Robert Alonso, el “Rey de la Guarimba” y permanente promotor de actos de violencia en Venezuela, tiene un nuevo oficio en Miami: conductor de ambulancia, trabajando 12 horas al día y cobrando 8 $ la hora. ¡No volverán!
Convicto de financiar y armar un ejército de paramilitares para dar un golpe de estado y asesinar al presidente Hugo Chávez en el 2004, el cubano Robert Alonso se vio obligado a vivir clandestinamente y a dormir en funerarias para evadir a los tribunales de justicia.
Después de huir cobardemente del país, con documentos falsos, por la frontera con Colombia, Alonso llegó a Miami en mayo del 2004, dejando atrás ingresos anuales de $400,000, sus propiedades y una vida cómoda que construyó en 43 años de ladronismo en Venezuela, adonde llegó procedente de Cuba en 1961 con su familia, cuando tenía 11 años de edad.
Ahora, en Miami, este asesino, cuya famosa hermana es la cocainómana María Conchita Alonso, conduce una ambulancia privada en la que recoge y transporta diariamente ancianos en sillas de ruedas, heridos y enfermos, ganando $8 dólares la hora, 12 horas al día, seis días a la semana. ¡Pobres viejitos!
Miami es la cloaca imperial donde van a parar los delincuentes conspiradores, algunos a disfrutar del dinero mal habido durante años de impune corrupcióny otros a limpiarles el culo a los gringos para poder sobrevivir con el "sueño americano".
