Con razón,
desde cierto punto de vista el socialismo no es nada nuevo. Desde tiempo
inmemorial el hombre y la sociedad, la lucha de clases ha sido
tema en todo el mundo. La república de Platón es un análisis
de la comunidad ciudadana en todos sus aspectos. Lo nuevo en el
socialismo es el tratamiento objetivo y científico de las diferentes
culturas en la sociedad por su inclusión y la concepción que comenzó
a configurarse en la mentalidad humana del problema social en el sentido
más lato. Así, los hombres comenzaron a interesarse vivamente
por la transitoriedad de y con las cosas y en todo lo relativo
al hombre de la tierra y no ya del cielo.
Se discute
apasionadamente la reforma electoral en la nada unión de los partidos
políticos de izquierda, las etapas de la evolución revolucionaria
que no supera la participación electoral, la pobreza y riqueza de las
naciones y el crecimiento de los pueblos. Solo en esta última
década ha habido un reconocimiento consciente del desarrollo social
y de la posibilidad de los pueblos de encausarlo y dirigirlo.
Es indiscutible el paulatino desarrollo material y económico de la
clase pobre de la sociedad en Venezuela pero me reservo con respecto
al progreso moral del funcionario y la sociedad, importante elemento
para el triunfo de la actitud socialista y el positivismo de la revolución
en sugerir e imponer al pueblo solo las tareas que puede cumplir.
Pero fueron
necesarias muchas corrientes distintas del pensamiento y muchos cambios
profundos en el proceso revolucionario, en la estructura de la sociedad
pobre para que llegara ha hacerse consciente el reconocimiento
de un partido unificado y permitir la evolución social ya como
un hecho cierto y para que surgiera una nueva actitud política
frente a la sociedad que debe culminar con el autentico socialismo del
siglo XXI, es verdad, la contribución en mayor o en menor grado
de los partidos políticos y sus dirigentes. Pero también
es cierto que la época actual de transitoriedad cultural requiere la
consolidación interna del proceso para hacerle frente al capitalismo
y evolucionar al socialismo. El comunismo de Moscú y Pekín,
por sí solo no pudo detener el capitalismo y permitió la globalización
neoliberal por citar dos casos.
Tantos partidos
políticos, muchos de ellos creados para una sola elección como en
el caso de la oposición, evitan hallar un significado en el flujo de
los acontecimientos socialistas y de establecer los principios rectores
del gobierno nacional en la transformación social. Es indudable que
al gobierno le hace falta una oposición competitiva y eficiente así
como un liderazgo opositor capaz de enfrentar al ya monótono liderazgo
de Chávez.
Recalcando
la interrelación entre los sucesos y tendencias practicadas por estos
partidos políticos, medios de comunicación, oligarquía, con la sociedad,
las consecuencias sociales y culturales son negativas para el proceso
socialista. No sólo de Venezuela sino de la región. La polarización,
la falta de unión en la sociedad por estar prácticamente igualados
en porcentaje originan periodos de cambios turbulentos, siempre pretendiendo
tomar decisiones en la industria, en el gobierno en las políticas regionales
y locales y en otros sectores de la sociedad. Hoy la fiebre del
poder ha disminuido después de las elecciones de gobernadores y alcaldes
no así el elitismo, no les permite ni siquiera pensar perder ese espacio.
Los problemas existentes en los estados y ciudades donde gobiernan están
directamente relacionados con esas inadecuadas formas de hacer política
socialista. El fermento intelectual de los miembros del partido
socialista unido de Venezuela no ha permitido el desarrollo de nuevos
principios y valores morales con respecto a establecer la ética en
la actividad cotidiana. Se sirvieron de datos sociales y estadísticas
así como también de resultados del medio físico que estaban al alcance
de la mano para continuar manipulando al pueblo.
En realidad
el moderno socialismo bolivariano hace muchas proyecciones limitadas
y relativamente a corto plazo con un buen grado de seguridad, a parte
de los métodos corrientes del socialismo tradicional se aplican nuevos
métodos de beneficio social económico, potencialmente poderosos para
consolidar la revolución. La falta de convencimiento en el socialismo
de los miembros de las estructuras públicas nunca permitirá la integración
de las sociedades. En nueve años solo han hecho intentos primitivos
de hacer política, no permiten la búsqueda de una innovación sobre
otra que permita un análisis anticipado de sucesos sociales.
En resumen los partidos políticos y estos funcionarios, su politiquería
frenan el impulso realmente extraordinario de un socialismo científico,
novedoso, innovador y moderno, que tendrá por sí solo, poderosa influencia
en el futuro.
Sería tonto
no utilizar la ciencia y la tecnología en prever y mejorar los eternos
problemas de la sociedad. Lo peligroso no es que se exagere la capacidad
de paciencia del pueblo, sino que dejemos de utilizarla. En política,
ya los partidos de oposición como el PSUV demostraron que sus acciones
son primitivas en la manera de hacer actividad pública y aunque nuestros
intentos de hacer política científicamente terminen en el más completo
error, el solo esfuerzo nos ayudará a identificar variables realizables,
claves para el cambio, y permitirá aclarar polaridades, nos obligará
a una más cuidadosa valoración de las alternativas políticas. En
todo caso, el sondeo científico produce rendimiento político en el
presente.
Sin embargo
esto no es más que una parte de lo que debemos hacer para ampliar el
horizonte del socialismo bolivariano e infundir a toda la sociedad
un mayor sentido de unión. Hay que trabajar muchísimo en la disciplina
revolucionaria para superar las culturas de la impuntualidad, el conformismo
y especialmente la cultura del dinero. Antes de racionalmente decidir
que alternativas escoger en las reformas o enmiendas que permitan una
segura transición; que estilos culturales hay que incorporar
y cuales hay que recuperar. Hay que asegurarse cuales de ellos
son posibles para el socialismo bolivariano.
Estas corrientes
intelectuales no deben considerarse con prescindencia de los cambios
sociales reales que tendrán lugar paralelamente y que terminaran por
conceder al pueblo un mayor poder. En la cúspide del proceso
se levanta la revolución socialista que constituye indudablemente una
serie de acontecimientos, los más importantes en la historia del hombre
por los cambios que persigue con su participación. La sociedad feudal
tradicional y sus relaciones por debajo de la mesa con los partidos
políticos y los gobiernos regionales y municipales han originado
periodos de cambios turbulentos, dirigidos hacia las condiciones sociales
y las miserias de las masas.
Políticamente
este proceso, halló expresión en dos grandes movimientos, la participación
y la integración, arietes revolucionarios de la libertad, la igualdad,
la fraternidad y los derechos del hombre por consolidar.
En esta atmósfera
es donde nace desde el punto de vista teórico la necesidad de unificar
las corrientes ideológicas de izquierda para ensamblar mejor a la sociedad;
necesidad esta que se ha tornado imperiosa debido a la creciente interacción
y complejidad de los elementos de la vida social. Desde el punto
de vista practico, surgió como critica de todos los programas parciales
para la regeneración social por la demagogia practicada para
curar todos los males sociales.
Siempre estos políticos están acostumbrados a curar no ha evitar la enfermedad. El socialismo requiere de las ciencias políticas para un socialismo científico.
rcpuma061@yahoo.com