La autonomía económica no resuelve el problema social

Donde más nos afecta el espíritu revolucionario la presunta libertad o autonomía de los organismos crediticios como el FMI o el BM es, en la falta de acción sobre el orden y la estabilidad social.

La vida humana y la vida de una revolución reposan en su conjunto sobre la satisfacción de determinadas necesidades. Y, en la ampliación y optimización de las mismas radica el desarrollo de la cultura y del proceso en sus aspectos material y espiritual de los pueblos. Algunas medidas políticas mitigaron la acción de los factores económicos adversos, pero, al sostener el infra consumo de la economía de puertos alivio el acaparamiento no así la especulación, peor la inflación. Criterios políticos prevalecieron sobre las situaciones económicas y no hubo el acercamiento entre el consumo y los productores.

Necesidades satisfechas no solo en salud y educación, el desarrollo trae el disfrute del cambio por la satisfacción de hacer desaparecer la desigualdad y la pobreza. Para nuestro proceso y sin establecer límites estrictos, las necesidades de nuestra revolución bolivariana o chavista están ligadas en un gran porcentaje con el bienestar material, principalmente aquellas para cuya satisfacción la mujer y el hombre está dispuesto a efectuar sacrificios susceptibles de ser medido solo en dinero. Inclusive, las necesidades ideológicas y espirituales, muchas de ellas: teatro, libros, música, cine, revistas, revisten cierto carácter económico por ser accesibles con dinero. Así, la satisfacción de la necesidad está sujeta estrictamente al dinero en el socialismo del siglo XXI.

Los subsidios son un medio para hacer política tratando de limitar las necesidades en su número, pero, sin crear conciencia social, apenas el pueblo mejoro su conocimiento y su salud va por la casa y el carro, sin que la ciencia del conocimiento haya mejorado su conciencia, porque tienen un límite impuesto desde hace décadas por el petróleo, aun en nuestro líder. La necesidad revolucionaria debe ir mas allá de la compra- venta, la sociedad venezolana no puede seguir bebiendo petróleo o gasolina ya que el litro de agua está a 5 bolívares fuertes y un litro de gasolina a menos de 400 centavos de bolívar, es la guerra del agua del siglo XXI en Venezuela, a la par de la construcción del socialismo. Placer continuado como nación petrolera ha degradado la cultura de la sociedad.

Según el carácter del proceso, las necesidades inmediatas son culturales y naturales, este el carácter de la necesidad revolucionaria. Nos hemos dedicado a criticar la riqueza de unas cuantas familias o países, sin embargo, nos olvidamos de construir la riqueza revolucionaria, aquellas que son susceptibles de constituir una propiedad social no existen en cantidades tales como para satisfacer a todos. La riqueza revolucionaria así entendida, está constituida por bienes económicos y eso no puede ser proceso revolucionario, los aspectos culturales ligados con los económicos son los elementos aptos para satisfacer las necesidades de la población por su utilidad socialista en donde el pueblo pone en marcha un prodigioso mecanismo de producción en todas sus formas para mantener la cantidad y la calidad de bienes económicos para lograr una mejor satisfacción de sus necesidades. Eso es riqueza social.

A pesar de la reducción de los índices de bienestar social, el porcentaje de desatendidos continua siendo alto 10 años después, es decir, los paliativos empleados son discutibles en su eficacia por los intereses políticos del momento. Compra de armas, el despilfarro económico por la corrupción y el burocratismo afecta las obras públicas, planes viales, el desempleo, la inseguridad que no se logra disminuir como la inflación y la falta de planificación a corto y mediano plazo en las misiones, afectan la eficiencia del proceso. No podemos continuar con el cuento de construir un socialismo a años luz de distancia, esa estrategia política con los avances en comunicación y desarrollo tecnológico hacen quedar en ridículo al gobierno.

Se nos informa que tenemos un crecimiento del 0.5%, es igual al crecimiento que tendrá Europa el próximo año, los gordos y gordas aumentan en Venezuela, porque se come mejor ¿pero qué? No hay una cultura alimenticia porque el país todavía no entra en una fase estándar de producción agrícola, sin ella es muy difícil hablar de soberanía cultural.


La autonomía económica no resuelve el problema social.


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Raúl Crespo


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