Acorralado por la necesidad de un estado de excepción

La política y las pasiones humanas de poder como las otras pasiones o fanatismos, entran con frecuencia en conflicto cuando hay tantas contradicciones en un ambiente de tanta incertidumbre después del 30 de septiembre, porque, recolectar evidencia de un golpe es complicado sin afectar al gobierno ecuatoriano.

El 30 de septiembre cuando se produjo la revuelta policial tiene otros 30 de septiembre meses atrás con la ley de aguas, de educación superior, seguridad social, movilizo, a jubilados, empleados públicos, indígenas, estudiantes, fueron los policías quienes protestaron atropellando la investidura presidencial para posteriormente proyectar un magnicidio del que se agarraron gobierno y oposición  por beneficio político.

El gobierno ecuatoriano, el presidente Correa, no saben cómo gobernar en revolución para construir un socialismo, es indudable la ayuda dada a los más pobres de los pobres, visibilizándolos, masificando la educación y la salud, construyendo obras publicas grandes, medianas y pequeñas, especialmente la vialidad beneficiando a miles de personas, pero, opaca esa gestión con su personalidad compulsiva y confundida por el escaso conocimiento de una labor de izquierda, ideología a la que frecuentemente menosprecia.

Resulta que los compañeros comunistas que década tras década luchan por la igualdad social, son ahora perseguidos igual que los líderes indígenas de la Ecuarunari y de la CONAIE, acusados de terrorismo como el presidente de la federación de estudiantes universitarios del Ecuador FEUE, tampoco así, claro que hay que sancionar a los culpables de la revuelta, eso está claro, pero, el respeto no se lo puede imponer con Estados de excepción, reprimiendo y encarcelando a todo el que no está de acuerdo o critica al gobierno.

El 30 de septiembre desnudo que las fuerzas armadas son decisorias en el arbitraje de la revolución ciudadana, empezó con el pronunciamiento del jefe del comando conjunto a las 15 00 horas, condicionando la subordinación al ejecutivo una vez se revise la ley de empleados públicos que afectaba tanto a policías como a militares, el resultado, 4 días después se homologo los salarios de los mandos medios de tropa y oficiales de la policía y militares.

El 30 de septiembre desnudo así mismo que la ayuda económica de EEUU, a la policía y a los militares para luchar contra el narcotráfico constituye un desastre total para la lealtad de estas instituciones a la democracia y al gobierno del presidente Correa.

Ingenuidad solapada pensar que inteligencia militar y policial son leales al proceso de la revolución ciudadana, o pensar que cambiando al secretario ejecutivo de inteligencia o desmantelando organismos como la UIESS-GAO se resolverán los problemas desestabilizadores que propicia la embajada de los EEUU en Quito, aprovechando nuestra condición de economía moribunda.

La economía ecuatoriana y su crecimiento del PIB en 1.9% no solo rompe en pedazos nuestra sociedad sino que resulta esencial para entender como los estadounidenses nos tienen congelados con nuestras fuerzas armadas hasta ver qué pasa con el plan Colombia, ya que Washington, continua impulsando la militarización y los conflictos desde la frontera con Colombia, mientras en la frontera con Perú, los presidentes García y Correa, programan desmilitarizarla a lo mínimo necesario tras la reunión en Loja.

Extraña mescla ideológica que practica el gobierno del presidente Correa, la frase dicha por el presidente de Ecuador, tras la llegada de Hillary Clinton, hace unos meses “no soy anticapitalista, no soy antiestadounidense, no soy anti nada” en una rueda de prensa, después, de la reunión con la canciller, refleja el conflicto ideológico interno en la que se debate el proceso ecuatoriano despreciando a los partidos políticos y movimientos sociales de izquierda.

Se habla de revolución ciudadana sosteniendo el estado de excepción en Quito, amenazas y requisas significa que no hay espacio para discutir peor para la critica por tanto no hay libertad, como hablar de libertad con tanquetas y militares armados patrullando la ciudad, es imposible impulsar un cambio sin derechos ciudadanos ¿cómo hablar que las instituciones policial y militar se reconcilien con el pueblo, con las naciones indígenas y los movimientos sociales, con toda la inteligencia y represion encima?

A los problemas económicos para armar el presupuesto fiscal del 2011 se suma el desempleo, el incremento del subempleo, la violencia, la llegada y salida de los inmigrantes, el descoyuntamiento en algunas ciudades de la población urbana aumentado constantemente por los refugiados colombianos, los visitantes cubanos, asiáticos, africanos, con la mira puesta solo en los EEUU, hacen de Quito, una capital para la inmigración ilegal.

En esta inestabilidad socio-política tiene mucho que ver la mediocridad legislativa y sus mediocres legisladores y legisladoras habitando comisiones que tienen más poder que el plenario y sus constantes listados para invertir en escuelas, colegios, centros de salud, cada vez que hay que aprobar una ley ¿Qué cambio con el Congreso? 30 leyes enviadas por el ejecutivo con carácter de urgente aprobadas por la Asamblea o por el ministerio de la ley ¿Dónde queda la participación del pueblo? ¿Y el dialogo? O ¿la revolución participativa con la ciudadanía donde esta?

Revolución que no tiene motivación ideológica sino específicamente económica por la necesidad que tiene el país de la cual se aprovecha EEUU, utilizando a China, de ninguna manera resuelve los problemas para los periodos de calma, peor, para el periodo de hirviente descontento en donde se encarcela a cualquiera y se derrama leche en las calles que los campesinos no pueden vender pese a la apertura productiva para los lácteos frenada por la tecnocracia y el burocratismo.

Burócratas y asambleístas, son la nueva señorial aristocracia, desinteresada, innoble, del socialismo del siglo XXI en Ecuador, sus elevadas funciones están más allá de la economía, se fastidian cuando hablan con desprecio del pueblo y sus eternos problemas que su alcurnia no resuelve. Otra ingenuidad solapada es creer que con sus megas salarios comparados al sueldo básico, les interesa solucionar esos problemas. Elite, con una excepcionalmente alta dosis de inconsciencia social para que puedan crear una sociedad con cambio integral son los culpables de los 30 S.

rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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