Cómo y en qué profundizar la Revolución Bolivariana


Benitez306@hotmail.com



Decir que un proceso revolucionario para erradicar el mundo burgués de la explotación capitalista y feudal y construir formas de organización social socialistas, no es algo homogéneo, parece una redundancia. Sin embargo, algunas mentes lúcidas y veteranas de la izquierda revolucionaria no parecen entenderlo así incurriendo en peligrosas distorsiones que desafortunadamente favorecen la estrategia del imperialismo y la oligarquía para arruinar el proceso bolivariano. Las revoluciones avanzan en olas sucesivas de la lucha de clases, que golpean con fuerza, pero con inteligencia, la violenta oposición de las clases dominantes asociadas con el régimen político del capitalismo.



Desde luego, no pretendo desestimar criticas y agudas observaciones de aquellos que anotan las deficiencias y errores del proceso bolivariano. Ninguna revolución es perfecta y la crítica es necesaria para corregir las desviaciones que se presentan. ¿Cómo ignorar, por ejemplo, los señalamientos de ciertos funcionarios regionales y municipales incursos en peligrosas conductas típicas del clientelismo y la manipulación de los bienes públicos para favorecer intereses privados y nepoticos? ¿Cómo eludir el duro cuestionamiento a la corrupción rampante en esferas claves del Estado que han llevado al Presidente Chávez a anunciar una amplia campaña contra este peligroso comportamiento de la burocracia pública? ¿Cómo omitir el señalamiento de comportamientos excluyentes en la infraestructura política bolivariana que conforman partidos, movimientos y agrupaciones políticas? ¿Cómo desconocer la persistencia de estructuras neoliberales en la gestión económica y financiera pública? ¿Cómo ignorar cierta laxitud y complacencia con la desafiante conspiración de los medios y los “clubes de notables”? ¿Cómo no preocuparse por los problemas del desempleo y deterioro de las condiciones sociales de importantes núcleos de la sociedad?, en fin ¿Cómo no plantearse una profunda reflexión sobre el tema del Estado y su reorganización radical en los términos de los postulados básicos de la revolución bolivariana?. Estamos urgidos de un cambio sustancial del viejo Estado oligárquico que aun en ciertas dimensiones continua operando como la alta gerencia de la reproducción capitalista.



Planteo estos temas a propósito del debate que se ha insinuado sobre la necesidad de profundizar la revolución, después de lo ocurrido el pasado 15 de agosto, que sin lugar a dudas, marca un hito en este singular proceso de cambios, por los elevados niveles de conciencia política mostrados por las masas populares en su defensa del Presidente Hugo Chávez y de la revolución bolivariana.


¿Cómo y en que debería profundizarse la revolución bolivariana?, es la pregunta que resulta conveniente plantearse.

I.


El cómo.

Para atender esta demanda se ha propuesto acudir a los principios y procedimientos de la democracia participativa y protagónica consagrados en la Constitución Política. Se hace necesario desplegar en todo su potencial el modelo de la democracia participativa para que las mayorías populares intervengan de manera sostenida en la definición de las políticas públicas y en su gestión en todos los niveles del Estado. Los obreros, los desempleados, los campesinos, los estudiantes, las mujeres, las comunidades urbanas, los grupos culturales, los profesores, los indigenas; en fin, todas las expresiones del pueblo bolivariano deben articularse a los espacios de participación de manera decisiva para poder así ejercer un control permanente sobre el desenvolvimiento del Estado y sus políticas en todos los ámbitos. La participación no puede reducirse a los confines de una deliberación sin repercusión en el dispositivo publico que canaliza el esfuerzo colectivo.


Nuestra democracia participativa ha previsto un conjunto de instrumentos políticos que deben ser utilizados con mayor intensidad en la actual etapa. Me refiero a las Contralorías Sociales, a los Consejos Locales de Planificación, a los Consejos de Planificación Publica, a los Comités de Tierra Urbana, a las Mesas Técnicas de Agua, a los Centros de Salud Comunal, a los Medios Comunitarias y, en fin, a la múltiple red de mecanismos de participación que han sido previstos para que los ciudadanos puedan incidir de manera efectiva en el diseño, ejecución y evaluación de las políticas públicas y de la inversión estatal en todos sus ámbitos.

Mediante estos instrumentos la revolución bolivariana debe romper el divorcio que aun persiste entre la maquina del Estado y los ciudadanos. Es inadmisible a estas alturas del proceso la distancia que aun se observa entre las instituciones del Estado y los ciudadanos. Ciertos Ministerios, ciertos entes públicos, operan completamente al margen del sentido y el protagonismo revolucionario de las masas populares.


A raíz de las votaciones del pasado 15 de agosto, se perfiló un dinámico, ágil y flexible mecanismo de movilización. Me refiero al Comando Maisanta. Este dispositivo político con las Unidades de Batalla Electoral y las Patrullas probó ser una óptima estructura de organización popular. La ratificación del presidente Chávez es fruto de esta novedosa forma de articulación política que multiplico las energías populares en la batalla electoral contra la extrema derecha y el imperialismo.

El Modelo Maisanta probo sus superioridad como herramienta de movilización organizada, superior a los viejos y desgastados partidos políticos con sus verticalismos y sectarismos excluyentes.



Maisanta debe ser un nuevo emblema de participación ciudadana que debe continuarse en este nuevo periodo.



Ahora bien, veamos en qué asuntos debe profundizarse la revolución bolivariana para hacer irreversible su tarea histórica de transformar radicalmente nuestra nación y el viejo Estado del capitalismo burocrático y feudal.


II.

En qué.

Hay varios temas que son prioritarios en la agenda nacional. Son aspectos que requieren ser focalizados por el movimiento popular para alcanzar nuevas dimensiones en el cambio.

En primer lugar, esta el asunto principalísimo de la escogencia de los candidatos populares para las elecciones regionales próximas a realizarse, antes de finalizar el año. Se han sugerido algunos procedimientos y ciertas voces criticas han hecho ver sus limitaciones. William Izarra ha propuesto unas jornadas de capacitación para desde allí escoger entre los mejores por su desempeño académico. Idea que no es desechable y debería complementarse con unas elecciones regionales en las que voten la mayor cantidad de militantes y afiliados a los partidos y movimientos que sirven de soporte al gobierno bolivariano, para señalar los candidatos únicos. Estas elecciones tendrán un universo definido de participantes y contarían con el apoyo del CNE en lo pertinente a los empadronamientos, organización, logística, votaciones y resultados. Lo que no tiene presentación es escoger los candidatos a punta de cúpulas de directorio o mediante encuestas. Un procedimiento así desnaturaliza la esencia de la democracia bolivariana y se prestaría para imposiciones e implosiones de la actual superestructura política partidista revolucionaria. Mejor dicho, algo así sería como la antesala de la división, las extremas rivalidades y el canibalismo revolucionario. Que es como servirle en bandeja de plata al enemigo la derrota del actual proceso. En todo esto le cabe un papel crucial al presidente Hugo Chávez para que su prestigio y autoridad permita cohesionar los grupos y tendencias presentes en el campo revolucionario.


Y en segundo lugar están una serie de temas que requieren el debate y la participación popular para asegurar que su definición corresponda a los objetivos revolucionarios. Menciono los siguientes: i) la reforma del Estado para desburocratizarlo, regionalizarlo y hacerlo mas trasparente. Las Misiones han mostrado ser un excelente modelo alternativo, sin embargo una reforma del Estado debe estar acompañada de una visión mas integral para que las nuevas instituciones publicas gocen de una mayor capacidad en la construcción de consensos y en la consolidación de la hegemonía política de la conducción revolucionaria; ii) la aprobación y ejecución de la ley de responsabilidad social de los medios masivos de comunicación para romper el aberrante monopolio de los poderosos sistemas de comunicación de masas de la burguesía y el imperialismo, enfocados en la distorsión y el engaño; iii) la ejecución de la reforma agraria para democratizar la propiedad de la tierra e impulsar el desarrollo agrícola; iii) la aprobación de una ambiciosa reforma financiera y bancaria que permita el desarrollo de un modelo democrático en el manejo monetario; el actual proyecto de ley que cursa en la Asamblea Legislativa presenta notorias deficiencias que deben ser enmendadas para evitar de esa manera que los bancos y demás entidades financieras sigan operando dentro de los parámetros del mundo financiero neoliberal; iii) la reforma urbana para reorganizar en un sentido bolivariano el actual modelo urbanístico que beneficia a los grandes monopolios de la construcción, los cuales hacen su agosto especulando con los precios de la tierra y la vivienda; iv) la Constituyente Petrolera para debatir a profundidad el tema de las políticas en curso y su inevitable ajuste, particularmente en lo relacionado con las negociaciones internacionales y la inversión de las rentas generadas por la riqueza de los hidrocarburos.

Seguramente el debate en curso identificara otros temas, los cuales serán objeto de nuevas consideraciones o sugerencias.

benitez306@hotmail.com
Maracaibo 8 de septiembre de 2004.




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Horacio Benítez


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