El Vaticano no es el reino de Dios en la tierra ni en el cielo

La Iglesia, en Venezuela, Ecuador, en cualquier lugar donde se pretenda construir un socialismo, protesta proyectando el desequilibrio social, buscando el efecto de sustitución presidencial. Esta búsqueda no es resultado de una oposición ocasional, resultado que podría desaparecer bruscamente, la Iglesia católica, es una institución que muy sutilmente promueve la violencia porque naturalmente cambia el ejercicio de la psicología humana utilizando a Dios, Jesús, y manipulando la palabra escrita en la Biblia, con esa palabra altera la moral y la misma educación en la sociedad hablando con mucha elegancia de la desocupación, el hambre, la pobreza y el caos.

No se puede imaginar el triunfo del Vaticano, sin imaginar al mismo tiempo las megas muertes que proyecta de los socialismos y de las personas que las lideran, trabajo compartido con las naciones más poderosas; la Iglesia arrimada al poder, así ha sido desde hace 2000 años ¿Por qué habrían de querer cambiar ahora si les ha ido muy bien?

La inflación demográfica de la humanidad la condena a consagrar de más en más lo esencial de sus esfuerzos a la producción. Los oasis económicos nunca han sido interrumpidos por ninguna revolución, el reino político de Dios, continua intacto, 8 naciones gobiernan el mundo, no son mas que oasis, con ayuda del Vaticano, institución católica encargada de la sumisión, sin esa domesticación de los pueblos católicos todo el paisaje humano se transformaría, cambiarían internamente esas naciones ubicadas al norte del globo, el socialismo es para ellos el diluvio político-económico universal.

El Vaticano debe ser exorcizado, la veneración y la imitación engaña enormes masas humanas. La mimesis, de Dios  sola, no produce desilusiones y despotismos conservadores inevitables cuando quienes hablan de Dios, son solo hombres, por eso estos pederastas violan niños enfermos, costumbre que arrastran desde la época medieval con la complicidad de los Papas. 

Es después y más allá de ese vaticinio que el Vaticano, encuentra una mística y la idea del Reino del hombre como equivalente psicológico de un Reino de Dios sobre la tierra. Es una filosofía totalitaria, corrupta y política en todos los campos, aun en el biológico y demográfico, no acepta su error en el exceso de su ambición por el poder, en sus abusivas planificaciones y peligrosas gestiones sociales alteran la cultura y la moral para sostener el destino de Dios. Es ingenuo pensar como la jerarquía eclesiástica aparenta esforzarse contra la degradación cotidiana que el Vaticano planifica.

El Vaticano se asemeja, si se quiere, a una universidad privada de extrema derecha que no ha superado la fase de la fundación fanática racista y xenofóbica contra los pueblos pobres, a la que tolera, porque sin ella no tendrían razón de existir, y va siendo una actividad cotidiana practicada por siglos, práctica que no es humanizada ni moralizada ni moralizante. Es por lo demás, las causas de la violencia y las guerras, mucho antes que las cruzadas, las guerras son una costumbre del Vaticano, así refuerzan la espiritualidad de la zona, costumbres indignas de los Cardenales, Obispos y Arzobispos, educados y con maestría de genocidas y manipulación de grandes masas humanas.

Maestrías que contribuyen a la degradación del Reino del hombre, y que están paradójicamente de acuerdo con el cientificismo satánico de seguir matando a Dios, sutilmente, sin que sea muy obvio para que pueda seguir proyectando como sobrevivir otro milenio ante el avance de la ciencia, Charles Darwin, los dejo agonizando, incurrieron en la economía más allá de la política para sobrevivir. Las Iglesias, no se consideran subordinadas a la marcha de la historia sino protagonistas de la historia.

La economía, la política, la cultura, son materias especializadas a su práctica deshumanizada al modo de las ruedas de un carro que, girando sobre ellas mismas, hacen avanzar el carro al ritmo de la Iglesia, y que gire la sociedad religiosa subordinada a los ricos. Según el Vaticano, la más alta especie de sociedad, es el carro avanzando gracias a sus ruedas.

Así pues, según el Vaticano, las historias particulares de los pueblos están encaradas e interpretadas en términos no de su propio destino, sino, según,  sus efectos sobre el destino que tenga la religión católica y el Vaticano que la diseña. Estos hechos responden fácilmente al Vaticano y a sus poderes políticos unificados con los espirituales encarnados en hombres y mujeres que han desilusionado tanto como la practica política.

Este punto de vista no es nuevo, viene desde 2000 años atrás con unas cuantas excepciones que en nada cambia la interpretación que el Vaticano da a la Biblia. Redactores como Nicolás de Cusa, de Bousset, de Liibniz, o los marxistas independientes si los hay, o los modernos bolivarianos, y en un cierto sentido por muchos intelectuales de ayer y hoy, que entre ellos son sinceros y para los que la revolución económica o antieconómica, no es más que un medio de desalineación de la mujer y hombre que los conducirá nuevamente a sacramentar a la Iglesia, y convertirla en nueva Iglesia del nuevo poder espiritual ante el fracaso de las revoluciones y por encima de los poderes temporales, y de las antiguas Iglesias es la realidad desnuda de la historia por la que sobrevive la Iglesia.

Entre la cabeza y el corazón, se impone la Iglesia y su religión, así se sostiene esa monarquía del Vaticano, sin la participación de Dios, porque la vida social desborda la participación individual que no es más que un cuento expresado por idiotas a su tiempo, no significa nada ya que el efecto temporal lo borra la desmemoria del pueblo utilizado en su beneficio por la Iglesia y por los gobiernos como un don celestial. Es solo un punto de vista expresado por una persona que en nada cambia la realidad, ese punto de vista no adquiere un sentido más que cuando la mujer y el hombre descubren en su historia la operación de Dios, no de la Iglesia, no del Vaticano, ni de la religión, cualquiera que esta sea.

Lamentablemente, la masa imita líderes pasados, lee historias escritas por historiadores en su momento reconocidos por los gobiernos y la Iglesia burguesa que olvida en cada siglo escribir la historia del pueblo, su importancia e ingenuidad para invitarlo a reflexionar que su cotidianidad debe ser alimentada por el conocimiento para tener fe y dignidad, esa debería ser la verdadera historia de los pueblos, no la inquisición sostenida por más de 500 años, historiadores pagados por las monarquías y los Cardenales. No hay una historia de Jesús revolucionario, o de su padre dolido por la práctica de la Iglesia y de su jerarquía despiadada  y monárquica.

Se da, porque el pueblo actúa dentro de estrechos límites creados por la Iglesia y por los gobiernos, educación esclavista para una moral celestial en una cultura dependiente del dinero y del petróleo, y una religión que solo proclama pero que no practica la igualdad; fracaso inevitable ha producido una gran complicidad de 2000 años de edad.

Sin embargo, el Vaticano, ahí está, la plaza de San Pedro, se llena esperando el humo blanco cuando un burgués corrupto y cómplice de violaciones reemplaza a otro. Y, la masa adormecida  por la ignorancia exclama:”tenemos Papa”. Monarca desacreditado se une al poder económico y militar para defender su autoridad.

El único Dios que no engaña y que no miente, es aquel que es indiscernible del equilibrio natural. No la gran política y la activación cultural, sino lo menos política y cultural posible contra el equilibrio normal de los gobiernos y la vida cotidiana así como esta dispuesta. 

rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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