¿La democracia holandesa vive aún, como fue posible?

La población del reino holandés ha pasado una prueba que podría ser un ejemplo a seguir para otras naciones del viejo continente, como lo viene haciendo Alemania con la gran coalición. Ejemplos que pueden orientarnos a nosotros también a superar nuestras crisis de gobernabilidad.

Frente a la tendencia creciente del llamado populismo, que yo no dudo en llamarlo por su nombre correcto: nacionalsocialismo, se impuso la alianza del centro, derecha e izquierda. La Francia democrática liberal tendrá que tomar la misma ruta electoral si desea frenar el avance de Marine Le Pen, líder del nacionalsocialismo francés. Estas alianzas son posibles gracias la pluralidad de partidos y la sensatez política en el viejo continente.

Trasladándonos al nuevo continente ahora, la cosa en EE.UU no fue posible. Por una parte por la estructura bipartidista, y por el otro lado por su sistema electoral: no decide la voluntad popular de las mayorías, ella está "secuestrada" en los consejos electorales. Si miramos el símil circunstancial, Venezuela está en una situación parecida, que paso a especificar.

Nuestra voluntad popular está sometida a una estructura bipartidista (PSUV y MUD) y bajo la tutela autocrática del CNE. Tenemos un gobierno nacionalsocialista, camuflajeado con un discurso de populismo de izquierda. La disputa por mantener las cuotas en la corrupción inconmensurable hace intolerable la gobernabilidad política exacerbando la poca paz social que nos queda. ¿Más patético? Imposible.

¿Qué hacer para superar esta vergonzosa y criminal realidad política venezolana del presente momento? Volviendo al viejo continente vemos que necesitamos de la sensatez política para imponer el interés nacional por encima del político particular. La profunda y deshonrosa situación ha conducido a millones de compatriotas a la pobreza y a la miseria. El sol no se puede tapar con un dedo.

Si hay conciencia nacional mediada por la sensatez política, entonces debemos pasar a la gobernanza transicional. Esto es la alianza centro, derecha e izquierda del espectro político venezolano para unir, primeramente, al pueblo en el proyecto por la vida en común, y en segundo lugar, rediseñar las relaciones del poder político dentro del poder del estado.

Un proyecto de vida común en el cual el pueblo mismo sea su diseñador. Esto requiere de humildad por parte de los "expertos políticos", pero es el pueblo en su conjunto quien tiene la sabiduría. El compromiso seria compartido desde su mismo nacimiento. En este último aspecto fundamental hay avances importantes.

Es algo que hay que reconocer de nuestra democracia participativa y protagónica. Sólo necesitamos reconocernos los unos a los otros como portadores del mismo sentir y pensar para hacer lo necesario: salvar a nuestra Venezuela de la muerte impuesta por el proyecto corrompido.

En cuanto al rediseño del poder político dentro del poder del estado nuestra Constitución Bolivariana ya necesita una reforma no por capricho, sino por necesidad histórico – moral. Los acontecimientos en sus años de vida dan fe de esa necesidad imperiosa.

Este sería el propósito de la alianza de partidos, de la gobernanza transicional, además de echar las bases económicas sobre una nueva realidad: "ya el petróleo no está solo en su mercado, ahora es flexible". Esto tiene grandes y profundas implicaciones para el nuevo estado y la nueva sociedad venezolana.

"Solo el pueblo virtuoso se salva"



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Edwin Medina


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