, incluyendo a blogueros, páginas noticiosas y foros de discusión. Formalmente, su misión es "explicar la política exterior de Estados Unidos y combatir la desinformación".
Fue el periódico The Guardian –no precisamente un diario ruso—el que publicó la historia del programa del Pentágono titulado Operación Voces Serias (OEV sigla en inglés). La meta de la iniciativa es desarrollar un software (soporte lógico) que permitiría secretamente manipular las páginas de medios sociales utilizando falsas personas en línea con el objeto de influir en las conversaciones por Internet y diseminar propaganda pro norteamericana. El diario señaló que los militares norteamericanos estaban desarrollando falsas personalidades en línea –conocidas por los usuarios de los medios sociales como "títeres de los medios". Cada falsa persona en línea debe ostentar un bagaje convincente, una historia y detalles de apoyo capaces de operar falsas identidades a partir de sus estaciones de trabajo "sin temor a ser descubiertos por sofisticados adversarios".
El Acta para Prevención de la Agresión Rusa del año 2014 contempla el suministro de fondos "para el fortalecimiento de las instituciones democráticas y de las organizaciones políticas y civiles de la sociedad en la Federación de Rusia". Como parte de las sanciones anti rusas, el Departamento de Estado norteamericano asignó 60 millones de dólares "para el apoyo a las organizaciones democráticas y civiles rusas y apoyo a los medios de prensa y la Internet libre en Rusia para el período 2016-2018. El Departamento de Estado deberá destinar anualmente 20 millones de dólares para estos propósitos de tal modo actuando directamente o por vía de la Dotación Nacional para la Democracia del magnate George Soros.
La lista se prolonga. El jorobado no ve su joroba. Pareciera que el gobierno norteamericano bajo la presión del Congreso está haciendo lo mejor que puede para frustrar cualquier intento de suavizar las tensiones entre los dos países. No vacila en utilizar cualquier método para alcanzar esta meta, incluyendo pisotear valores fundamentales en Estados Unidos, tales como la libertad de expresión.
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