EEUU necesita que Chávez salga de la presidencia

Estados Unidos no puede permitirse que su política exterior entre otra vez a una nueva crisis por su decadencia. La guerra y la paz de Obama, en las condiciones actuales de la economía global llena de burbujas fiscales y de especulación de activos en todo el mundo capitalista, obligadamente requieren de las áreas alternativas de las economías emergentes en Latinoamérica y Asia.

Estos mercados ofrecen las posibilidades de recuperación económica que las naciones desarrolladas requieren urgentemente, mientras tanto, el imperialismo debe limpiar el camino para acceder sin dificultades a esos mercados.

Las trasnacionales petroleras reclaman el petróleo de la faja del Orinoco, las farmacéuticas así como las empresas biológicas necesitan la Amazonia, las trasnacionales alimentarias buscan las naciones del MERCOSUR y el G8, el acceso a mano de obra barata y a materias primas sensibles.

Este proyecto de control político en Sudamérica una vez que Lula y los Kirchner abandonen la presidencia, entonces, Brasil, Argentina y México, naciones delegadas por Latinoamérica como economías emergentes pase a ser socios directos de EEUU y la Unión Económica Europea.

El control de la Amazonia con Brasil como aliado, convertido actualmente en el mayor deforestador ,8000 Km2 de selva tropical destruida para favorecer el biodiesel y el etanol, desplazando la ganadería y la agricultura tradicional por maíz y soja transgénica produce un daño irreversible al suelo con muy poca capacidad orgánica. Igual Argentina, el histórico granero del mundo, por añadidura, los países más industrializados de la región. Para poder controlarlos necesitan que, el poder político e ideológico del presidente Chávez, deje de ser un estorbo para el proyecto estadounidense.

Ese el interés norteamericano, desde Colombia atacan por dos frentes: Una, posicionándose con tiempo, utilizando como pretexto combatir el narcotráfico y el terrorismo fortaleciendo las bases militares para desde allí provocar los golpes contra Venezuela y Ecuador. Washington tiene que hacerlo de esa manera, porque, perdió la sorpresa que la negrura de Obama creó cuando asumió su mandato. No puede provocar en Venezuela un levantamiento popular o deserciones en las fuerzas armadas para derrocar al presidente Chávez. No les resultara nada fácil como en el 2002.

Dos, la reelección de Alvaro Uribe o la elección de Manuel Santos para la presidencia de Colombia, es parte del proyecto norteamericano para incidir en el derrocamiento de Chávez. Desde Colombia surgen las pruebas que el “gobierno revolucionario de Venezuela apoya a los terroristas de las FARC”, desde Colombia, se facilita la infiltración de fuerzas paramilitares y elementos de los servicios de inteligencia de EEUU, Israel y Gran Bretaña, con toda la gama de guerra sucia que puedan producir.

Es un hecho que todo esto altera la situación interna de Venezuela. Y, dada ciertas condiciones como: la emergencia eléctrica, las manifestaciones estudiantiles, la eterna lucha contra los medios de desinformación, son condiciones ideales para promover la desestabilización del país.

El imperialismo siempre ha rivalizado por asegurar los beneficios más altos a su capital financiero para repartir y redistribuir los mercados del mundo en su provecho ampliando los que ellos consideran patios traseros, y conquistar nuevas esferas de influencia comercial con ella, la influencia política. Este ha sido siempre el objetivo de la casa blanca y de su política exterior de EEUU. Chávez es un estorbo que hay que eliminar para controlar América del Sur.

El calentamiento global acentuó, no solo por sus consecuencias climáticas que, el futuro del capital económico mundial para los próximos años está en el sur, los nuevos mercados, la mano de obra, los recursos naturales, energéticos y minerales, que necesitan esta en este lado del mundo, lo saben y buscan controlarlo desde ya.

Así como están, las naciones del Sur son una empresa de poco rendimiento que agudiza la crisis de las naciones de gran rendimiento, es por eso que la estrategia del capitalismo es que, estos países produzcan más y acoplen sus mercados a las exigencias del libre mercado.

Requieren desplazar la mano de obra y transferir parte de la industria a las naciones del G20, es decir, desmotivar la actividad colectiva que se plantea con las revoluciones y motivar los servicios terciarios primarios para el crecimiento agrícola, textil, informático, automotriz, con ellos, los secundarios como los bancos, seguros, planificación, educación, medicina, serán controlados para evitar su crecimiento.

Buscan promover un crecimiento sin modificar la estructura. Traducido por la enorme ganancia del sector terciario y de la economía de servicio, se puede extrapolar y prever un Estado estacionario, una vez el “crecimiento” terminado.

Obama promueve que, la democracia y el capitalismo son los pilares de una sociedad libre. Desde Venezuela decimos que la felicidad que buscan los pueblos no puede ser comprada ni por armas ni por dinero. Cerca de 8000 millones de dólares, incluidos los envíos del 2010 recibirán Colombia sin poder desarticular la corrupción narco paramilitar que pudre al gobierno de Álvaro Uribe cuya seguridad democrática, cuestionable desde todo punto de vista, porque, no puede estar subordinada a las carreteras ni a las zonas rurales. Y porque, el sistema de bienestar social no se preocupa de todo el pueblo 10 años después del plan Colombia.

Por eso el presidente Chávez estorba.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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