Esta hazaña de nuestros
libertadores ha sido tema para la inspiración de grandes escritores,
músicos, dramaturgos y artistas plásticos en la recreación de hechos
históricos, donde valientes hombres y mujeres de este continente, dieron
su vida para legar a sus contemporáneos “tierras libres” y
la esperanza de construir nuevas Repúblicas al margen de lo que éramos
y de lo que somos.
Doscientos años después
seguimos escribiendo la historia y luchando para derrotar las imposiciones
del imperio norteamericano. Así como lo hiciera Simón Bolívar, Antonio
José de Sucre, San Martín y otros tantos libertadores de América,
de luchar contra las adversidades del momento hasta vencer, los pueblos
de la parte Sur del continente de América como los países árabes
han vuelto a levantarse haciendo temblar los cimientos de los viejos
modelos imperialistas para implementar su propia realidad colectiva
con el firme propósito de seguir venciendo.
Es por esta razón, que
la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en la República
Árabe Siria, en concordancia con el Ministerio del Poder Popular para
Relaciones Exteriores y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura,
inauguraron ayer tarde en la galería de arte “Dar Al Baath” en
Damasco, la exposición itinerante Venezuela - Ecos de Independencia:
200 años después, con obras de siete artistas plásticos venezolanos
de reconocida trayectoria: Iván Darío Hernández, Beatriz Blanco,
Saúl Huerta, Luis Villamizar, Benito Mieses, Morella Jurado y Luis
Villamizar, quienes desde sus diversas vivencias y percepciones
sintetizan el quehacer artístico de Venezuela.
La inauguración
dio apertura con palabras del jefe de Misión de Venezuela en Siria
Imad Saab Saab y del Ministro de Información del gobierno sirio Mahsen
Bilal. Es importante señalar que a dicho evento asistieron importantes
personalidades como el Vicecanciller Faisal Mekdad, el Director de Dar
Al Asad para la Cultura del gobierno sirio, los Embajadores de la República
de Cuba, Argentina, Líbano, Chile y Sudáfrica, representante del vaticano,
el Director de la Galería Al Baath y del Instituto Cervantes, miembros
de los Partidos Políticos Palestinos, Hamas, Frente Democrático para
la Liberación de Palestina, Frente para la Liberación de Palestina,
Fatah, Partido del Pueblo Palestino, Fatah Intifada y Jihad Islámico.
También asistieron representantes de las misiones diplomáticas de
Túnez, Irán y China, Asociación de Amistad sirio venezolano de Jaramana
– Damasco, Mujeres del Grupo Hispanoparlantes, artistas plásticos
sirios, medios de comunicación: Telesur, Al Baath, Baladuna, SANA,
Addonia Tv y otros invitados.
En esta exposición -que
va desde lo figurativo a lo abstracto- podremos encontrar varias temáticas
pictóricas, como las de Beatriz Blanco e Iván Darío Hernández
entorno a la cotidianidad y lo social. La rememoración épica de la
independencia de Ender Cepeda, el constructivismo y los elementos simbólicos
como un decir poético en las obras de Benito Mieses, Saúl Huerta y
Morella Jurado. El ensamble, el collage y la simbiosis de elementos
indígenas en las propuestas de Luis Villamizar, que más que enriquecer
al arte venezolano, muestran la cosmogonía imaginaria de los creadores
de Suramérica del siglo XXI.
Sin embargo, la intención
de esta exposición, más allá de los conceptos académicos y de los
especialistas críticos de arte, es que cada quien tenga o viva su propia
experiencia con las obras y obtenga de ellas su propia conclusión.
Anticipadamente le damos la bienvenida.
II
A propósito de esta
interesante exposición plástica que comenzó de gira el año pasado
por Jordania y que ahora se expone en Damasco – Siria para el deleite
de pueblo sirio, es bueno recordar que el arte abre los caminos entre
las culturas de los pueblos y muestra las flexibilidades políticas
de los gobiernos.
Aristóteles el gran filósofo Griego dijo que “En parte, el arte completa lo que la naturaleza no puede elaborar y, en parte, imita a la naturaleza”. Por lo tanto el hombre ha necesitado expresarse desde que tiene uso de razón, para comunicar las impresiones de lo que siente, lo que palpa y lo que ve. Esta necesidad humana, unida a sus habilidades y destrezas, le ha proporcionado un lenguaje como herramienta de expresión para decir lo que hay en su interior y cómo percibe sus vivencias. Esta herramienta e idioma producto del querer hacer, se intitula ARTE.
Toda la historia de la
humanidad, como un cuaderno biográfico, desde los primeros trazos rudimentarios
del hombre en piedras y cuevas, está escrita con el idioma del
arte. Estas transformaciones artísticas conforman la cultura de la
humanidad. Aquí cabría una reflexión de Theodor Adorno: "El
arte, al irse transformando, empuja su propio concepto hacia lugares
que antes no tenía".
El arte es la viva representación
de la identidad de los pueblos, a través de él se recoge las vivencias
sociales de ciertas épocas en un espacio determinado.
Estos hechos o vivencias
se han transformado en temas para los hacedores y creadores de arte
e intelectuales, quienes con sus dones y virtudes van recogiendo desde
la fugacidad los acontecimientos y los van transformando en otro mundo
vivido, sea este en letras o colores.
Es por ello que el arte
como expresión de la voz del espíritu, como actitud y como disciplina
juega un papel importante en el desarrollo del hombre, porque a través
de él, la imaginación y la libertad quedan plasmados sin más restricción
de la que pueda ponerse el propio creador. Lo que en palabras sería
para la dramaturga española, Jacinta Benavente:
“Materializar lo espiritual hasta hacerlo palpable, espiritualizar
lo material hasta hacerlo invisible:
ése es todo el secreto del arte”.
Todo genero artístico
escribe su diario y lo renova continuamente, de igual manera como lo
hacen los hombres en vivir el día a día. Así como las letras se acumulan
en una hoja en blanco, los colores, sus tonalidades asumen imágenes
que hablan y comunican. Porque al fin de cuentas el arte lo que trata
es de comunicar, de traducir y retener lo efímero.
En el arte convergen los idiomas, las razas y las religiones. No existe más unidad política de la que nos proporciona el propio arte. El arte es el mundo sustitutivo de lo animado e inanimado de la materia, es el escenario de la propia vida.
Finalmente diría, como el escritor francés Albert Camus: “Si el mundo fuera obvio, el arte no existiría. El arte nos ayuda a penetrar en la opacidad del mundo”. O como lo escribiera el poeta Ruso Vladimir Maiakovski: “El arte no es un espejo para reflejar el mundo, sino un martillo con el que golpearlo”.