Washington, 14 jul (PL) Muchos de los abusos cometidos en la cárcel iraquí
de Abu Ghraib fueron empleados con anterioridad en la prisión de Estados
Unidos en la Base Naval de Guantánamo, destaca hoy el diario The Washington
Post.
Según el rotativo, la utilización de perros para amenazar a los
detenidos, el uso de grilletes y algunos vejámenes no son originales de Abu
Ghraib, sino del enclave de Guantánamo, territorio cubano ocupado por
Washington en contra de la voluntad de las autoridades de la isla.
Esas "técnicas", indica el Post, tenían incluso la aprobación del
secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien desde fines de 2002 dio su
visto bueno para que fueran aplicadas.
Este lunes, investigadores del Ejército entregaron al Comité de Servicios
Armados del Senado un informe sobre los abusos en Guantánamo, los cuales
denominaron tácticas "creativas" y "agresivas", para no llamarlas torturas.
Sin embargo, la pesquisa reveló que muchos de los abusos cometidos a
fines de 2003 en la cárcel de Abu Ghraib no fueron inventados por los
efectivos de la policía militar de esa instalación, sino que eran una
práctica desde mucho antes.
Varios militares fueron llevados a corte marcial por tales maltratos, sin
embargo algunos de ellos sostienen que actuaron en cumplimiento de órdenes
de sus superiores.
La víspera trascendió que el ex jefe de la prisión de Guantánamo, mayor
general Geoffrey C. Miller, fue exento de sanción, aún cuando la comisión
del Ejército investigadora de los casos de torturas recomendó una
reprimenda.
De acuerdo con el dictamen, Miller, quien comandó la instalación 2002 a
2003, fue negligente en la supervisión de los interrogatorios a detenidos,
devenidos en casos de abusos.
Asesores del Congreso con acceso a la pesquisa realizada por el Ejército
aseguran que, pese a ser el oficial el máximo responsable por la comisión de
esos actos, el general Bantz J. Craddock, jefe del Comando Sur no adoptó
ninguna medida con él.
"El general Craddock decidió que Miller no había violado la ley o
política del Pentágono", señalaron las fuentes del legislativo.
A fines de 2003, el militar fue enviado a Iraq, a cargo de todo el
sistema de prisiones de Estados Unidos en el país árabe, luego de estallar
el escándalo de Abu Ghraib, al divulgar la televisora CBS dantescas
fotografías sobre las torturas a prisioneros, a toda luz aplicadas con
antelación en Guantánamo.
En ese enclave Washington mantiene a más de 500 prisioneros, detenidos a
raíz de la invasión a Afganistán a fines de 2001.
Los reos han sido etiquetados de "combatientes enemigos", término
utilizado por la Casa Blanca para no reconocerlos como prisioneros de guerra
y mantenerlos al margen de toda asistencia legal.