Ecología o barbarie

La reunión de Copenhague sobre cambio climático va rumbo al fracaso. No hay acuerdos para reducción de emisiones de CO2 ni sobre tema sustantivo alguno. Ya se habla de la convocatoria a un Copenhague II para el año próximo.

Es parte de la estrategia global del complejo militar-científico-financiero que dirige al mundo. Busca soluciones mediante una asociación del mercado y la ciencia. Imitar erupciones volcánicas, lanzando millones de globos con compuestos de azufre (usando nanopartículas) para tapar los rayos del sol. La fertilización oceánica arrojando al mar nanopartículas de hierro o urea, para provocar florecimientos súbitos y masivos de plancton, que teóricamente absorberían dióxido de carbono y lo llevarían al fondo del mar. Extensas plantaciones de árboles tránsgenicos, que absorberían CO2. Son grandes y antiecológicos negocios

Esta guerra contra el planeta se complementa con una guerra económica y social en la que predomina la inversión financiera sobre la economía real, la pervivencia de la globalización neoliberal, la ofensiva contra las comunidades campesinas y la población originaria (reservas de la humanidad para la defensa de la ecología agroalimentaria) destruyendo la producción local ecológicamente sustentable e imponiendo los megamonocultivos transgénicos. Expresión de esta ofensiva transnacional es el relanzamiento del FMI y la pretensión de convertirlo en banco central supranacional.

No se cumplirán los Objetivos del Milenio, la pobreza y la miseria crecerán y también la rebelión social. Aquí entra en juego la estrategia de convertir los barrios pobres del mundo en teatro de operaciones contando de nuevo con la ciencia como aliado, creando armas especiales para el combate urbano en calles estrechas densamente pobladas. La ciudad se convertirá en el teatro de operaciones por excelencia para exterminar a los pobres. Este es el plan estratégico que se discute en el pentágono, más allá de Obama.

Es necesario impedir la generalización de la solución Honduras y los procesos de debilitamiento de los gobiernos progresistas; profundizar la cooperación Sur-Sur, el fortalecimiento de los movimientos sociales, el empoderamiento de la población y la afirmación de los movimientos por la paz. Un mundo mejor es posible e imprescindible.

julio.escalona@gmail.com


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Julio Escalona


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