Aprender a escribir

Con frecuencia recibo mensajes de lectores que me piden consejos sobre cómo aprender a escribir. A buena sombra se arriman. A petición de ellos hoy escribo este texto y daré mi opinión sobre el tema.

No doy consejos, no soy nadie para darlos, no sé nada de técnicas de escritura ni algo parecido, jamás asistí a cursos sobre escritura; pero escribir para mí es como vivir, ¿hay alguna escuela donde se aprende a tomar decisiones personales? No. Uno lo aprende en el día a día y quebrándose la cara en cada caída.

Entonces existen escuelas donde se aprende sobre técnicas de escritura pero no sobre escribir, como la pintura; cómo mezclar los colores, cómo sostener el pincel, la espátula, qué material va con qué material, qué número de lápiz usar en tal momento, pero no enseñan sobre la expresión y creatividad porque eso es individual y al igual que escribir es una necesidad propia y única, como única es nuestra nuestra huella digital.

Si alguien quiere escribir con técnica que alguien más inventó, hágalo, siga el camino de otros, lea libros no para disfrutar su lectura si no para copiar la técnica, palabras, frases, estilo. Pero ya no sería usted mismo, sería una copia de alguien más.

Como la escritura es como vivir, pregunto: ¿vivimos para nosotros mismos o para los demás? ¿Dejamos que los demás rijan nuestra vida y tomen decisiones por nosotros? ¿Nos vestimos para los demás o para nosotros mismos? ¿Nuestra felicidad depende de los demás o de nosotros mismos? Lo mismo es en la escritura.

¿Por qué escribimos? Y ésta pregunta puede tener una sola respuesta o varias. Para mí la escritura es exponer la carne viva, es arrancarse la piel a tirones, es desnudarse en la intemperie, es lanzarse de cabeza al vacío.

¿Entonces aparentamos, pretendemos, actuamos para agradar a otros? Lo mismo es en la escritura y en cada particularidad de nuestro actuar diario. ¿Qué es lo que buscamos al escribir? ¿Por qué escogemos tal o cual temática? ¿Escogemos el tema o dejamos que el tema nos busque? Esto es muy importante porque es vital para la esencia del texto.

¿Buscamos con la escritura repellar emociones o barnizar miedos disfrazados de ficción? ¿Tratar de exponer y fanfarronear con nuestro coeficiente intelectual?¿Mostrar nuestro grado de escolaridad con palabras rebuscadas? ¿Serán relatos, artículos de opinión, análisis, poesía?, porque cada uno es un núcleo en sí mismo.

¿Buscamos agradar a los lectores si en caso la hacemos pública? ¿Ganar seguidores, acercarnos a tal o cual persona o sector de la sociedad? ¿Inventarnos una vida que no tenemos y escribirla? ¿Exponer la vida que tenemos? ¿Jugar con la fantasía y tratar de hacer magia? ¿Buscamos aplausos, reconocimiento? ¿Vender? Qué es lo que nos mueve a escribir, de ahí parte todo.

Yo escribo como catarsis y porque la escritura es el aire que respiro, entonces no tiene lineamiento alguno, no la fuerzo, escribo cuando lo siento, no porque tenga un compromiso qué cumplir, y jamás he escrito por encargo y jamás lo haría, la esencia de mi letra no compagina con algo metódico y planificado, a mi escritura la quiero libre sin ataduras de ningún tipo. Por eso no encaja en ningún lugar porque yo misma soy una isla.

Lo importante de escribir es hacerlo con honestidad, porque escribir es vivir y por lo menos debemos ser honestos con nosotros mismos. Escribir es un ritual individual: es uno mismo y su soledad. La honestidad nos expone, expone nuestros miedos, nuestro dolor, nuestra frustración, nuestra incoherencia, nuestra debilidad, nuestra desnudez y muchas veces hace aflorar todo lo que guardamos en el inconsciente porque es catártica. Más allá de los nombres que le den y la crean una rama de las artes, la escritura es catarsis, limpieza del alma, es terapéutica, es medicinal.

¿Qué tanto nos importará una crítica que busque despedazarnos si ese texto es público? Debemos estar preparados para eso porque sucederá tarde o temprano. Y se sentirán con autoridad de opinar sobre nuestra salud emocional, nuestra vida personal y buscarán nuestras debilidades para exponernos como escarnio por nuestro atrevimiento.

Es entonces cuando vuelve la pregunta principal, ¿por qué escribimos? La escritura si la correspondemos, nos llevará a alejarnos del bullicio, buscaremos la soledad, hablaremos con nosotros mismos en voz alta y en silencio porque es nuestro yo interno conversándonos. A percibirnos, y a asombrarnos al descubrir cosas nuestras que desconocíamos. Más allá de todo lo externo que la escritura pueda traer a nosotros: aplausos, críticas, reconocimiento, rechazo, la escritura internamente nos fortalece y nos cura.

Y una vez conociéndola la aprendemos a amar, y danzamos con ella, como en un ritual que cada día nos cautiva más. Y aquella carne expuesta, aquellas heridas vivas van secando lentamente y todo lo que en un momento fue tormenta se torna en quietud y aprendemos entonces a conocer la paz interior de otra manera, desde el alma, como esencia.

Eso es lo que ha pasado conmigo, esa es mi relación con la escritura. Es mi transparencia, así como escribo soy por dentro. Y hacerlo me ha llevado a la soledad y a perder a muchas personas que pensé que eran afectos inquebrantables. También con la escritura aprendemos a soltar y a dejar ir: personas, miedos, dolores, ira y todo aquello que hemos retenido a la fuerza porque pensábamos que era vital y que sin eso no podríamos vivir.

Repito la pregunta: ¿por qué queremos escribir? De ahí parte todo.

Con esto viene el recuerdo del día que fui a tomar las clases pre universitarias en la Universidad de San Carlos, el maestro nos preguntó por qué queríamos estudiar psicología, mi razón era clara, yo quería tratar de entender el comportamiento humano, porque cada acción trae consigo una causa. Mi razón era llegar al fondo de ese motivo que era la raíz de todo.

También hay una razón para escribir, ¿cuál es la de ustedes? Y que no los detenga nada ni nadie, escriban. Y no se aprende a escribir, se escribe solamente, como tampoco se aprende a vivir, se vive nada más.

Es lo que tengo que decir sobre el tema, no son consejos, de ninguna manera, es solo mi opinión.



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Ilka Oliva Corado

Escritora y poetisa guatemalteca. Se graduó de maestra de Educación Física para luego dedicarse al arbitraje profesional de fútbol. Hizo estudios de Psicología en la Universidad de San Carlos de Guatemala, carrera interrumpida por su decisión de emigrar a Estados Unidos en 2003, travesía que realizó como indocumentada cruzando el desierto de Sonora-Arizona.
Es autora de doce libros: Historia de una indocumentada. Travesía en el desierto de Sonora-Arizona; Post Frontera; Poemario de luz de faro; En la melodía de un fonema; Niña de arrabal; Destierro; Nostalgia; Agosto; Ocre y desarraigo; Relatos; Crónicas de una inquilina y Transgredidas, publicados en Ilka Editorial.
Una nube pasajera que bajó a su ladera la bautizó como “inmigrante indocumentada con maestría en discriminación y racismo”.
Sitio web: https://cronicasdeunainquilina.com/

 cronicasdeunainquilina@gmail.com      @ilkaolivacorado

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