¿Y qué es lo que ha hecho esta gente?

Tienen toda una edad histórica asesinando tortugas carey  para fabricar productos que satisfagan apetencias mercantilistas vanidosas,  sólo con el afán de acumular riquezas.   (Productos que pueden ser fabricados con otros elementos que no destruyan a la especie). Hoy la tortuga Carey es una especie en extinción que tan pronto se apague romperá un eslabón de la cadena biológica.

      Tienen toda una vida histórica,  masacrando Ballenas,  con la única finalidad de obtener productos de belleza y otros no tan importantes como la vida misma,   con la  intención de mantener un comercio de muerte; que genere márgenes de ganancias para abultar las bóvedas y cuentas bancarias de una ínfima minoría;   para ser utilizada luego como un trofeo vanidoso de ostentación material.   Una vez desaparecida la especie,  la cadena de la vida del planeta será interrumpida.   

      Tienen  generaciones  históricas  destruyendo bosques de árboles maderables.  Primerísima fuente de generación de oxigeno  en el planeta.  ¿La meta?  Obtener beneficios   monetarios abundantes para sustentar un ritmo   de vida que les permita consumir   exageradas cantidades de objetos y bienes innecesarios para la vida, sin importar lo más necesario realmente: el equilibrio ecológico.

       Tienen siglos históricos  sometiendo y mancillando a otros seres humanos, tan solo con el propósito de lograr generación de riqueza  y materia prima barata.   Por el solo placer de sentir que son superiores. Alimentando así un ego que  refuerza el complejo de inferioridad implícito en ellos, pero que los tortura y avergüenza  al punto tal que desprecian y destruyen la vida ajena.

       Tienen toda una herencia histórica fabricando artefactos para salvar vidas,   pero que luego son vendidos a quienes pueden pagarlo. Los que no tienen  el bien material suficiente como el que ellos poseen, no pueden optar  por salvar sus vidas.   Pues la dinámica de la ley sobreentendida del capitalismo  no concede el derecho a la existencia de, quienes no pueden ser lo suficientemente inescrupulosos  para hacer lo más aberrante por tener cúmulos de bienes de riqueza. 

      Tienen siglos históricos  fabricando maquinas de muerte  para comercializarlas  como instrumentos de defensa de la vida; generando un axioma para  ellos infalible “quitar vida para conservar vida “. Pero, lo que no dicen es: Que la vida que arrebatan es la vida misma de quienes usan como instrumento de explotación,  y la vida que quieren preservar es la de ellos; aun por encima de cementerios de inocentes.

      Tienen  tiempo inmemorial,  practicando filantropía con los inocentes que, ellos mismos condujeron a la más aberrante miseria a la que se puede inducir a un ser.   Ellos se ufanan de sus logros materiales, obtenidos a costa del  trabajo y esfuerzo ajeno,  pero luego vuelven a hacerlo informando  a los de su misma condición, cómo hacen caridad con los moribundos  que ellos provocaron.

     Tienen  toda una tradición histórica  asistiendo a templos religiosos. Sus pechos inflados por la grasa y el colesterol  que engullen con afanoso placer.  Están marcados  de falsos golpes de arrepentimiento que se imprimen jocosamente, para engañar a un Dios y una Sociedad  fabricados a su medida y que les concede el titulo de “benevolentes ciudadanos”  o “miembros insignes de la sociedad civil”.

      En definitiva: El capitalismo   hace ya mucho tiempo que, viene destruyendo todo lo que a la naturaleza le ha tardado  millones de años en crear. Lo mas odioso y perverso de todo esto es que, solo una insignificante minoría de avaros glotones,  con tendencias sadomasoquistas  y  de conductas aberrantes, son los que sostienen y mantiene esta estructura absurda;   Utilizando la debilidad mental  en unos casos y, la complicidad servil en otros,   de una parte de la mayoría  afectada por la desigualdad  y el enfermizo elitismo.

      En conclusión: “O el hombre acaba con el capitalismo; O el capitalismo acaba con el hombre”


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Javier Monagas Maita


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