Bolivar: Comercio Ilegal de Fauna silvestre en el estado

Alejandro Lanz, director del CIEV

Alejandro Lanz, director del CIEV

Credito: Prensa CIEV

Para capturar los pichones, tumban el árbol donde están los nidos, los que sobreviven a la caída son los puestos a la venta en las carreteras

Para capturar los pichones, tumban el árbol donde están los nidos, los que sobreviven a la caída son los puestos a la venta en las carreteras

Credito: Prensa CIEV

24 de febrero de 2011.-Es alarmante el número de especies de avifauna que se observan a la venta en  carreteras y ciudades del estado Bolívar.

Así lo señaló Alejandro Lanz, director del Centro de Investigaciones de Venezuela (CIEV), quien, junto a su equipo de colaboradores, han detectado, un exponencial incremento del comercio ilegal en la región.

“Si bien el comercio ilegal de fauna silvestre está penado por las leyes venezolanas, incluso con penas de privación de la libertad, no es menos cierto que la actividad ha proliferado ante la crisis económica que vive el país y la falta de controles o desconocimiento de las leyes ambientales por parte de los cuerpos de seguridad del Estado”, estimó Lanz.

Indicó el ecologista que, en importantes arterias viales de Ciudad Guayana se observa gente vendiendo loros reales (Amazona ochrocephala) y pericos “caras sucias” (Aratinga Pertinax), así como en carreteras hacia Upata y poblados del sur de la entidad también se observan monos capuchinos (Cebus olivaceus) y al occidente de Bolívar, vía Caicara y Puerto Ayacucho, guacamayas bandera y Azul y Amarilla.

“Muchas personas creen que comprando fauna en las carreteras está contribuyendo a su conservación al tener la errónea idea que podrán cuidarlos como mascotas y así evitar que sigan pasando trabajo en las autopistas (...) nada mas alejado de la realidad, dado que se está fortaleciendo en primera instancia la rentabilidad del comercio de fauna: ¡Vendo dos loros en un día, pues me voy a capturar 4 para mañana!, en segunda instancia, el nivel de reinserción de fauna “domesticada” hacia su hábitat natural es de un 90% de fracaso, es decir casi la muerte segura, a no ser que se tengan en una reserva de fauna que poco a poco puedan ir reaprendiendo a buscar su alimento, ser aceptados en una comunidad o manada, etc; y finalmente, las especies de fauna silvestre tienen una alimentación muy particular que dista mucho de los productos que pueden conseguirse en supermercados y tiendas de mascotas”, puntualizó el titular del CIEV.

Asimismo, en el marco de la celebración del Día del Control del Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (3 de marzo), hizo un llamado especial a los efectivos de los distintos cuerpos de seguridad del estado a estar atentos hacia la venta de fauna silvestre en las carreteras y autopistas del estado Bolívar, así como la comercialización de muchas especies como platos de comida denomina “cacería”.

“En la actualidad, morrocoyes, lapas, chigüires, dantos y cachicamos han venido desapareciendo de las zonas rurales y pie de montes gracias a la acción depredadora de muchas personas que cazan ilegalmente estos animalitos para el mercado negro o “bajo cuerdas” en los mercados municipales (...) se debe hacer un seguimiento de control en estos lugares donde al sol de hoy, libre y publicamente se venden carne de cacería”, sentenció Alejandro Lanz.

En este sentido recalcó que, la Ley de Protección a la Fauna Silvestre (1970) de la República Bolivariana de Venezuela establece dos artículos: el Art. 76: prohibe la captura de psitásidos por no estar incluidos en la Lista Oficial de Animales de Caza y el Art. 77: que prohibe dar muerte a las aves canoras y de ornato las cuales solo tienen valor en vida. Sin embargo, no existe ningún instrumento jurídico que prohiba la tenencia de especies de loros, guacamayas, cotorras y pericos y de otras especies de la fauna para ser mantenidas como mascotas.

“Lamentablemente esta vacío legal ha generado que la comercialización y tenencia de estas especies sea cada día más popular por parte de la ciudadanía, que bajo cierta condición de "legalidad" agravan el ya delicado equilibro ambiental y suma en la merma de las poblaciones de especies silvestres del país.

En Venezuela, alrededor de 300 especies de fauna venezolana se encuentran amenazadas, según el informe presentado por la ONG ambientalista Vitalis y entre las que se encuentran en peligro de extinción figuran, entre otras, la tortuga Arrau, el Cardenalito, el Manatí, el caimán del Orinoco, el oso melero y la Danta.

“Es mucho el trabajo de concienciación ambiental, monitoreo y resguardo que se requiere para lograr estabilizar las poblaciones de fauna silvestre amenazadas actualmente en Venezuela, sin embargo, la acción de la ciudadanía en no adquirir estas especies es vital para contribuir con la preservación de la biodiversidad en la nación”, concluyó Alejandro Lanz, director del CIEV.  


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