Hemos escuchado de manera reiterada, que la construcción del Socialismo Bolivariano o del "Siglo XXl", es materia de la interacción del los sujetos sociales en la búsqueda de la mayor suma de felicidad posible (como establece nuestra constitución), pero veamos cual es la base que debe apreciarse en la génesis misma de esta práctica.
En principio, el empirismo histórico hace referencia a un saber general de las cosas, que puede tornarse de manera singular o particular dependiendo el asunto del que se trate, en este sentido, se puede acotar que dicho conocimiento es el que induce a la descripción e interpretación de los procesos en que los sujetos sociales nos involucramos desde el mismo momento de nuestro nacimiento, asi pués, que la generación de las propuestas de articulación, organización y fortalecimiento del Poder Popular a través de las distintas organizaciones sociales, conlleven a cambios estructurales en la sociedad de una manera acelerada que trae como consecuencia la activación de políticas que, en cierto modo, se adecúan a las necesidades de la población pero que en el estricto orden del conocimiento de las realidades locales, municipales y nacionales, no satisfacen las necesidades de estas; pero eso es harina de otro costal, sigamos.
El imperismo histórico es en consecuencia la base de los saberes de la sociedad para la comprensión de los procesos a que se vincula, de allí el dicho "Más sabe el diablo por viejo...", siendo así, se logra definir la aceleración de los procesos de cambio vinculados a la construcción del Socialismo Bolivariano, partiendo de la experiencia singular del sujeto social con un orden cronológico elemental de los acontecimientos históricos, que en definitiva, crea una suerte de retroalimentación histórica de la actividad social que impacta inevitablemente en favor de su crecimiento estructural.
Pero, ¿Es solo la actividad de los sujetos sociales y el empirismo histórico lo que motoriza al Socialismo Bolivariano?
Quizás puede interpretarse de esta manera, pero el principal combustible para lograrlo es la espiritualidad de los sujetos sociales la que, en gran medida, nos dota de la fortaleza necesaria para activarnos en favor del socialismo.
Es costumbre que todos los actos revolucionarios de masa son precedidos por actividades culturales, la música es una de las predilectas pero en especial, la música que fué hecha, compuesta y difundida en tiempos de persecución y de gobiernos y dictaduras de Derecha en toda América latina. ¿Quién no siente rebeldía en su espíritu al escucharla? Cantores como Alí Primera, Carlos Mejía Godoy, Alfredo Zitarrosa, Quilapayun, Inti Illimani, Victor Jara, Violeta Parra, entre otros muchos, nos han dejado como legado la espiritualidad que contiene su música, más allá del mensaje, esto solo por nombrar una pequeña parte de la espiritualidad que de alguna manera orienta nuestro Socialismo.
De este mismo modo, ¿Quién no siente respeto y mucha más admiración por nuestros próceres pátrios cuando escuchamos al presidente Chávez hablar de ellos?, es más, el comandante Chávez es la mejor muestra de esa espiritualidad a la que me refiero, me explico; si detallamos los rasgos fisionómicos del comandante Chávez nos daremos cuenta del cambio metamórfico que sufre dependiendo la situación en que se encuentre, lo vemos con rasgos de indio en situaciones de conflicto interno o externo que nos impactan directa o indirectamente como nación, pero también lo vemos con rasgos "negroides" en situaciones de tranquilidad, afecto, cariño, como la inauguración de un C.D.I. o un Hospital, una escuela..., y lo vemos con rasgos de "blanco", en situaciones que involucren la política internacional, firma de acuerdos y actividades diplomáticas.
En fin, somos tan afortunados que incluso nuestra idiosincrasia nos ha dotado de elementos que, más allá de formar parte de una discusión teológica, nos liberan de las cargas existenciales que el modelo capitalista nos impone como condición de vida, sin duda, existe una inmensa legión de revolucionarios que escucha la música de Alí y se fuma un tabaco, mientras comparte una botella del mejor Cocuy de Penca (que es el compartido con los amigos).
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