Después del Neoliberalismo, ¿Qué viene? (II)

En anterior artículo nos formulábamos interrogantes sobre el devenir de America Latina en un contexto de superación del neoliberalismo. Se hace obligante un ejercicio teórico que vinculado a la realidad histórica, dote a nuestros pueblos de caminos ciertos, concretos que conduzcan a construir un espacio superior para esta región del mundo.

Ciertamente alguien podría postular, o dudar, que no estamos frente a un cambio de rumbo o de época y que podría tratarse de una reacción episódica frente al neoliberalismo. Así como el crecimiento cíclico y la superación del patrón dólar-oro del capitalismo industrializado de los años setenta del siglo pasado, vio nacer la estanflación, y con ello, el surgimiento del monetarismo como política económica dominante; también la historia reciente, de comienzo de siglo, registra los cambios políticos en la correlación de fuerzas a favor de gobiernos nacionalistas, populares, progresistas y socialistas en nuestro continente, así como el crack en la acumulación capitalista de 2008-2009; eventos que cuestionan la vigencia del pensamiento neoliberal y sus instituciones legitimadoras como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Creo pues que no es accidental o circunstancial este tiempo que apertura otro ciclo de la historia humana.

Los Latinoamericanos no deberíamos perder la oportunidad de recolocar a nuestra región en el concierto de naciones en un contexto de globalización indetenible. Esta última, la globalización, como hecho histórico advino, en las últimas tres décadas, en la conformación de polos o bloques económicos altamente competitivos en el comercio mundial. EEUU-Canadá, la UE, Japón y la China, dan cuenta de más del 90% del intercambio de bienes y servicios en el mundo. De estos, la Unión Europea sobresale por lo que para la historia de la humanidad significa lograr, pacíficamente, una integración comercial y monetaria plena entre países con diversidad cultural, política y económica.

El desafío para America latina, luego de colocar en su justo lugar al neoliberalismo empobrecedor, es gigantesco. Al interrogarnos sobre la pertinencia de un comenzar, todo apunta a insistir tercamente en el proyecto de la integración económica, política y social. Este es un continente diverso, con mercados nacionales estrechos, con asimetrías entre ellos y dentro de ellos, con insuficiencias de capital en la mayoría de las naciones que la integran, con una amplia base de población excluida de derechos humanos esenciales. Cada quien por su lado preservará a la America latina de los mil dolores y sufrimientos.

Un proceso acelerado en la integración nos permitiría ensanchar los mercados nacionales en el marco de acuerdos justos para reducir y eliminar barreras arancelarias, instalar procesos de industrialización complementarios no competitivos, dotarnos de nuevas instituciones financieras regionales, (Ej. Banco del Sur, Fondo de Compensación Monetaria) que financien el desarrollo, atiendan las asimetrías y las crisis de balanza de pagos, y atender con sentido estratégico nuestro acceso al mercado mundial para que ninguna nación o polo económico, por poderosos que sean, nos condene a relaciones de subordinación o extracción de nuestro excedente (Ej. Ayer y hoy los Estados Unidos: y hoy, la China tienen balanzas comerciales positivas con la mayoría de nuestros países.).

Una America Latina integrada, constituida en un nuevo y emergente bloque planetario, estará en mejor condición para resolver la grave brecha que en el campo científico y tecnológico nos separa de las economías industrializadas. Sobre la base del dominio pleno del hecho educativo y el acceso a la ciencia y a su fuerza transformadora, podremos acortar caminos en áreas estratégicas como la informática, las telecomunicaciones, el transporte y la medicina.

¿Es la integración incompatible con un proyecto socialista nacional? No lo es. En el caso Venezolano el socialismo es en su raíz un proceso de liberación nacional que devuelve el control de las riquezas naturales a los intereses nacionales, y dota al Estado de plena soberanía en la ejecución de la política económica, social e internacional. Esta última, al postular un mundo multipolar, tiene en la integración de America Latina un componente vital para el éxito del camino socialista.

¿Después del neoliberalismo en America Latina? Los pueblos y sus dirigentes deberían comenzar por la integración para intentar hacer historia, vale decir, hacer un pueblo grande en sabiduría y constructor de bienestar: El Bloque que el planeta Tierra necesita para ser mas humano. Es cerrar aquellas venas abiertas.

rodrigo1cabeza@yahoo.com


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Rodrigo Cabezas

Economista. Profesor de la Universidad del Zulia

 rodrigo1cabezas@gmail.com

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