¿Qué es la conciencia de clase?

El proceso de adquisición de la toma de conciencia de clase de los trabajadores no es un proceso inmediato ni automático, ni en la industria ni en el resto de los sectores productivos. Las condiciones económicas han transformado la masa del país en trabajadores. La dominación del capital ha creado en esta masa una situación común, intereses comunes. Así, esta masa viene a ser ya una clase frente al capital, pero todavía no para sí misma. En la lucha esta masa se reúne, constituyéndose en clase para sí misma. Los intereses que defienden llegan a ser intereses de clase.

Cómo adquirir una conciencia de clase para sí misma?: La conciencia de pertenecer a una comunidad particular de la sociedad, con sus propios intereses sociales y sus propios objetivos históricos, fruto de su condición de trabajadores asalariados; intereses y objetivos que sólo pueden lograrse con la transformación socialista de la sociedad mediante la expropiación de la propiedad de la clase capitalista, y su control y gestión planificada por el conjunto de la sociedad bajo la dirección de la clase trabajadora. La conciencia de clase se adquiere a través de la experiencia, no sólo del trabajador en su empresa, sino también asimilando la experiencia de los trabajadores de otras empresas, de su localidad, de su país e, incluso, a nivel internacional.

¿Cuáles son los factores del proceso de formación de la conciencia de clase?:

1.Mediante la experiencia de los trabajadores en el marco de la estructura económica de la sociedad capitalista.

2.Mediante la experiencia de los trabajadores en sus organizaciones (sindicatos, partidos), en las instituciones políticas burguesas (alcaldías, gobernaciones, asamblea nacional, etc.)

3.Durante las grandes conmociones políticas y sociales: la represión del Estado burgués, las guerras, estallidos sociales, huelgas generales, manifestaciones, etc.

4.La experiencia histórica de la clase trabajadora de un país, sus tradiciones, y la calidad de la dirección de las organizaciones de los trabajadores estimulan el proceso de toma de conciencia de los trabajadores o retrasarlo

Los factores de toma de conciencia demuestran que los procesos revolucionarios son excepcionales en la sociedad, pero no por infrecuentes son inevitables, y así lo atestigua la historia del capitalismo en los últimos 150 años. En una época normal del capitalismo la conciencia promedio de la clase trabajadora no pase de la lucha cotidiana por mejoras económicas en sus condiciones de vida y de trabajo, o la defensa de las mismas. Los trabajadores van a su empresa a trabajar y, solo cuando no tienen más remedio y han agotado toda otra vía para que se atiendan sus demandas, es cuando hacen huelgas. Las huelgas son fenómenos excepcionales en la vida normal de un trabajador.

Algunas veces una minoría de la clase trabajadora logra elevar su grado de conciencia hasta una conciencia socialista aun en épocas normales del capitalismo. Ciertos períodos normales son cortados por épocas cortas de meses o días revolucionarios que hacen tambalear y peligrar la continuidad del sistema capitalista (años 80 y 90), al tomar conciencia de sus tareas históricas y se lanzan a la lucha consciente por transformar la sociedad. Ejemplos: en Europa, los movimientos revolucionarios de 1917 a 1923, los años treinta o los setenta. En cada caso el fracaso se debió a la ausencia de una dirección auténticamente revolucionaria en las organizaciones de trabajadores.

El proceso de toma de conciencia de los trabajadores, es decir la comprensión de los intereses opuestos que existen entre ellos y el capitalista, comienza en el puesto de trabajo. Al no pertenecerle el producto final de su trabajo, el trabajador no tiene ningún interés personal en el mismo. El trabajo asalariado aparece ante el trabajador como una condición impuesta, como la única manera de obtener sus medios de vida.

Marx analiza detalladamente el proceso de enajenación (o alienación) que sufre el trabajador en la empresa: primeramente en que el trabajo es ‘externo’ al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, ‘trabajo forzado’ (...). En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro" (Marx, Manuscritos económico-filosóficos, págs. 108-109, Ed. Alianza Editorial)..

¿cómo se desarrolla la oposición trabajador-capitalista?

El trabajador se relaciona con el producto de su trabajo como con un objeto independiente de él, extranño. Mientras otro hombre independiente de él, poderoso, el capitalista es el dueño de este objeto. El trabajador se relaciona con su actividad como con una actividad no libre, como una la actividad al servicio de otro, bajo las órdenes, la compulsión y el yugo de otro (Marx, Manuscritos económico-filosóficos, pág. 109, Ed. Alianza Editorial).

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garcialwx@pdvsa.com

(*) asesor del sindicato unitario de trabajadores de PDVSA Intevep


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Lucidio García (*)


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