Medidas para salir de la crisis en Venezuela

Recientemente, se anunciaron algunas medidas para paliar la crisis económica que padece Venezuela, la cual se ha acentuado por las sanciones imperialistas, azuzadas por la derecha fascista y antidemocrática, y últimamente por la crisis sanitaria provocada por la pandemia global de COVID-19. Entre estas medidas destacan el subsidio público de al menos la mitad del costo de la nómina para el sector privado de pequeñas y medianas empresas, el pago de salarios al sector de la microempresa y al sector informal, autogenerador de empleos, y la garantía estatal de los créditos a las empresas contratistas del Estado. Estas medidas de asistencia a los particulares están acompañadas también por algunas medidas tributarias, que implican, fundamentalmente, la extensión del período a las empresas para enterar al fisco el pago del IVA y algunas exenciones de tasas o tributos por el registro de empresas, etc. En términos generales, reconocemos que las medidas están bien intencionadas y dirigidas a estimular la actividad económica privada; sin embargo, lucen insuficientes para dar a la economía venezolana, el empujón necesario para reactivar el crecimiento económico. E incluso, algunas de ellas, no dejan de implicar contradicciones. Hemos defendido la tesis de que es muy difícil, sino imposible, salir de la crisis sin un programa integral de estímulo estatal y sin la acción decidida por parte del Estado para intervenir en la economía. Este programa global de estímulos es imposible que se financie, sin una mayor contribución por parte de quienes poseen mayores ingresos; sobre todo, las grandes empresas, bancos y particulares con elevados ingresos y riquezas. Los actuales niveles de tributación del sector privado en Venezuela, son menores que los de naciones vecinas y, en general, menores a la media de los países latinoamericanos; los cuales, a su vez, se encuentran entre las naciones de menor tasa de cobro de impuestos del mundo. No por casualidad, los países latinoamericanos se encuentran entre las naciones más desiguales del planeta.

Simultáneamente, Venezuela tiene hoy día un nivel medio de salarios que se encuentra entre los más bajos del mundo. Hemos dicho igualmente, que tal grado de depresión de los salarios se convierte en un obstáculo determinante a la reanudación del crecimiento económico y que todo programa que pretenda reactivar la economía y la producción debe reconocer la inconveniencia de esta situación y prever, entre otras medidas, la recuperación concertada de los salarios.

Debe igualmente reactivarse la actividad crediticia, los bancos obtienen normalmente sus ingresos del otorgamiento de créditos, específicamente, de las tasas que cobran por el otorgamiento de los mismos y del diferencial entre éstas y lo que pagan por los depósitos de sus clientes. En Venezuela, la casi totalidad de los depósitos están a la vista, lo que quiere decir que los bancos no pagan por esos depósitos; al contrario, han establecido cargos crecientes a sus clientes para el mantenimiento de sus cuentas. Lo que corresponde, al contrario, es solicitar a los dueños de la banca que amplíen el capital para el mantenimiento de la operatividad de los bancos, reconociendo además el impacto que la inflación ha ejercido sobre su capital o patrimonio, y la necesidad, por tanto, de ampliar el capital de estas instituciones. Esta situación permitirá a los bancos estar en condiciones de otorgar créditos al sector productivo, mientras que la recuperación sostenida del salario de los trabajadores mejorará las expectativas positivas de los negocios, pues así habrá quiénes puedan comprar y aumentar sus compras; dando entonces pie a la reactivación de solicitudes de créditos.

Una base para el tipo de crecimiento económico que Venezuela requiere, y además le es urgente, es el gasto del Estado en servicios públicos y de apoyo a la producción, para compensar la caída de la demanda interna, y para compensar la situación de los sectores sociales que están en peor situación, y esto no se puede lograr si el Estado otorga subsidios fiscales injustificados al sector empresarial.

Hasta ahora, los trabajadores están haciendo un gran sacrificio; es obvio que quienes están en mejor situación pueden y deben contribuir también más.

Estas son sólo algunas ideas con las que deseamos contribuir al debate necesario de la política económica en Venezuela. No podemos darnos el lujo de equivocarnos nuevamente. Como dijo el prócer en un momento igual de decisivo: ¡No podemos optar entre vencer o morir; necesario es vencer!

Votemos todos este 6 de diciembre. El 6 de diciembre es también el día en el que todos los venezolanos debemos salir a defender a la Patria. Vota tú también, por quienes tú quieras, pero vota. Yo voto, tú votas, él/ella vota, nosotros… ¡Y venceremos!



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Rodolfo Magallanes

Profesor del Instituto de Estudios Políticos de la UCV

 magallanucv@gmail.com

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