Elecciones al Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Elecciones en la UCV: por la transformación de la UCV


LISTA 1
AL CONSEJO DE FACULTAD DE FACES
(Baldo Alesi, Pedro García, Daisy Barreto, María Casañas, Aliva de González, César Barrantes, Luis Damiani, Franklin González, Tibisay Hung, Vladimir Lazo, Jorge Pérez, Mercedes Vargas, Mónica Venegas, Miguel Angel Hernández)


ELECCIONES EN LA UCV: POR LA TRANSFORMACION UNIVERSITARIA


El próximo jueves 19 se llevarán a cabo las elecciones para escoger los representantes profesorales en los distintos organismos de co-gobierno en la Universidad Central de Venezuela, y durante el mes de abril se realizarán los comicios para elegir a las autoridades universitarias (rector, vicerrectores y secretario).

Estos procesos electorales se producen en un momento particularmente sensible políticamente para el país, y revisten una gran importancia para el futuro de nuestra Universidad. De los resultados que se obtengan dependerá, en gran medida, que la UCV se ponga a tono con los cambios que hoy se producen en el país o que continúe sumida en el conservadurismo que hoy la caracteriza.

La Universidad Venezolana, en general, pero muy particularmente la UCV, son instituciones profundamente antidemocráticas y abiertamente conservadoras. Cualquier política que se trace desde los organismos de co-gobierno o desde los órganos de máxima dirección de la misma, chocará, una y otra vez, con estructuras y procedimientos retrógrados, alejados de los principales intereses de los integrantes de la comunidad, así como de su entorno social. Sea quien sea elegido Rector, si no tiene la clara disposición de iniciar un proceso profundo de transformación, que involucre participativa y democráticamente a todos los sectores que hacen vida en la UCV (profesores, empleados, estudiantes, profesionales, obreros), se verá limitado por esta situación.

Desde nuestro punto de vista, lo esencial hoy es abrir un proceso de discusión amplia y democrática en todas las Escuelas y Facultades sobre la urgente necesidad de transformación que la UCV pide a gritos. Es imperativo constituir una CONSTITUYENTE UNIVERSITARIA, que refunde a la UCV sobre nuevas bases. En tal sentido, más allá de discutir simplemente nombres, al viejo estilo de la IV República puntofijista, es necesario hacer una escogencia del candidato a Rector que le dispute la dirección de nuestra Universidad a los sectores que intentaron cerrarla en los días del paro, mediante una consulta lo más amplia posible que involucre, fundamentalmente, la definición de un programa de transformación y un plan de acción inmediato a fin de instalar la Constituyente Universitaria. De lo que se trata entonces, es de poner en los pasillos de la UCV y en la calle, un proyecto transformador de largo aliento dirigido a recuperar la Universidad Democrática y Popular que progresivamente se ha perdido.

Ese proyecto de transformación debe tener como ejes de articulación, los siguientes aspectos:
1. La Universidad se ha convertido, como dijéramos previamente, en una institución conservadora y antidemocrática. Efectivamente es así, pero además, es una instancia elitesca, clasista y discriminatoria socialmente, y esto se evidencia en los mecanismos de selección que limitan el acceso a la misma de los sectores más pobres de la población. Esto significa que la UCV debe proponer salidas en función de democratizar el ingreso de los bachilleres y desmontar progresivamente los mecanismos de selección internos actualmente existentes.
2. El carácter antidemocrático de la UCV se evidencia en la inoperancia y elitismo de los organismos institucionales, particularmente en los llamados organismos de co-gobierno. Esto se expresa en cuestiones como las siguientes: La autoridades centrales son juez y parte en todas las decisiones, tal como se puso de manifiesto en las sanciones a los estudiantes participantes en la toma del Consejo Universitario; los profesores instructores, la mayoría del profesorado, no tiene derecho a votar para escoger a las autoridades; los directores son designados a dedo por los decanos, salvo en algunas Escuelas donde se han iniciado procesos de consulta y elección; los directores de las Escuelas no tienen derecho a voto en el seno de los Consejos de Facultad; los estudiantes no tienen el mismo derecho que los profesores a la hora de votar, su voto tiene un valor menor; los empleados no participan en las elecciones para escoger a las autoridades universitarias, ni para elegir a los decanos y a los directores. Se impone entonces, establecer una participación igualitaria y democrática de todos los sectores universitarios en la toma de decisiones. Para esto es necesario, sin duda, impulsar la promulgación de una nueva Ley de Universidades, sin embargo, creemos que estas transformaciones no pueden estar supeditadas a una ley, y que desde ya, una Constituyente Universitaria, debe avanzar en medidas concretas para la transformación, independientemente de la lucha por una Ley de Universidades o de Educación Superior más democrática.
3. Producto de ese carácter antidemocrático, el presupuesto universitario es manejado por un sanedrín a su buen saber y entender, sin ninguna participación de la comunidad en su distribución y ejecución. Se impone entonces la necesidad de establecer su manejo transparente, procurando la contraloría social del presupuesto universitario, a través de un control participativo de los gremios (FCU, Centros de Estudiantes, delegados estudiantiles, AEA, Asociación de Profesionales y Técnicos, APUCV y sindicatos obreros).
4. Es urgente definir una política de reposición de cargos que atienda a formar a la generación de relevo de los profesores que se jubilan. Así como es necesario procurar una política de ingreso democrática de bachilleres, también es imperativo darle respuesta a este grave problema por el que atraviesa la Universidad. Otras universidades, como la ULA, han establecido políticas en este sentido, pero sin duda, un manejo más transparente y democrático del presupuesto va a contribuir a resolver este problema.
5. La Universidad no puede seguir a espaldas del país. Su actividad académica, la producción de conocimientos y la docencia, deben estar al servicio de la sociedad, y en particular, de los sectores más necesitados de la misma. En ese sentido, la autonomía no puede ser entendida como un alejamiento de la sociedad y del país, por el contrario, debe servir para que la producción y transmisión de conocimientos no estén sometidos a la lógica de ningún gobierno, ni determinados por intereses mercantiles nacionales o transnacionales, pero sí en función de darle respuesta a los principales problemas del país. De allí que deba dársele un impulso a la extensión, como un componente esencial de la actividad académica.
6. Cualquier política de transformación profunda de la Universidad debe tomar en cuenta la cuestión del saber o de los “saberes”, entendiendo que el mismo no es potestad exclusiva de ningún sector, de sabios o expertos. Siendo la Universidad una entidad productora y trasmisora de conocimientos, este tema debe ser el centro articulador de cualquier política de transformación. De allí que la investigación y los supuestos sobre los que se desarrolle el proceso enseñanza-aprendizaje, no deben estar supeditados a intereses transnacionales o mercantiles. No debemos investigar sobre la base de parámetros impuestos desde el exterior o transmitir conocimientos para satisfacer los intereses del mercado nacional o internacional. Nuestro objetivo debe ser formar profesionales sensibles socialmente y nuestra investigación debe dar respuesta a los principales problemas del país y de los sectores más pobres y excluidos.
7. En el caso específico de la UCV, cualquier política de transformación y la concreción de los aspectos antes mencionados, debe pasar por que el próximo Rector de nuestra máxima casa de estudios, declare una amnistía general para todos los estudiantes y empleados sancionados como consecuencia de su participación en la toma del Consejo Universitario en marzo del 2001, y su reincorporación inmediata.



Prof. Miguel Ángel Hernández Arvelo
Coordinador de Extensión de la Escuela de Sociología
Candidato a Representante Profesoral al Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales



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Miguel Angel Hernández Arvelo

Profesor de Historia en la UCV y miembro del comité impulsor del Partido Revolución y Socialismo. Como marxista, Hernández aboga por el definitivo rompimiento con el capitalismo en Venezuela y por la construcción del socialismo.


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