N había consenso en cuanto a la cantidad de dólares que había. Unos decían que más de 50 mil, otros que unos 40 mil y otros decían que había 27.600 dólares. Lo cierto es que todos sabían que el comerciante chino debía tener una gran cantidad de dinero, no solo porque es mayoristas, sino porque era 30 de diciembre, a decir de ellos mismos, uno de los mayores días de venta. Es por ello que los malandros de Las Palmitas, una de las zonas más violentas de la Gran Valencia, tenían los datos precisos de que en el local había mucho dinero, básicamente dólares.
"Estamos investigando porque tu sabes que toda esa avenida de Flor Amarillo, está llena de buhoneros. Muchos de ellos son de allá y otros de otras comunidades. La mayoría es gente de trabajo, pero los pranes ponen allí a los suyos a vender cualquier cosa, cuando en realidad lo que hacen es vigilar donde hay mercancía, donde hay más movimientos y cómo está la situación, es decir, la vulnerabilidad y las posibilidades de tirarse un atraco, sin que haya complicaciones", me comentó una fuente policial que exigió el anonimato.
Lo cierto es que, al parecer, el chino, que en realidad no es chino, sino venezolano, hijo de chinos, de una quinta generación que ha nacido en el país. Solo tiene los rasgos y un pedazo de su cultura, el otro pedazo es venezolano. Insultan, dicen groserías, son jodedores y echan vaina como todo venezolano. Este joven comerciante, es muy querido y conocido en la zona. Se dice que es colaborador con las comunidades aledañas y ayuda a la gente. Es, además, un hombre precavido por lo que tiene la custodia de tres policías de la PNB que están siempre pendientes del movimiento del local, quién entra y quién sale.
Es así como el 30 de diciembre, cuatro palmiteros como se les conoce en todo Flor Amarillo, decidieron que los dólares del comerciante debían pasar a otra mano, y a las 8:30 de la noche, cuando ya no había despacho, sino cuadre de caja, organizar las cosas para el día siguiente, limpiar recoger, etc, etc, entraron a la mala, pistolas en mano, golpes, cachazos, y el dónde están los 40 mil dólares que sabemos que tienes. El comerciante sacó un bolso en donde estaban no solo los dólares, sino también los bolívares, que incluía la venta del día anterior. Tomaron el bolso y salieron. Eran las 9 de la noche, la avenida de Flor Amarillo, ya a esa hora es como un cementerio, escasamente se ve a alguien allí; pero los malandros no contaron con que siempre afuera se quedaban dos de los custodios del comerciante que ya habían avisado a la policía. Así que los estaban esperando. Los vecinos de la zona dicen que escucharon como unos 30 disparos, luego el silencio. En la calle, frente a la clínica Las Industrias, yacían dos cuerpos tirados en la calle, aún sosteniendo las armas con las que se enfrentaron. Un tercer landro era llevado de emergencia al hospital, donde falleció en la madrugada, y un cuarto está preso, a la espera de una acusación penal. Fue el final para estos cuatro personajes que intentaron quedarse con el dinero del comerciante, quien debió salir lejos, y de quien se dice no ha regresado, debido a las represalias. "La policía está investigando. Los primeros escarceos nos llevan a que hubo un pitazo de un buhonero. De hecho, el tipo no ha venido trabajado después de lo ocurrido. Tenemos que precisar de donde salió la información y le recomendamos al chino que no viniera por acá", me comentó el oficial.
En realidad, no fue lo único que ocurrió en la zona. La fuente indicó que desde hace un mes se vienen incrementando los delitos que habían disminuido considerablemente, como en toda la Gran Valencia. Es un signo evidente de que hay mucho circulante en la calle, y de que los malandros están regresando.
