Riqueza súbita es corrupción y punto…!!!

Buenísima la ocasión para repetir una vez más lo que venimos diciendo desde hace muchos años, que la lucha contra la corrupción no se combate sólo con la retórica, con ese discurso persistente y emocional que anuncia batallas contra los corruptos, pero que, al final, todo se queda en sólo palabras cargadas de buenas intenciones. Igualmente hemos sostenido con machacona persistencia, que a los corruptos hay que enfrentarlos como se combate a las mafias del tráfico de estupefacientes, es decir, con la puesta en práctica de estrategias de investigación que se apoyen en eficaces “tareas de inteligencia”, porque todo corrupto, por razones más que evidentes, evita dejar huellas de sus robos.

El paso anunciado por el Presidente Maduro de declarar la Emergencia para enfrentar a los corruptos con mayor eficacia, es una decisión que debemos aplaudir todos los venezolanos, sin distingos de ninguna índole y, además, exigir que su implementación se haga lo antes posible, pues ese es el grande y poderoso empujón que faltaba para que empecemos a ver resultados tangibles en una guerra contra ese terrible flagelo que demandaba la mano zurda de hierro a la se refirió el Comandante Eterno, Hugo Chávez, en sus tantas comparecencias en la televisión en las que abordó el tema de la corrupción.   

Tenemos que estar convencidos de que el ladrón del erario público es muy astuto. Se agencian mecanismos de todo tipo para lograr su cometido y para ello hace hasta lo indecible por planear sus robos de manera de no dejar rastro alguno que lo incrimine, aun cuando, como alguien dijo en alguna ocasión, que el dinero es como el catarro, es imposible de ocultarlo, por lo que se hace como de Perogrullo que digamos, plenamente convencidos de ello, de  que es por allí por donde se abren infinidad de caminos para descubrir a todo sujeto burócrata que decidió aprovecharse de sus posiciones en alguna entidad pública para hacerse de dineros mal habidos.

Ese tipo de personajes han abundado desde siempre en las entidades públicas y creemos que si la inmensa mayoría de ellos no fue posible que fueran a parar a la cárcel, fue porque no existió la voluntad política para hacerlo. Claro, estamos persuadidos de que las leyes y normas que tenemos a la fecha no son, precisamente, instrumentos que garantizan celeridad y menos aún la aplicación de ejemplares sanciones a los corruptos así declarados, pero ante este escenario que se nos abre ahora con la emergencia que ha solicitado Maduro, el panorama se nos pinta bien alentador. Habremos de implementar una política de Estado implacable contra ese terrible flagelo y ya no seguiríamos viendo hechos bochornosos como sucedió en meses recientes con la esposa de un diputado zuliano de la oposición que no sólo se le comprobó sus estafas a la Gobernación de su Estado, sino que ella confesó haberlas hecho y el Tribunal que dictó sentencia le aplicó como sanción, tres años de cárcel que luego, según entendemos, el Tribunal de Ejecución le cambió la sentencia por “trabajo comunitario”…Algo que nos resulta increíble…!!!

En esta guerra contra los corruptos, sean del color que se vistan, hay que institucionalizar un modelo de gestión de controlaría que eche mano, lo reiteramos, de todas las argucias y estrategias que utilizan las exitosas policías del mundo en el combate al crimen organizado, de todo tipo y naturaleza, pues estamos absolutamente convencidos de que solamente actuando de ese modo, es como lograremos llevar a términos imperceptibles los desmanes contra los dineros y bienes públicos.

Otro aspecto que hay cubrir con esa emergencia es la instalación de expeditos canales para la denuncia por todos los rincones del país, los cuales no los hay y, por supuesto, que operen bajo normas que en absoluto pretendan que el denunciante se presente con el “expediente probatorio” de los supuestos hechos delictuosos  que va a denunciar, lo cual no descartamos que pueda ocurrir en determinados casos, pero en la mayoría de ellos quien denuncia, generalmente, no tiene pruebas y solamente maneja la sospecha fundamentada en razones de mucho peso, como puede ser aquella que se deriva de ver a determinados burócratas que de la noche a la mañana cambian sus modos de vida y de ciudadanos sencillos que lo eran, pues devengaban un sueldo suficiente para llevar una vida modesta, sin excesos, los ve ahora en vehículos del mayor lujo, mudándose a propiedades de mucho valor o remodelando la que tienen a costa de sumas millonarias y haciendo evidente ante sus vecinos de una vida dispendiosa que, a ojos vista sólo es posible llevarla si se maneja abundante dinero y eso, por supuesto, despierta demasiadas suspicacias y hace que a muchos venezolanos les cauce excesiva molestia y deciden revelarlo ante instancias donde se les oiga y que, además, les preserven, a todo evento, sus identidades.

De manera que no queremos concluir sin resaltar que en nuestra reflexión le hemos dado importancia trascendente en esta guerra sin cuartel a la corrupción a ese requisito que conocemos como la “Declaración jurada de Patrimonio” , por lo que las reformas a las leyes anti corrupción que se vayan a hacer, la impongan, sin excepción alguna, a todo aquel funcionario que disponga, maneje, controle, fiscalice dineros, bienes y servicios públicos a todo nivel y, además, que la revisión de las mismas no sea selectiva, es necesario inventar mecanismos que hagan posible que todas puedan ser revisadas y de manera rigurosa. En los adelantos tecnológicos inmensurables de la computación se encuentran los softwares necesarios para resolver ese problema y si nos los hay, pues nada impide que se diseñen...!!!

Compartimos la percepción del Jefe del Estado, el morbo de la corrupción destruye las instituciones de manera inexorable y ante esa verdad universal, hay que actuar ya y de forma implacable, antes de que sea demasiado tarde…   



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Iván Oliver Rugeles


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