En realidad, no entiendo por qué la sorpresa de los venezolanos en cuanto al aumento de la recompensa por la captura de Nicolás a 50 millones de dólares. Ni siquiera la sorpresa porque haya una orden de captura. Siempre ha sido así y siempre será así, contra cualquier que ose contravenir los designios de los yanquis. Porque es una pancada de ahogado, ante los tantos intentos de querer desgraciarle la vida al país por todas las vías y las remesas millonarias que se han enviado. Eso ha resultado en una derrota permanente. Por mucho tiempo utilizaron a los opositores que en esencia nunca sirvieron para nada, más allá de robarse el dinero que les enviaron los gringos. Cuando la oposición evidenció que no tenía idea de dónde estaba parada, comenzaron a actuar con el mayor descaro del mundo.
Y aún la utilizan para cubrir parte de sus barbaridades. Como por ejemplo el hecho mientras anunciaban la recompensa, paralelamente organizaban sabotajes con explosivos en distintas partes del país, de los que uno tras otro han sido desmantelados por los cuerpos de seguridad venezolanos. Y por cierto que esos actos son sin sentido, con una desconexión total de la política, del debate, de la propuesta, de la seriedad. Actos sin otro objetivo que asesinar personas comunes y corrientes, como si ellos fueran los gobernantes. El ejercicio de la barbarie sobre un pueblo que ha insistido en la necesidad de la paz.
Es la razón por la que el Che en aquel famoso discurso en la ONU, dijo "al enemigo ni tantico así". Chávez tenía una frase que la dijo muchas veces "el enemigo no duerme y nosotros tampoco". Ambas expresiones son absolutamente ciertas. No se puede pegar un ojo, mientras el enemigo esté despierto.
Y al estilo que siempre ha impuesto, Trump, chantajea, amenaza, presiona, como matón de barrio, buscando que los países se amedrenten y cedan a sus peticiones.
Aunque sabemos que los gringos son previsivos y nunca pierden de vista sus intereses; lo que quiere decir que mientras amenazan, organizan sabotajes y dictan orden de captura con recompensa, también negocian, porque es una manera no solo de cumplir con sus empresas, sino seguir garantizando que una cuota del petróleo venezolano siempre llegue a su territorio y a sus reservas. Necesitan demasiado para el caso de que estalle un conflicto. Mientras tanto, en Venezuela se siguen haciendo las cosas como se deben, y así han dado resultado. Somos insomnes.
