Malas mañas

La tracalería está que juega garrote por estos días, compadre. Lo que se ha desatado es un Leviatán. Cualquier cosa vieja se vende a precio nuevo. Ahora la gente se la pasa buscando en los patios a ver que cosa vieja hay por allí tirada, para lavarla y ponerla en venta. Cuanto cachivache se puede negociar se negocia.

El otro día estaba en casa del paisano y usted sabe que él tiene una venta de repuestos. Un cuchitril en verdad, para que vamos a decir mentiras. Eso es un huequito de nada, pero siempre le llegan sus compradores y con eso él se bandea mal que bien. Hablábamos de muchas cosas.

El paisano, a todas estas, me empieza a contar que el otro día se había encontrado, entre tanto cachivaches, unos modulo de encendidos arrumado por allá en el piso; en una caja había varios estaban todos oxidados y sulfatados porque aquello era un basural, me cuenta. Se puso a limpiarlos, a quitarles el oxido y el sulfatado, los probo estaban buenos. Y me dijo que esos peroles le habían costado 35 cada uno, sin mil entiéndase.

En eso la mujer desde el negocio le pega unos gritos y le dice que hay un señor, casualidad de Dios, que pregunta si tiene un modulo de encendido para un camión 350. —A pues, me dice el paisano, como caído del cielo. Y ahí mismo le armó la trampa. —Buenas, qué necesita el amigo, le dice el paisano al señor del camioncito. —Un modulo, le dice el señor. —Sí tengo uno por ahí, pero se lo tengo apartado para un cuñao que lo necesita, que me dijo que se lo guardara. Y si se lo vendo a usted me voy a meter en un problema con la familia. El señor le rogó que se lo vendiera, pues tenía el camión ahí en el taller de la esquina, que estaba cargado y tenía que entregar la mercancía ese día.

El paisano después de una larga llorantina e inventando más de excusas que un condenado a muerte para hacer la venta más difícil, va y le vende el modulo a aquel hombre por 2 millones. Así mismo, sin que se le aguarape el ojo, compadre; como le dijo 2 millones por el pecho le pegó, y como ese cristiano lo necesitaba lo pagó a ese precio.

Yo salí del negocio y cuando pasé por el frente al taller, vi ya le estaban montando el modulo al camión del señor, pero ese señor iba para allá y para acá mientras se lamentaba y se lamentó.



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Obed Delfín


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