Crisis y el muro de Berlín

La crisis económica, el alto desempleo por la manipulación capitalista desde Washington seguida al pie de la letra por Europa, supuestamente para recuperar al sistema, hace que un segmento importante de alemanes extrañe el modo de vida de Berlín oriental según un estudio del Instituto Demoscópico alemán Emnia.

Según este estudio 1 de 4 alemanes quieren que el muro de 160 Km terminado de construir en 1961 y que cobro la vida de más de 150 personas hasta 1989 llamado el muro de la vergüenza por los occidentales, conocido como el muro de contención fascista por los alemanes de la RDA (Republica Democrática Alemana) establece hoy pocas diferencias entre los alemanes occidentales y los orientales por la crisis económica.

La encuesta señala que el 23% de los alemanes del este y un 24% del oeste creen que su vida mejoraría si siguiera existiendo el muro de Berlín; el 16% considera incluso que una nueva división interna es lo mejor que les podría pasar a la primera potencia económica de Europa, con una tasa de desempleo superior al 7.3% con buenos modelos de educación en la media internacional.

Walter Monter, alcalde de Berlín occidental en la noche de noviembre de 1989 exclamaba que los alemanes son el pueblo más feliz del mundo, cuando con martillo en mano los alemanes de los dos lados golpeaban el muro junto a la hoy turística puerta de Brandeburgo.

Para la universidad del oeste de Berlín, uno de los principales problemas es, “los alemanes orientales armaron en sus cabezas un concepto idealizado de la RDA que nunca existió mientras sus vecinos occidentales continúan viéndose como los financiadores de la reunificación”. Desde 1990 hasta hoy el oeste ha invertido millones en la remodelación del este y lo seguirá haciendo hasta el 2019 por el llamado impuesto de la solidaridad.

Otro informe elaborado y publicado a los medios de comunicación por el Centro de Investigación Sociológico Berlín Brandemburgo dice “solo el 37% de los occidentales creen que la reunificación reporto beneficios que perdidas en los últimos 20 años, en el este el porcentaje con esta apreciación llega al 42%.

El diario Berliner Zeitung publicando un análisis del Instituto Forsa dice “los alemanes no solo echan de menos al muro más de un tercio de la población de Berlín, defiende que su construcción no fue errada, un 10% califico al muro como una medida perfectamente acertada, y la nostalgia por todo lo que representa el muro en los últimos años crece de forma impresionante.

Lo que hace la violencia, la indiferencia y el egoísmo capitalista como cultura es vivida por los alemanes del este; 22 años después el rendimiento económico de los 5 estados federales del otrora satélite comunista continua anclado en el 70% pero el desempleo aumento al doble, igual se incremento la delincuencia en donde antes existía seguridad, empleo y lo suficiente para vivir sin derroche; es la herencia de la RDA que los berlineses de occidente sienten como primordial, la igualdad y la seguridad.

Desde 1989 la publicidad hizo ver que la lucha entre el este y el oeste, el este quedo frecuentemente con el papel de perdedor, por ello la mayoría de alemanes orientales se siente apátridas en Alemania, lamentan que la vida en un país reunificado no sea como lo habían imaginado ya no esperan los paisajes floridos prometidos por el canciller de la época Helmut Kohl.

En muchos bares de Berlín, no se sirve Coca-Cola sino Vita Cola de la ex Alemania comunista y los pepenillos Spreewald orgullo de la ex RDA se consumen en gran cantidad al igual que la cerveza Raderberger, el cava Rotkappchem es otro producto que gusta mucho a los alemanes; hay un museo de la RDA, un bar de la Stasi y paseos el coche Trabi, todo esto es nostálgico, sin embargo, la verdadera causa para que muchos alemanes extrañen el muro es porque nunca hubo una verdadera integración.

Otro dato significativo de estas encuestas es, el 80% de los alemanes orientales y un 72% de los occidentales se imaginan vivir en un Estado socialista siempre y cuando se les garantice seguridad, empleo y solidaridad. 

Gorbachow, presunto reformista demostró  que gobernar en crisis solo acompañado de “buenas intenciones” sin respaldo político conduce al fracaso; igual que en Alemania, en Rusia se sueña con la sociedad política de Putin, el socialismo soviético adaptado ahora que anuncia se participación otra vez en las presidenciales. Detalles como el nuevo himno soviético suprimido tras la caída del comunismo y la lucha contra la tergiversación de la historia impulsada por Dimitri Medvedev, dirigida contra la ingratitud de los antiguos aliados del bloque quienes comparaban las barbaridades del estalinismo con los crímenes de la Alemania nazi nos enseñan que un buen porcentaje del pueblo extraña el sistema socialista, se ve en el respaldo al presidente ruso.

De moda nuevamente las siglas CCCP y afiches del Che Guevara en camisetas y paredes compiten con la publicidad occidental prácticamente en toda Europa. 

rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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