Introducción.
Como sostuvimos en anteriores trabajos y mantenemos en el presente ensayo, sólo el Pueblo organizado en movilización permanente, y en Alianza táctica con otras instancias de poder real en la sociedad, será capaz de dar respuestas a las exigencias ineluctables que el devenir histórico “impone” [1] para que los Procesos Políticos sean considerados revolucionarios estricto censo. El nuestro, no escapa a esa premisa; de allí que, luego del nefasto y fallido golpe fascista [2] y subsiguientes actuaciones de la derecha fascista hasta hoy en día; una vez analizada la realidad, el Comandante Presidente instruyó las iniciativas funcionales y operacionales, que garantizaran dar respuestas a la onda de impacto que surgiría con posterioridad al laboratorio político del 11 de abril de 2002, facilitando, en el marco de un claro entendimiento del momento que se vivía, el escenario para que cobrara espacio propio una Expresión Político-Social legitimada desde antes del 4 de febrero, a la cual cerraron filas en un Frente Amplio Nacional, [3] los factores militares comprometidos con el proceso de cambio; quienes a pesar de algunas divergencias, entendieron que sería irresponsable dejar perder un Proyecto Bolivariano de muchos apellidos. Había que resolver la dificultad inminente antes que avalar la traición que se fraguaba. Era y es preciso, darle continuidad a la propuesta liberadora como norte correcto a seguir. Las Tres Raíces pudieron más que la miseria humana.
La nueva situación.
Ante la imposibilidad de que los factores tradicionales del poder pudieren concretar la tarea encomendada (en esta etapa los hijos del bipartidismo ya habrían de ser sustituidos en algunos casos por nuevos actores y agentes que sí conducirían las acciones de acuerdo a los intereses del gran capital), por sus “amos” del exterior, éstos se plantearon comenzar a preparar las acciones (incluso con nuevos actores), en forma más directa para lo cual, tejieron las alianzas que estrangularían la República desde el escenario internacional [4] permitiendo a su vez, darle nuevos alientos a los delfines internos que la derecha internacional estimula en Venezuela para concretar de seguido, sus metas en la Región. Imponer el ALCA.
De allí la insistencia de que política y militarmente, si es preciso, debe ser derrotado el presente gobierno bolivariano. Para ellos es determinante su aniquilamiento a los fines de la concreción de los planes mundiales y continentales que los mentores de la globalidad totalitaria desde el neoliberalismo tienen estipulado para garantizar un escenario cierto que permita un desenvolvimiento del capital en esta etapa de su desarrollo [5] . No es sólo un problema de afectar, desmoralizar o desmontar. Es preciso para ellos aniquilar toda expresión revolucionaria emergente, donde quiera que ella se esté desarrollando. Su consolidación sería algo más que una piedra en el zapato. Es una lucha de antagónicos irreconciliables .
El Bolivarianismo como utopía, como concepto nucleador dentro y fuera de la idea espacio-nación, distrae atención y recursos, respecto de otras áreas neurálgicas de la geopolítica mundial prevista por quienes definen y controlan la agenda hegemónica neo imperial. Al respecto se plantean como inminente y necesario, tomar en forma directa el control de las acciones, apegado a los esquemas y manual que sus adláteres fueron incapaces de seguir. Las declaraciones predictivas de la máxima autoridad de la principal Agencia de Inteligencia norteamericanos, vaticinó en su momento que: ...”en el año 2003 se profundizaría el conflicto político social en Venezuela”. Por ello creemos vendrán con todo; no obstante que a la fecha, aun continúan sin cuajar sus pretensiones.
Si esas afirmaciones las conectamos con el contenido y texto del Acta de Panamá suscrita el 11 de febrero de 2003, por siete Jefes de Estado (Panamá, como anfitrión, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua [6] ) y el canciller de Argentina con la presencia del presidente colombiano Álvaro Uribe; a ello le agregamos “las coincidencias” de los recientes pronunciamientos en contra del gobierno del Presidente Chávez (después que él se manifestara en favor de crear el ALBA en caso de que el ALCA no se democratizase), desde Colombia, España y Estados Unidos, es obvio existe un claro indicio de que algo grande se avecina [7] . Por tanto, no deben ser considerados como aislados, los actos criminales y terroristas perpetrados en la ciudad de Caracas a la sede consular de la República de Colombia ni a la embajada del Reino de España; pese al pronunciamiento por parte de la Jefatura de esas Misiones referidas a la solidez de las relaciones diplomáticas con Venezuela. La desautorización de sus ministros por parte del presidente de los neogranadinos es una “cortina de humo” propia de la Escuela “diplomático” de Nariño. El gobierno norteamericano quien generalmente se pronuncia con vehemencia sobre actos de esta naturaleza, nada al respecto dijo. Al menos, en el primer momento.
La casualidad de que los hechos fueran perpetrados en una zona que pertenece al Municipio Chacao [8] , llama a suspicacia dado que la sede de la Misión Diplomática de los EEUU, quien también asumió posturas críticas al lado del para entonces Secretario General de la OEA en contra del gobierno venezolano, no fue atacada por los terroristas; clara evidencia, de que quien actuó no desea perturbar a su huésped o tal vez, no se sabe, se esté creando un estado de confusión (generación de ruido), a los fines de desorientar a los sabuesos nacionales para que jamás se conocieran los autores materiales e intelectuales de la acción militar. En cualquier caso, demuestran con sus actos que ellos no descansaran hasta tanto no retomen el poder u obliguen al Presidente Chávez a negociar en los términos que ellos quieren imponer. La posibilidad de acciones contra Venezuela luego de la guerra contra Irak, no es nada descartable.
Caminos de la Revolución.
A la luz de la nueva situación; visto el viraje (valga decir el retroceso experimentado por las huestes fascistas producto de sus derrotas tácticas a lo largo de casi 05 años), de los acontecimientos el apoyo cada vez mayor [9] de la población al Comandante, sólo nos indica que la presente, es una oportunidad histórica e inigualable, para consolidar la propuesta Democratizadora expresada en El Libro Azul (Carta Magna), plataforma de la Revolución Bolivariana y socialista.
No nos equivocamos, al señalar que las condiciones en las cuales se expresa el sui géneris presente Proceso Político (como destacan los estudiosos de los clásicos del marxismo), es una Revolución por Etapas y como tal, requiere garantizar las condiciones y el escenario para madurar y crecer bajo el cobijo y el amparo de la legalidad del vigente sistema político; por tanto la defensa de sus instituciones (atacadas inmisericordemente por los grupos fascistas anti demócratas), es necesaria a los fines de poder alcanzar las posteriores Etapas que en el futuro inmediato nos llevarían a la consolidación la Democracia Bolivariana [10] en el plano nacional y en el escenario internacional, la Solidaridad Internacional militante (vía el ALBA), con los gobiernos democráticos de expresión popular; la defensa de la Autodeterminación de los Pueblos y por el logro de un Mundo Multipolar cuyo pibote de relanzamiento sea la Justicia Social Económica Planetaria.
Estas dos tareas titánicas requieren de un reajuste organizacional nacional interno (nacimiento del PSUV), que permitan impulsar y cumplir objetivos y metas, tanto desde el Aparato Burocrático del Estado, como desde la sociedad misma, con lo cual se le da vigencia a la tesis de la Democracia Participativa y Protagónica en lo político como en lo económico y social. El gobierno revolucionario deberá legitimar una estructura organizacional (la más conveniente), que sea expresión de todas las experiencias societales populares (y no de las burocrático partidistas), que a lo largo y ancho del país existen, surgen y se estructuran a partir del llamado alentador del Jefe y Líder de la Revolución. Sin embargo, esas iniciativas surgidas y puestas en práctica no deberán quedar “solas”.
Antes por el contrario, deberán ser creadas las condiciones para que ellas, en tanto expresión de un Proyecto Colectivo Popular de dimensión nacional (quienes sí dijeron presente al llamado de la Revolución), ahora ya no en lo electoral se canalicen y amalgamen en un todo biunívoco y coherente que permita y garantice la continuidad y defensa histórica del Proceso desde este momento en los planos: político, económico y social.
Hacia el mediano y largo plazo, con base al corto plazo, un Proyecto Nacional de dimensiones continentales, deberá ser diseñado a partir de sus coincidencias con otras expresiones políticas que en otras latitudes son maduradas a través de la relación Líder-Pueblo-Líder / Líder-Partido-Líder. Hoy como ayer, dos corrientes antagónicas chocan. Por una parte la visión liberadora, nacionalista, democrática y popular, expresada en la Doctrina Bolivariana (1826), y por la otra, la oprobiosa y humillante, expresada en la Doctrina Monroe (1823).
Elaborado por:
Politólogo, Manuel José Montañez Lanza
Magíster en Seguridad y Defensa
[1] Los hechos recurrentes explayados en la historia nos indican como sostener y mantener la democracia.
[2] Ratificamos lo indicado en el trabajo presentado en el mes de agosto de 2002, en el sentido de que los facinerosos actuarían con base al terrorismo como vía para retomar el poder político y garantizar la “normalización” económica y sus intereses. Por tanto, les es imprescindible el apoyo de grupos extranjeros organizados (mercenarios), quienes facilitarían recursos, experiencia, logística, inteligencia, etc., para deponer el gobierno liderado por el Comandante Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías y con ello, frustrar la experiencia democratizadora bolivariana continental.
[3] A finales del mes de agosto de 2002, principios de septiembre del mismo año, las fuerzas sociales comprometidas con el cambio, acordaban a solicitud del máximo Líder del Proceso Bolivariano, cerrar filas frente al inminente hecho de que los fascistas lejos de capitular, preparaban una embestida global a nivel nacional, que concluyó en los eventos por todos conocidos, teniendo como foco principal la ciudad de Caracas. Los medios de comunicación privados serían el instrumento a los fines de crear una matriz y difundir una situación en el ámbito nacional e internacional, en razón de sus intereses y visión de los acontecimientos.
[4] En agosto de 2002, oportunamente denunciamos la abierta participación desde Miami, Bogotá y Madrid.
[5] Sostenemos que las condiciones actuales de la economía mundial, podrían favorecer las pretensiones hegemónicas de USA para que en esta fase del Desarrollo de capital, se plasme lo sostenido por Lenín es su ensayo, El Imperialismo Fase Superior del Capitalismo. Por tanto el NOAL y otras modalidades organizativas anti hegemónicas, es oportuno reactivarlas a los fines de la consolidación de un Frente Internacional por la multipolaridad y la Democracia Internacional.
[6] Todos estos países y la Colombia de Álvaro Uribe, están subordinados y plegados abiertamente, a la Política Exterior intervensionista del gobierno del presidente Bush.
[7] Los atentados luego que el Presidente Chávez se pronunció respecto de las infundadas declaraciones desde Colombia, España y USA, son un indicio muy importante que los organismos de seguridad deberán evaluar respecto de futuros eventos. Todavía hay mucho por aprender. Ello indica, que algo mayor se avecina.
[8] Se podría entender que la operación sería de tal naturaleza delicada y secreta, que vincular a otros la pondría en peligro y el desmonte de la conspiración podría ser inminente.
[9] Las cifras de las encuestas más recientes, ubican al Presidente Chávez superando más del 70% de popularidad.
[10] Con base a la Tesis Política del Árbol de las tres Raíces.