La falsa bandera del terrorismo

A partir del 11 de septiembre de 2001, las agencias de inteligencia del imperialismo yanqui y sus aliados sionistas abrieron una época histórica en la cual han ejecutado atentados que se hacen pasar como si fueran hechos por supuestos "terroristas islámicos", pero que terminan favoreciendo de una manera clara a la política guerrerista y fascista que el gobierno de los Estados Unidos impone en todo el mundo.

El 30 de septiembre de 2007, el expresidente italiano Francesco Cossiga reconoció en una entrevista al diario Corriere Della Sera, de Roma (Italia), que los atentados del 11 de septiembre habían sido ejecutados por la CIA y el MOSAD, utilizándolos como excusa para poder intervenir en Afganistán e Irak. Cossiga ya falleció pero sus declaraciones pueden verse en:http://www.corriere.it/politica/07_novembre_30/osama_berlusconi_cossiga_27f4ccee-9f55-11dc-8807-0003ba99c53b.shtml?refresh_ce-cp. Aparte de estas contundentes declaraciones, existen numerosos grupos de investigación que en los propios Estados Unidos han denunciado la farsa montada con los ataques a las Torres Gemelas (http://www.voltairenet.org/article180189.html ).

Los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid (España) también tuvieron una extraña conveniencia para los intereses norteamericanos y de la ultraderecha europea. Igual se puede decir del ataque criminal contra el semanario Charlie Hedbo en París en este mismo año 2015.

Todos los atentados adjudicados al "terrorismo islámico" terminan justificando la política guerrerista que los Estados Unidos han impuesto en el Medio Oriente, Norte de África y Asia Central (invasiones a Irak, Libia y Afganistán, ataque contra Siria), y permiten imponer en los países objeto del terrorismo una serie de leyes represivas que actúan no sólo contra los migrantes indeseados sino contra su propia población a la cual se le suprimen los derechos políticos democráticos.

Los atentados del 13 de noviembre en París caen perfectos para que todos los países europeos impongan violentas leyes que criminalicen y expulsen a los centenares de miles de migrantes provenientes de África y el Medio Oriente.

Así como en 2001 la opinión pública mundial se tragó la mentira de que un fanático barbudo con un fusil terciado, que vivía en cuevas de Afganistán, había violado la seguridad del mayor imperio del planeta, ahora pretenden difundir que otra docena de loquitos fanáticos armados sólo de fusiles han sido capaces de atacar a una de las principales potencias europeas. Para remate, el señor Hollande le "declara la guerra" al Estado Islámico, como antes Bush le declaró la guerra a Bin Laden.

Así como en el pasado el imperio yanqui recurrió a la voladura de un barco propio, el Maine, en el puerto de La Habana, para justificar declararle la guerra a España en 1898 y apoderarse de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas. Así como este mismo imperio inventó el llamado "incidente del Golfo de Tonkín" en 1964 para justificar su intervención militar masiva en Vietnam. Así como en 2001 derribaron a las Torres Gemelas para justificar su intervención en Afganistán, Irak, Libia y Siria. Ahora los atentados de París probablemente abrirán la puerta a una profundización militarista y fascista del imperialismo yanqui y sus países aliados, contra los pueblos del Medio Oriente y Norte de Africa, y contra sus propios connacionales, que serán tratados como enemigos de guerra si no aceptan las políticas represivas que van a aplicar los gobiernos de la Unión Europea.

El Bloque Occidental y Cristiano está dispuesto a asesinar a quien sea, incluso a sus propios nacionales, para intentar sostener su dominio sobre el mundo. Para ello han creado monstruos como Bin Laden, Al Qaeda y ahora el Estado Islámico. Criaturas propias que le sirven para justificar invasiones, bloqueos económicos y políticos, leyes represivas de corte fascista. Todo en función de impedir el crecimiento de bloques económicos que amenacen su hegemonía mundial, en función de castigar y exterminar a los gobiernos que se le han insubordinado, en función de regular sus propias sociedades en base a medidas racistas y antiobreras.

El terrorismo islámico les sirve para todo. Sin poner en duda que en estas acciones participen probablemente personas de origen árabe o musulmán, no nos queda ninguna duda que esos supuestos grupos fundamentalistas son creación de los cuerpos de inteligencia de USA e Israel, y responden en última instancia a los intereses imperiales del capitalismo occidental.

Desenmascarar esta bárbara política imperial es deber de todos los revolucionarios.

Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 15 de noviembre de 2015



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Roberto López Sánchez

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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