Con sorna, en Venezuela se dice que la oposición es la mejor aliada del presidente Hugo Chávez, y dada las circunstancias estamos por creer que es verdad.
Sus eternas contradicciones no la abandonan. Fueron ellas precisamente las que demoraron la elección del candidato único y no hicieron posible las primarias que habían prometido.
Por ellas entraron con casi un mes de retraso a la campaña y luego no pudieron darle a su principal consigna —Atrévete— un significado que fuera más allá del “Chávez vete ya” de siempre.
Para avanzar la oposición tiene que dialogar con la población chavista y con los sectores que tradicionalmente se abstienen, porque no se sienten expresados en ninguno de los dos bandos. Pero los oposicionistas aún no se percatan de ello.