El cierre de VTV manchó para siempre el periodismo en Venezuela

El 11 de abril de 2002

Cuando el Gobernador en funciones Enrique Mendoza lanzó su amenaza de cerrar a Venezolana de Televisión, se iniciaba en Venezuela la muestra más evidente de la participación de los medios privados de comunicación en una aventura fascista
Venezolana de Televisión
11 de Abril de 2004, 10:43 AM

Caracas, Abril 11. Las palabras de Enrique Mendoza aquel 11 de abril de 2002, no pudieron ser más reveladoras de las intenciones que los protagonistas del golpe tenían durante esas horas aciagas: “...Los vamos a sacar de Miraflores, les quedan pocas horas y van a salir por las buenas o por las malas de Miraflores...”, dijo frente a las cámaras de un canal privado de televisión que a esa hora transmitía para toda Venezuela durante esas horas de confusión y planificada desinformación.

Y no se quedó allí, acto seguido realizó lo que él llamó una “advertencia”: “…Esa basura, ¡asimismo! que se llama el Canal 8, vamos a sacarla fuera del aire, va fuera del aire...Esa es la advertencia que les digo, porque aquí no nos estamos chupando el dedo ni somos ningunos pendejos (...) el Canal 8 va en las próximas horas fuera del aire...”

La “advertencia” se cumpliría sin demora, y fue más allá, cuando las instalaciones del Canal del Estado fueron tomadas policialmente y clausuradas, sin protesto de ningún tipo por parte de los organismos que se dicen defensores de la libertad de expresión. Nada dijo el Colegio Nacional de Periodistas, tampoco la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, que tenía meses solicitando al gobierno “garantías” para que se respetara la Libertad de Expresión e información, mucho menos los canales de televisión privados y los medios escritos que se autoproclamaban adalides de la democracia y acusaban constantemente al Presidente Chávez de querer cerrarlos. Este cierre no se limitó solamente al Canal del Estado, sino que también se extendió a los medios comunitarios y alternativos que no se plegaron a la línea de los grandes empresarios privados de la comunicación.

Apenas tres días antes, en medio del “paro general” en forma conjunta por la dirigencia de la Central Obrera y Fedecámaras, los canales de televisión privados se rebelaron antes las constantes transmisiones en cadena que realizaba el presidente Hugo Chávez y procedieron a dividir en dos sus pantallas para mostrar en un lado al presidente y en el otro imágenes de lo que sucedía en la calle. Era la primera vez en Venezuela que el mensaje presidencial era alterado en forma abierta y conciente.

El día 11 repitieron el esquema y además interfiriendo por varios minutos el audio original. La respuesta presidencial fue tan inmediata como tajante, ordenándose la salida del aire de seis estaciones de televisión tal como prevé la ley. Pocas horas después, y prácticamente depuesto el mandatario, las televisoras recuperaron su señal y pusieron en el aire mensajes rechazando la decisión de silenciarlas. Palabras como "Libertad, Independencia y Democracia" abundaron en estos mensajes, algunos de ellos cuidadosamente producidos.

La división de la pantalla y la posterior manipulación que los canales de TV habían hecho con el mensaje del presidente durante la cadena oficial de ese día, y el hecho que Mendoza hiciera su “advertencia” en un canal de televisión y frente a un periodista, sin que éste se inmutara, ponía al descubierto la ignominiosa sombra que comenzó a manchar la historia del periodismo venezolano. Así, todos los canales privados de televisión continuaban “cubriendo” los sucesos que se desarrollaban con una particular, interesada y evidente parcialidad política.

La última transmisión que haría VTV fue en la noche de ese 11 de abril desde Miraflores. A través de ella Diputados y Ministros del Gobierno se dirigieron a la nación para tratar de ofrecer la versión oficial de los sucesos y romper con la poderosa versión mediática que la gran prensa audiovisual estaba construyendo. William Lara, entonces presidente de la Asamblea Nacional, Juan Barreto, Aristóbulo Istúriz y María Cristina Iglesias, entre otros, protagonizaron un débil intento por enfrentarlos, con apenas una cámara y un micrófono.

El Diputado Juan Barreto reveló que la Policía Metropolitana inició los disparos contra los simpatizantes bolivarianos apostados en el Puente Llaguno y anunció que existían videos que lo comprobaban, los cuales serían transmitidos en minutos.

Acto seguido la señal quedaría interrumpida, luego que fueran apagados los equipos de retransmisión ubicados en Mecedores, en el Ávila. A partir de este momento la pantalla venezolana carecía de un contrapeso ante la apabullante “información” generada desde las cuatro grandes cadenas de televisión.

Finalmente, en horas de la noche, por la pantalla a oscuras del Canal 8 se escuchó la voz del Capitán de la Guardia Nacional, Alonso José Rodríguez Monroy, responsable de la seguridad de las instalaciones, quien anunció lo siguiente: “...Hemos tomado, pues, la decisión de retirarnos en virtud que se acerca un gran número de personas, se acerca un contingente de soldados...”. Se concretaba así la “advertencia” del gobernador del Estado Miranda, en su determinación de clausurar el Canal del Estado.

Un cierre "temporal"
El hecho de la clausura fue catalogada por la prensa nacional como un simple “cierre temporal”. Para ilustrarlo, basta un ejemplo tomado de El Universal en su versión digital:

Caracas, sábado 13 de abril, 2002. La estación televisora del Estado, VTV , se encuentra cerrada en un compás de espera. Fuera del aire desde la turbulenta noche del 11 de abril, la planta televisiva del Estado se halla a la espera de su reapertura y transformación en un canal al servicio de los intereses del pueblo venezolano

“...El canal estatal Venezolana de Televisión ha entrado en un forzoso hiato que sugiere una profunda reestructuración de una estación reducida por la crisis.”

“...VTV fue abandonada a su suerte por los protectores uniformados que la guarnecían llenos de pertrechos, cuando en horas de la noche se esparció el infundado rumor de que el Ejército se aproximaba para tomarla....“

“...y VTV es un canal que en estos momentos se halla temporalmente cerrado dentro de un marco muy particular en una nación en transición.”

Y en una rápida revisión de lo que se escribió sobre el tema en la página de Globovisión, apenas el hecho se hace referencia con un lacónico “...Antes de que saliera del aire...”

Extracto de Globovisión
“...Antes de que saliera del aire, en el canal estatal aparecieron diputados y ministros afectos al gobierno que se mantienen en el Palacio de Gobierno con el presidente Chávez. Dicen que...”

Hay que recordar cómo la televisora Globovisión, hizo una ”breve visita” al Canal 8 y desde allí un reportero afirmó que las instalaciones habían sido “abandonadas” por los trabajadores a quienes calificó en forma despectiva, haciendo un símil con la huída de las ratas cuando el barco se hundía. Nada se dijo sobre la “advertencia” de Mendoza ni la presencia de efectivos policiales de Miranda, en lo que fue un claro intento por reforzar la idea que el Canal 8 quedó fuera del aire por su propio personal que lo “abandonó” a su suerte.

Al día siguiente, los titulares de la gran prensa amanecieron dando la noticia del día, sin ofrecer ningún tipo de cuestionamiento, ninguna referencia al Golpe de Estado que se había fraguado y ejecutado, mucho menos informando la clausura del Canal 8.

En medio de un evidente y descarado manejo informativo, contrariando la libertad de información y expresión, el periodismo venezolano continuó exaltando la figura de Pedro Carmona Estanga, el mismo que junto a la CTV impulsó aquel paro insurreccional y que se convirtió luego en un “Presidente Interino” que se preparaba a enseñar los dientes.

Peor evidencia de esta situación lo plasmó el Diario El Nacional en su editorial del sábado 13 de abril, que registró para su desdicha lo siguiente: "…"Ha hecho bien el nuevo presidente Pedro Carmona Estanga en prescindir, de un plumazo, de estos esperpentos institucionales, devaluados ética y moralmente por la escasa gallardía con que sus representantes ejercieron el cargo. Mención especial merece el fiscal, quien horas antes de caer Chávez, ya se proponía ante las cámaras de la televisión como su posible sucesor''. A la fecha los editores de este diario venido a menos, no han rectificado sus palabras ni mucho menos han hecho un “mea culpa” que los redima.

La continuación del golpe fascista, en vivo y directo
Lo que ocurrió ese viernes 12 de abril pasará a la historia política venezolana como el día en que el fascismo se mostró tal cual era, cuando muchos personajes de la vida pública, entre ellos dueños de medios y periodistas, se quitaron sin disimulo la careta de demócratas frente a todo el país, y además en una transmisión en vivo y directo por las cámaras de televisión de las grandes cadenas comerciales.

Entre tanto, la señal del Canal 8 seguía ausente, pese a las pocas voces que protestaron y sin que ningún organismo actuara.

Resulta paradójico que los mismos medios que mantuvieron una campaña de descrédito del gobierno del Presidente Chávez, acusándolo falsamente de tirano, violador de la libertad de expresión; llamándolo “Teniente Coronel” en lugar de su condición de presidente y calificando su gobierno como “el régimen”, fueran los encargados de transmitir esa “juramentación” con la cual mostraban cómo un verdadero tirano y dictador de facto barría con toda la institucionalidad democrática del país. Los medios se encargarían de ratificar el signo que traía ese gobierno espúreo al cual apoyaban, televisando en vivo y directo la persecución de ministros, gobernadores y simpatizantes del presidente desaparecido, incluyendo el acoso que por vez primera se efectuaba a una sede diplomática extranjera en Venezuela.

Es doblemente ilustrativa la entrevista que le hiciera la Periodista Ana Vacarella al ex Fiscal General Ramón Escobar Salom, tanto por la respuesta de éste como la pregunta que la originó. Escobar Salom exclamó: “..tiene que ser sometido por la fuerza y arrestado...”, refiriéndose al gobernador bolivariano de Táchira, Ronald Blanco La Cruz, quien no reconocía al gobierno de Carmona y denunció el golpe. Pero la pregunta que originó esta intervención también pasó a la historia del periodismo venezolano, cuando Vacarella le consultó lo que pareció ser su propia opinión: “...El Gobernador del Táchira se niega entonces a reconocer al presidente que tenemos en este momento, al presidente de la transición... ¿Qué ocurre o qué procede en estos casos?

En esa locura colectiva que pareció apoderarse de la mayoría de los comunicadores sociales, todas aquellas expresiones de apoyo al gobierno bolivariano y los intentos por mostrar versiones distintas eran sistemáticamente negadas. La transmisión de la rueda de prensa que ofreció el Fiscal General Isaías Rodríguez, cuando denunció el secuestro del Presidente Chávez y la versión de que no había renunciado, fue interrumpida abruptamente y sacada del aire. Por su parte, el Defensor del Pueblo, Germán Mundaraín, denunció las numerosas detenciones ilegales, muertes y allanamientos en todo el territorio nacional, declaraciones que nunca fueron transmitidas por ninguna televisora.

Igualmente, algunas organizaciones de derechos humanos (entre ellas Provea y la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz) denunciaron ante la comunidad internacional que se trataba de un golpe de Estado y que se estaban produciendo detenciones y allanamientos ilegales.

Sin proponérselo, los medios estaban agitando la conciencia de un pueblo silenciado.

Sistemáticamente los grandes medios y algunos periodistas se sumaron a la insólita pretensión de callar la verdad de lo que ocurría en Venezuela.

Nada fue cubierto ni difundido: las voces que clamaban por Chávez, las manifestaciones masivas en los barrios y ciudades de todo el país, las muertes de chavistas a consecuencia de los abusos policiales, la huida del tirano Carmona y sus acólitos de Miraflores, ni siquiera los saqueos que se produjeron en algunas zonas de Caracas. Cuando ya la situación era inocultable, los medios apelaron a un inusual argumento: la inseguridad reinante impedía cubrir los sucesos del día. Con esta excusa se desmentían a sí mismos, al contradecir su lema de reflejar la verdad a cualquier costo. Lo cual se remediaba simplemente con retransmitir la señal del canal colombiano Caracol o de CNN en español y decir a través de ellos lo que estaba pasando ese oscuro sábado.

Y eso fue lo que hizo precisamente Globovisión al tomar la señal de CNN, cuando era entrevistado Pedro Carmona Estanga. La entrevista que transmitió Globovisión se desarrolló en estos términos:

Locutora CNN: “¿Dónde se encuentra usted en este momento y cuál es la situación en el palacio de Miraflores, ya que como usted bien sabe se han presentado algunas manifestaciones en respaldo a Chávez en el día de hoy, qué opina usted al respecto?

Carmona: pues mire, aún cuando ha habido algunos focos, el control es ya total, el país se encuentra en un estado de normalidad y de control…” . Globovisión repitió una y otra vez esta entrevista a lo largo de la tarde, en desmedro de otros contactos telefónicos que CNN realizó a otras figuras como Maribel de Chávez, Diosdado Cabello y William Lara, entrevistas que el canal venezolano extrañamente no retransmitió.

Venevisión, ese mismo día puso a los locutores a hablar frente a las cámaras, pero para que dijeran que en las calles del país se habían presentado pequeños desórdenes que ya estaban controlados, al tiempo que se le recomendaba a la gente quedarse en casa siguiendo la habitual programación. Todo ello era rematado con el video deL mensaje del inspector general de la Fuerza Armada Nacional (FAN), General en Jefe Lucas Rincón, donde afirmaba: "…se le solicitó al Sr. Presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó". De modo que al igual que Globovisión, el Canal 4 también colocó noticias, pero las falseó y quiso manipular a la audiencia con la repetición sistemática de un mensaje transmitido originalmente en horas de la madrugada del viernes, cuando ya el presidente Chávez se encontraba preso y aislado y el Golpe de Estado se había consumado.

La verdad resplandece en medio de la oscuridad
En la noche del sábado 13, una señal incolora y parpadeante resplandeció en la pantalla del Canal 8 anunciando lo que hasta esa hora era un secreto a voces: el gobierno bolivariano y el hilo constitucional de la República estaban siendo restituidos.

El Canal del Estado reiniciaba sus transmisiones ofreciendo al pueblo venezolano la información que le fue negada por los grandes medios comerciales.

Con grandes esfuerzos y la colaboración desinteresada de sus propios técnicos y de personal de otras televisoras, que por iniciativa propia se incorporaron a VTV, la verdad de lo que estaba ocurriendo comenzó a irradiarse a toda Venezuela. Como nunca antes el verdadero periodismo venezolano se engrandeció con la historia que el Canal del Estado estaba forjando, venciendo una despreciable y voluntaria censura informativa de casi toda la prensa nacional y de reputados periodistas venezolanos que vendieron su credibilidad por desconocidas prebendas.

El apoyo popular se hizo presente cuando cientos de caraqueños se apostaron en vigilia a las puertas de VTV, mostrando así su agradecimiento por la labor informativa del Canal del Estado.

Venezolana de Televisión fue el único canal que transmitió las imágenes históricas de aquella jornada que protagonizaba el pueblo venezolano, ya que el resto de las televisoras simplemente se resistía a acompañar la gesta popular.

Poco a poco y en una transmisión en vivo, los venezolanos fueron observadores de los acontecimientos que se desarrollaban en Miraflores, donde miles de caraqueños venidos de todos los puntos de la capital se concentraban para esperar el regreso del presidente Chávez, en lo que se iría a convertir en un hecho inédito en el mundo: el retorno de un mandatario por la sola fuerza de un pueblo, que desbarató la pretensión dictatorial de unos poderosos medios de comunicación.

Los canales comerciales, presionados por la gente que protestaba frente a sus sedes, y ante una realidad que no podían afrontar, se resignaron finalmente a conectarse con la señal del 8, transmitiendo a Venezuela y al mundo lo que unas horas antes se empeñaban en silenciar, en una conducta deleznable que contribuyó a dañar su propia credibilidad.

Así fue posible que a través de la pantalla chica, los televidentes se enteraran de los acontecimientos inéditos que se sucedían y que tuvo a Venezolana de Televisión como planta matriz de la señal enviada al mundo.

Sólo así la televisión venezolana mostró el reflejo de la realidad verdadera en ese sábado memorable para la historia republicana del país, haciendo añicos la realidad virtual que hasta entonces pretendieron construir los amos del poder mediático.

Y esa noche se mostró en toda su inmensidad cómo la Televisora del Estado y muchos pequeños medios alternativos comenzaron a contribuir a limpiar la enorme y penosa mancha que la gran prensa le hizo al periodismo venezolano.

Epílogo
¿Qué lecciones o conclusiones podemos aprender de los sucesos que hace dos años sacudieron a este país?

Cualesquieras sean las lecciones, parece evidente que el ciudadano común se ha percatado que los grandes medios continúan en su objetivo de seguir extendiendo esa imborrable mancha en el periodismo venezolano, ahora con nuevas estrategias y asumiendo incluso sus actuaciones. Los dueños de estos medios lo reconocieron públicamente durante el paro petrolero de diciembre 2002 y enero 2003, cuando confesaron a unos sorprendidos representantes de la prensa internacional, que tomaban partido a favor de los sectores opuestos al gobierno.

De esta manera la situación del periodismo venezolano parece no haber cambiado nada. Los organismos internacionales encargados del tema parece que tampoco aprendieron lección alguna.

Tal como expresara el Diputado Juan Barreto en una reciente ofrecida a la agencia oficial de noticias Veneres: “Pareciera que el cierre del canal 8 el pasado 11 de abril, por parte del gobernador del estado Miranda, Enrique Mendoza, aún en ejercicio, no fue un delito, porque sobre eso a pesar de que han transcurrido casi dos años, no hubo ningún pronunciamiento a pesar de las comunicaciones y casi ruegos y súplicas que periodistas independientes o vinculados al proceso de cambio mandamos a este tipo de organizaciones" (…) Resulta ahora que el 11 de Abril no pasó nada, no hubo amenazas, no hubo presidente preso, no hubo poderes disueltos de un plumazo (incluyendo el propioTribunal Supremo), no hubo muertos, no hubo persecuciones, no hubo allanamientos, no hubo presos, no hubo atentados a las Embajadas, no hubo cierre del Canal 8 y persecución a todos los medios alternativos, no hay culpables”.

El daño hecho a la credibilidad del periodismo que se hace en Venezuela se revertirá cuando los propios profesionales que la producen adquieran conciencia de su responsabilidad. Sólo recordemos lo que escribiera un reconocido intelectual venezolano, Ibsen Martínez, cuando anuncia su retiro de la escritura periodística por razones de dignidad, en su crónica del 20 de abril del 2002 publicada en El Nacional:

"La incalificable censura noticiosa y de opinión, maliciosamente impuesta a los venezolanos durante horas muy graves de la vida nacional, contra los mejores intereses del público, contrariando el deber de no retener información relevante que permitiese normar el juicio de ese mismo público, cediendo a motivos que no se conciben sino como políticos, y todo ello cumplido por la concurrente omisión de una significativa mayoría de medios radioeléctricos del país no pueden ser ignorada por nadie que haya abrigado la creencia de que los medios, de manera infusa y natural, están siempre del lado de la verdad, la democracia y la pluralidad. El caso de la autocensura en Venezuela durante el transcurso del golpe de Estado, en abril 2002, sin duda ha de engrosar los libros de texto usados en las cátedras de ética en las escuelas de comunicación del mundo…”


Fuentes consultadas:

* Informe de la Defensoría del Pueblo sobre los sucesos de 11 de abril de 2002
* http://www.globovision.com/eltema/2002.04/...to6/index.shtml
* http://www.eluniversal.com/2002/04/13/13311CC.shtml
* http://www.elnacional.com
* http://www.Venpres.gov.ve
* Archivos Página Web VTV


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