04 de marzo de 2023.- Un docente de la más alta categoría en Venezuela (Docente VI) cada quincena gana menos que lo que fue asignado a través del Bono de la Patria a los pastores evángelicos.
Un salario docente no alcanza, en promedio, los 20 dólares mensuales. Lo que prevalece en el gremio es la precariedad y el hartazgo de trabajar sin que su ingreso le permita tan siquiera comer sin tener que rebuscarse en otras actividades.
Las protestas que sucedieron en el mes de enero y, que aun se replican en muchas regiones del país, se sustentan sobre el hecho de que la educación pública en Venezuela se subsidia del trabajo casi gratuito de maestras, maestros y trabajadores educacionales.
Estas protestas, en lugar de ser atendidas por las autoridades competentes del gobierno de Nicolás Maduro, han sido descalificadas como una "conspiración de la Derecha" y los educadores han tenido que enfrentar amenzas, hostigamientos e improperios por parte de las autoridades escolares (casi todas escogidas según su afinidad con el Partido de gobierno) y hasta de colectivos de civiles armados.
En este contexto de destrucción de la educación pública en Venezuela y desmantelamiento de la Educación Bolivariana el gobierno nacional ha decidido que las clases las pueden impartir personas que no tienen la preparación adecuada y que formen parte de las plantillas de chamba juvenil, o sean estudiantes de bachillerato e incluso la incorporación de milicianos.
De esta forma el gobierno de Nicolás Maduro, con Yelitza Santaella como Ministra de Educación pretenden seguir el detrimento de la calidad educativa y desconocer los justos reclamos del magisterio venezolano.
En la red social twitter mientras el gremio se pregunta con qué cara se seguirán presentando los burocrátas sindicales que, una vez más, se han colocado de espaldas a las y los trabajadores, el gobierno nacional afina motores para que sean los milicianos los que eduquen los hijos e hijas de la clase trabajadora y sectores vulnerables.