El arado y el mar

La paz boba y la violencia necesaria

La Primera República se pierde, en gran medida, por lo que podríamos llamar la paz boba, esa timidez de los mantuanos para enfrentar a los colonizadores con la violencia necesaria la perdió, y le ganó el remoquete de  boba. Hoy los socialdemócratas transitan los mismos caminos con su paz boba, su diálogo absurdo, y hacen de la Quinta República una nueva república boba.

La paz de los dominadores es artificio para mantener la situación infame. En contraste, la paz de los dominados es sumisión, traición. Bolívar entendió el dilema y lo resolvió en Carabobo, Martí nos habló de la guerra necesaria y refrendó su pensamiento en Dos Ríos. Entonces, cuando en situación de dominación capitalista se hable de paz sospéchese de truculencia de los dominadores y de entrega de los dirigentes de los desposeídos.

Ahora se nos habla de paz, la paz es el paradigma de este gobierno socialdemócrata. Diez mil veces les dijo Chávez que la paz sin equidad, sin justicia, es imposible, que la paz en el capitalismo es imposible, no aprendieron esa lección como no asimilaron muchas otras. “Más rápido pasa un camello por el ojo de una aguja que un socialdemócrata entra en la lucha por el Socialismo”. Al menor chance se raja.

La paz se esgrime como excusa para mantener al capitalismo, su miseria espiritual y material. Se habla de paz boba, pero además engañadora, la paz que permite explotar a los trabajadores, la que produce millones de excluidos, la que necesita de razias, operativos, asesinatos en masa de los pobres, única manera de mantener una calma aparente y una inseguridad soportable. En realidad, esa paz es una guerra de un puñado de apropiadores contra millones de despojados, pero con sordina, guerra disimulada. 

Los desposeídos deben, tienen, es inevitable que usen la violencia para librarse del sistema apropiador, recordemos que nunca un sistema ha sido sustituido sin violencia, que aquel clásico denominó “la partera de la historia”. Nunca un cambio social profundo se ha producido sin ser precedido por la violencia. 

La violencia revolucionaria tiene características diferentes a la violencia de los dominadores. La de los dominadores es la violencia indispensable para mantener la situación de explotación de las grandes mayorías por parte de una minoría. La violencia de los humildes, la revolucionaria, es la guerra necesaria para establecer el sistema de la fraternidad, del amor.

Entonces, cuando el nuevo pacto socialdemócrata, el de zapatero y shannon, el de Jorge y ocariz, el de Maduro y allup,  el del diálogo absurdo, nos habla de paz nos está pasando de contrabando la guerra de los apropiadores contra los desposeídos, están transformando a la Quinta República en boba.

El Chavismo, sus dirigentes no deben caer en la trampa infantil manida del llamado a la paz de los capitalistas, deben insistir en la Paz Socialista, la que predicó el Comandante. Y si para conseguir esa paz, la verdadera, la predicada por Chávez,  hay que apelar a la violencia necesaria, bienvenida sea. Los chavistas, sus dirigentes deben superar la contradicción de predicar una guerra económica que no es otra cosa que el capitalismo y simultáneamente llamar a una paz que es la paz capitalista.



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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