Un 27 de diciembre nació Manuelita Sáenz, la "Libertadora del Libertador"

Manuelita Sáenz, la “Libertadora del Libertador”

Manuelita Sáenz, la “Libertadora del Libertador”

27 de diciembre de 2018.- Un día como hoy, pero hecho ocurrido en el año 1795, nació en la ciudad de Quito, Ecuador, la heroína Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru, mejor conocida como "La Libertadora del Libertador".

Manuelita, como la historia lo reseña, fue la compañera inseparable del Libertador Simón Bolívar, tal como su historiografía y cartas de amor así lo reflejan.

Gracias a su sagacidad y viveza evitó que el "Padre de la Patria" fuera asesinado el 25 de septiembre de 1828, cuando un grupo de confabulados, que contaron con el apoyo disimulado de Francisco de Paula Santander, irrumpieron en la casa de gobierno para asesinar a Bolívar.

La heroína, quien ostentaba el rango de coronela, y fue una ferviente defensora y luchadora en favor de la causa independentista, evitó el magnicidio una vez que hizo que el Libertador ganara la calle al saltar por una ventana desde su alcoba.

Los editores del libro "Las más hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón", hacen una reflexión en este hermoso texto, que dice así: ¡Por qué esas cartas y diarios (entrecruzadas entre Manuelita y Bolívar) han estado ocultos casi dos siglos?

¿Qué clase de conspiración o de entendimiento ha habido para mantener a Manuela Sáenz como un personaje secundario de la Historia?

¿A qué sectores e instituciones les molestaban y tal vez aún les seguirán molestando sus ideas y posiciones?

¿Qué clase de intolerancia ha seguido prolongando su exilio en el terreno intelectual?

¿Por qué ni si quiera se tiene en Venezuela un monumento ni una calle que lleven el nombre de aquella que no solamente fue compañera de Bolívar, sino también una gran luchadora latinoamericana?

SE LO MERECE…

Precisamente, en este último punto, nos atrevemos a exhortar, en el caso de Yaracuy, que el nuevo hospital del Ivss o la nueva maternidad que se construyen al lado del Hospital Central, bajo los auspicios del acertado gobierno de Julio León, lleve el nombre de la ilustre Manuelita Sáez, en homenaje justo a quien fue una incansable luchadora en favor de la independencia.

Por igual algunos urbanismos que se construyen en nuestra entidad, pudiera llevar, al menos, uno, el nombre de la "Libertadora del Libertador", para así reivindicar no solo su nombre, sino a nuestra patria, que le tributa, aunque tardíamente, su merecido reconocimiento.

Que bello sería ver también a las mujeres de Yaracuy, junto a sus compañeros maritales, desfilar frente a una plaza, con el busto de Manuelita, para rendirle, con una rosa en la mano, sucesivos homenajes a esta hermosa mujer que supo demostrar, no solo como se ama a la Patria, sino también a un hombre, de carne y hueso, como lo fue el gigante Bolívar.

LA PERVERSIDAD DE SANTANDER…

Vale destacar que Santander, precisamente una vez que murió Bolívar, el 17 de diciembre de 1830, y luego de haber regresado de su exilio, descargó todo su odio y venganza, en 1834, contra Manuelita, quien años anteriores lo adversó y lo responsabilizado, de acuerdo a múltiples pruebas e investigaciones, del atentado frustrado que se perpetúo en contra del Padre de la Patria, en el palacio de gobierno de Bogotá.

SOLA Y POBRE…

Manuelita tras perder sus propiedades y todos los derechos que le consagraban para vivir bajo suelo patrio, debió partir desterrada por órdenes del propio Santander para Perú, en Paita, en donde pasó sus últimos días, solo con una de sus criadas, como única compañía, en medio de la más atroz pobreza.

Antes Manuelita diligenció poder regresar a Quito, su tierra natal, en Ecuador, pero igualmente se le negó ese derecho, solo porque decidió, muchos años antes, separarse de su legítimo esposo, un inglés, de la alta sociedad, de apellido James Thorne.

La aguerrida Manuelita, para poder subsistir, vendía tabaco y especies, bordaba y traducía textos de inglés, pero además debió aceptar la caridad de algunos amigos y vecinos, que siempre la estimaron y la vieron con respeto.

Sin poder valerse por sí misma, producto de haber sufrido una caída, que la dejó postrada para poder caminar, Manuelita sucumbió un 23 de noviembre de 1856, en una humilde vivienda, tras sufrir de difteria, que acabó primeramente con su esclava, y luego con ella misma, pero eso sí, recordando en todo momento los más gratos días felices que vivió al lado de su gran amor, como lo fue el Libertador Simón Bolívar.

 



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