De la galleta del cono monetario. Para Maduro todo cambiará

No hay duda que el nuevo cono monetario ha despertado enormes expectativas entre los venezolanos. Es como un parto de aquellos cuando no había posibilidades técnicas o científicas de saber por adelantado del sexo de la criatura por venir. En este caso era frecuente que la gente del barrio, porque en él la gente tenía una relación muy humana, generosa y estrecha, donde todos eran amigos y hasta casi familias, se dividiese en dos bandos. Aunque muchos citadinos, como los caraqueños, atribuían y todavía atribuyen eso a lo "liso", chismoso y "asomao". Quienes apostaban, y lo hacían, que sería hembra, contra los que estaban en la certidumbre que vendría un varón. Y nadie o casi nadie "jugaba al azar", sino que partía de observaciones acerca de la forma de la barriga y el tipo de antojo que asaltaba a la futura parturienta. En mi caso particular, pese eso ya tiene mucho tiempo y habiendo dejado esa como infantil práctica de piratería o ejercicio adivinatorio, aseguraba que siendo la barriga muy horizontal y hasta con una ligera inclinación hacia arriba y puyuda sería un varón. No recuerdo cuantas veces acerté o me equivoqué, porque después del parto uno se olvidaba de sus predicciones y nadie llevaba registro de eso.

Las predicciones y preguntas que la gente hace sobre lo que sucederá a la salida del nuevo cono monetario que es ya, ahora mismo, cuando en la calle cuesta ver un billete y uno está obligado a pagar por vía electrónica que es como un pagar un altísimo impuesto a quien le vende, porque el precio con pago esta vía suele ser hasta tres veces más que con efectivo, son incontables, como son los chistes que el venezolano ya inventa.

Hay quienes ya hablan de lo triste que significará cuando el lunes 20 de agosto, cualquiera, al buscar su saldo en el banco, que el sábado estaba en 30.000.000,00.le aparezca la esmirriada cifra de 300,00. En verdad, de sólo eso imaginar, es como para deprimirse. Aunque de inmediato uno se tome, por recordar a Renato Rodríguez, un equanil, haciendo mentalmente la reconversión a la inversa y hallara que es la misma vaina. Porque en principio parece un cambio madurista a lo "Gato Pardo", cambiar una cosa insignificante, formal, para que uno crea otra vaina y se monte un cerebro. Como que el kilo de carne que ahorita está en 8.000.000,00, a partir del lunes 20 se lo cobrarán, imaginando el supuesto negado, falsamente, que estará en el mismo precio, en 80,00 bolívares. Y entonces, al rompe, como si uno se hubiese tomado una pastilla contraria al equanil que lo acelere, diremos como en los viejos tiempos ¡Ay! ¡Qué barato, dame dos!

Imagino a un amigo comerciante que goza una bola y parte de otra contando los billetes. Él, por el tipo de negocio que tiene y la desconfianza a lo electrónico, porque lo suyo es lo contante y sonante, aunque ahora sean billetes que puede golpear en las palmas de las manos, con los que forma pacas que cuenta una y otra vez para estar seguro que uno de esos billetes no se le salga, pese la liga y bandita de papel. Dije le imagino cuando hablando en el lenguaje del cono monetario que sale, el que más le gusta, pues son más los billetes, pues cuando paga lo hace por vía electrónica, le anuncie a un cliente el valor de lo que debe pagar. "Usted debe pagar 170.000.000,00 de bolívares y el tipo le ponga en la mano apenas dos de 1000,00. Por lo que mi amigo al cobrarle además de recibir tan esmirriada cantidad de billetes, tendrá que dar el vuelto de 30.000.000,00 de vuelto que podrían ser 3 de 100,00. Para quien le gusta contar billetes, tanto como que hasta ya tiene el hábito de sacar la lengua para mojar los dedos y aquéllos no se peguen, eso será como un choque y hasta un estado deprimente. Ya le veo primero triste, confundido y luego lanzando contra el suelo la caja de cartón que siempre saca para echar los billetes que con los cuales hasta ahora le pagan.

Pero hay otro asunto que me tiene en ascuas. La falta de dinero efectivo en circulación, que para algunos es una treta gubernamental para contener la inflación, que como tal ha sido un absoluto fracaso y se ha prestado para que los comerciantes especulen sin medida, ha sido explicada o justificada desde el gobierno, alegando que se lo llevan para Colombia y las zonas mineras. En cada caso se da una explicación que tiene que ver con mafias y negocios ilegales, pero frente a lo que el gobierno poco hace. Ahora bien, supongamos que ambas explicaciones son ciertas. Pero sucede que para llevarse dos millardos, diez millardos, no sé exactamente cuánto, se requiere una camioneta o camión 350. Con el nuevo cono, una cantidad similar se podría llevar en un maletín ejecutivo. ¿El nuevo cono evitaría la fuga del dinero en efectivo? La verdad que uno que es duro de entender, esto se le hace más difícil.

Supongo que con el nuevo cono, a partir del lunes 20, a los viejitos le pagarán la pensión del seguro completa, más lo que le represaron del mes anterior. De esa manera, en una carterita, pueden llevar todo ese dinero. Lo que ya saben los malandros, por lo que a cada viejito habría que ponerle un guardaespaldas, pero no de la familia, desarmada en todos los sentidos, sino un policía, tan eficiente como esos que derriban los drones.

Maduro, como suele hacerlo, de manera estrambótica y hasta con fuegos artificiales, ha anunciado que a partir del 20 de agosto todo cambiará. Es un número para él cabalístico, pues el 20 lo reeligieron y ofreció lo mismo. Ha dejado entrever, porque para él "a buen entendedor pocas palabras", lo que dijo cuando relacionó el carnet de la patria con el censo automotor, que luego de ese día, justo cuando sale el cono monetario, la vida se nos volverá distinta, como que lo que antes costaba 1.000.000,00, ahora costará 10,00. ¿Será qué él se cree ese artilugio? ¡Quién sabe, sus asesores son capaces de todo!



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Armando Lafragua


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