Mirar y
escuchar al elocuente y conmovedor análisis teórico de los procesos
transhistóricos bastante complejos, cuya interpretación es un don
intelectual
típico de Chávez, de verdad me hizo recordar a tantas conversaciones,
debates,
charlas y lecturas que he venido realizando en palabra y en obra a
través de
las últimas tres décadas en toda Venezuela a favor de la revolución
socialista
en América Latina y el mundo. Me recordó a la inmensa y ardua tarea y
la
dificultad que tiene la teoría revolucionaria para captar la
imaginación
emancipatoria y la fantasía objetiva de los trabajadores del mundo y
para
transformarlas en la “creación de las masas” práxica, una facultad que
hasta
ahora sólo se ha reservado para lo divino, para “el que está allá
arriba”.
Gracias a Chávez por devolverles la teoría socialista, la praxis comunitaria, las fuerzas creativas y el fuego emancipatorio a los verdaderos creadores de la humanidad, a los verdaderos creadores de toda la riqueza y el poder que existen en la Tierra, que son, en el caso de nuestro continente, las clases trabajadoras de Venezuela, el Caribe y América del Sur.
Nuestras opiniones pueden diferir en cuanto a lo que debe ser la revolución o el socialismo en la época de la globalización. Podemos considerar a Jesucristo el primer verdadero socialista, o a Karl Marx el primer verdadero cristiano. Este es un derecho humano inalienable. La prueba de acero y las verificaciones científicas de tales teorías individuales siempre será la praxis social cambiante. A través de la última década hemos escuchado casi todos los discursos del Presidente Chávez. Podíamos seguir su sorprendente capacidad para leer, para estudiar, para aprender y para aproximarse al socialismo.
Una vez el filósofo alemán Ernst Bloch ha reconocido a Karl Marx como el estudiante más destacado de todos los tiempos. Puedo afirmar con seguridad que actualmente el Presidente Hugo Chávez Frías, es el estudiante más ferviente de la época de la globalización, de la “Humania del Sur”.
Si sólo las masas trabajadoras de Venezuela, si nada más la ‘oposición’ conspiradora y los propagadores del fascismo corporativo realmente entenderían, qué presidente tan excepcional tenemos, entonces podríamos confirmar dialécticamente que Chávez merece su pueblo, y que la gente se merece su Chávez.
Salvo en los buenos viejos tiempos de Fidel, y con excepciones como la de Evo, ¿donde en la Tierra todavía se puede escuchar un discurso presidencial como aquel de este jueves pasado?
A todo lo que ha sido objeto de ese discurso, podemos añadirle algunos elementos de reflexión. Saber qué es el socialismo es saber qué es el capitalismo; es su negación dialéctica, es el anti-capitalismo.
* Subjetivamente el socialismo es la teoría revolucionaria, es la conciencia de clase social.
* Objetivamente el socialismo son las clases sociales existentes en conflicto, también en Venezuela; es la lucha de clases concreta y permanente, es la praxis socialista.
* ‘Transjectivamente’ el socialismo es ‘transrevolucionario’, es decir, por primera vez, el socialismo es emancipador, es ‘la creación creativa de las masas’.
En escritos anteriores hemos explicado la quintaesencia del capitalismo a nivel global, de la acumulación de capital a través de 25 siglos, que han llevado a la actual debacle, a la recesión y la depresión, al colapso del sistema capitalista.
El capitalismo es:
* Explotación económica de la Naturaleza y de la Sociedad;
* Dominación política local, nacional y global, el Estado ‘clásico’ en general;
* Discriminación social, el machismo, el racismo, las relaciones amo-esclavo, el apartheid, el sionismo;
* Colonización y militarización del planeta y de su espacio exterior; genocidio, magnicidio, terrorismo;
* Alienación total, maleducación, dissocialización, desnaturalización, holocausto mental, control mental, guerra de ideas, terror mediático, la dominación de espectro completo.
En cambio, ¿Qué es el socialismo?
Es exactamente lo contrario de todos y cada uno de los rasgos que caracterizan al capitalismo. Cualquier sociedad que aún fomenta una de las plagas pandémicas mencionadas anteriormente, no es socialista. Además, cualquier persona que alimenta esos males ni es un proletario, ni es un revolucionario socialista.
Esperamos con impaciencia más lecciones ‘práxico’-teóricas del Presidente Chávez, porque no son sólo el pensamiento y la reflexión los que deben aproximarse a la realidad venezolana, sino también la realidad objetiva y la praxis activa, que deben convertirse en una fuerza física que empuja hacia la teoría socialista, hacia el socialismo y hacia la emancipación humana.