Crisis del capital en la etapa 1860-1870 y sus lecciones para el siglo XXI

La etapa comprendida entre 1830-1848, donde se realizaron varias revueltas sociales, estuvo marcada por el liderazgo de intelectuales y miembros ilustrados de las clases altas. A partir de 1860, las revueltas estarían dirigidas por trabajadores. En Europa occidental, las burguesías nacionales se habían apoderado de los parlamentos y abolido la esclavitud, sin embargo, las condiciones en las cuales les tocaría “trabajar libremente” distaban de la prosperidad anhelada por todo ser humano.

La clase trabajadora había crecido en número debido a la expansión industrial a nivel mundial, igualmente se hizo más culta y por ende consciente de su protagonismo de clase. Comenzaron a formarse estructuras de base a nivel industrial donde la solidaridad era manifiesta y sus liderazgos múltiples, creando de esta forma una base social de trabajadores capaz de confrontar al capital al menos en conquistas laborales necesarias; al tiempo de dar pie a la organización de partidos de trabajadores.

La primera gran crisis del capital aparece a principios de la década del 60 del siglo XIX, en parte por la guerra civil en los Estados Unidos, el cual interrumpe las importaciones de algodón hacia Europa y sus centros fabriles, trayendo como consecuencia la disminución en la producción y el despido de cientos de miles de trabajadores con las consecuencias sociales que traen consigo.

Es por ello, que la organización en forma de congreso para reunir a los trabajadores de toda Europa en Londres fue el inicio de una etapa  de articulación de diferentes organizaciones proletarias; dicho congreso juntó a proudhonistas, blanquistas, nacionalistas irlandeses, patriotas polacos y a Marx.

Los asistentes acordaron crear la Asociación Internacional de los Trabajadores, mejor conocida como 1era Internacional Socialista. A Marx se le confiere la responsabilidad de formar parte de la comisión redactora del documento final, aprovechando esta situación para incluir gran parte de sus ideas y nomenclaturas, como por ejemplo: clase trabajadores. Mencionando que “la economía  política de la clase media sucumbía ante la economía política de los trabajadores”, debido al logro de los trabajadores ingleses de reducir la jornada laboral a 10 horas (antes de esto la jornada no era menos de 14 horas diarias y en ocasiones 18).

Las condiciones de trabajo del proletariado continuaban siendo las mismas  desde 1830, con la diferencia que ahora, por medio de su esfuerzo y su intelecto los dueños de grandes medios de producción (burguesía) habían expandido su mercado al resto del mundo. Las ciudades de Londres, Liverpool y Manchester eran conocidas como el origen  de las diferentes mercancías que se fabricaban. Aún  cuando este nuevo mercado mundial representaba la generación de importantes cantidades de dinero que hicieron todavía más poderosa a las burguesías  nacionales explotadoras, muchas personas morían por inanición o enfermedades originadas por la pobreza (el mismo Marx fue víctima de ello), confirmando que el capital solo vela por su reproducción metabólica sin importar de qué manera lo logre.

Con todo y el mercado mundial, esta primera gran crisis hizo ver la fragilidad del sistema del capital, que al contraerse el intercambio de mercancías y algunas materias primas produjo un efecto de réplica en gran parte de los países receptores de éstas; igualmente se sintió en toda Europa, arrastrando a la bolsa de valores de Londres que servía de colocación de  dinero para reproducirlo de forma especulativa. Podría asegurarse, que este período es el inicio del capital financiero, aunque lograse su supremacía en la economía del capital mundial en la década del 70 del siglo XX.
Coincide esta etapa con la aparición del primer tomo de El Capital (Hamburgo 1867), donde Marx desnuda la operatividad del capital para favorecerse de la fuerza de trabajo; al mismo tiempo plantea el origen, funcionamiento y derrocamiento (tomos II y III), confirmando el enajenamiento del ser humano y la depredación del medio ambiente con sus recursos naturales siglo y medio después.

Durante la etapa del feudalismo, el trabajo estaba sujeto a la relación mercantil con el dueño del medio de producción (dueño de la tierra); en el período industrial no era tan diferente la relación, solo cambiaba el medio de producción; el salario significaba la venta de la fuerza de trabajo por parte del hombre a cambio de utilizar el medio de producción para generar mercancías y de esta forma perpetuar la relación trabajador-burgués. El salario debía asegurar la resistencia a la jornada día a día y l reproducción  de los trabajadores a fin de contar con los sustitutos de estos para cuando las fuerzas se terminen para ser útiles a la producción de mayor capital.

Marx y la crisis del capital

Para Marx, el trabajo explotador (obtención de plusvalor), el control de los medios de producción y la organización obrera, eran fundamentales en el inicio de la industrialización para emprender un proceso de cambios que favorezcan la sustitución del capital y su idea alienante. Las experiencias vistas en Londres, Manchester, París, Bruselas y Colonia le orientaban a afirmar que dentro de la primera gran crisis del capital estaba por llegar el estallido social liderado por  los trabajadores para la toma del poder, no necesariamente violenta, más sí por medio de cambios en las estructuras jerárquicas de los Estados nacionales, teniendo como protagonista las masas obreras más cultas y preparadas para tal coyuntura.
En los inicios de las primeras revueltas en Suiza, París y Polonia (la de París fue la más importante por sus implicaciones futuras); Marx pensaba en que sosteniendo acuerdos con un sector de la burguesía era posible levantar un gobierno obrerista; lo cual  dejó de lado al observar las posiciones clasistas adoptadas por éstos con la finalidad de mantener espacios de poder que al final le permitirían deslastrarse del apoyo obrero para no establecer transformaciones sustanciales respecto al capital.

¿Acaso era esta idea en Marx una manera de aproximar a las pequeñas burguesía a una nueva etapa en el camino hacia la derrota del capital? No.

En todo caso, de acuerdo a lo aprendido de estas jugadas tácticas, era el capital el que movía sus hilos políticos para reordenarse y mantener su hegemonía, pero lo más importante, es que demostró lo débil que podía ser el movimiento obrero si no lograba organizar base social por sí mismo.

Efectivamente, esta premisa en la actualidad es tan vigente como la lucha de clases misma; al igual que en el pasado, en el cual las clases sociales con mayor nivel económico pretendían permanecer en el poder en detrimento de la clase más explotada, en el presente, con los elementos propios del siglo XXI, continúa el control del poder político-económico por parte de las burguesías, incluso en acuerdo mundial, situación que aún no se presentaba a mediados del siglo XIX.

Es a partir de la publicación del primer ejemplar del Manifiesto del Partido Comunista (Manifeft der Kommuniftifchen Partei) en 1848, que Marx comienza a presagiar la crisis indefectible por la que atravesará el capital para permitir la toma del poder por parte del movimiento obrero, instaurando la dictadura del proletariado para conformar una mejor sociedad en igualdad de condiciones. No obstante, la tan esperada crisis ha sido de manera cíclica en diversas etapas históricas del capital, no sin echar a la calle  cientos de miles de trabajadores para conservar sus márgenes de ganancia intactos, provocando desde el siglo XIX la proliferación de ejércitos de desocupados laborales en todo el mundo, sobre todo después del proceso de globalización neoliberal.

En la etapa en la cual Marx desarrolla varias facetas (periodista, militante, teórico, agitador, organizador) se pensó que con un sector pequeño burgués demócrata era posible unir esfuerzos para derrocar a las monarquías o los gobiernos autocráticos. Nada más alejado de la realidad si se toma en cuenta que la pequeña burguesía lucha por mantener y reproducir sus privilegios de clase para el control de la sociedad, mientras que la clase obrera es solo un apoyo coyuntural para la conquista de ese poder, lo que degenera en la sumisión de éstos a los designios emanados por el gran capital expoliador de fuerza de trabajo y de plusvalor.

Si la pretensión de los sectores revolucionarios es la toma del poder para transformar la realidad entonces deberá hacerlo por sus propios medios, en acuerdos circunstanciales que permitan su avanzada; organizando la base social necesaria para tal fin, pero aún más importante,  generar por medio del estudio y el hecho práctico la economía política que guiará los pasos con las condiciones necesarias para la instauración de la sociedad sin clases; una sociedad del conocimiento con consciencia sobre el sujeto histórico, más allá que deba transitarse por un período de contradicciones para avanzar sobre objetivos determinados.


Cjma18@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 577 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter