La alianza imperfecta: un producto de la envidia

“¿Qué es un envidioso?, un ingrato que
detesta la luz que le alumbra y le calienta”

Víctor Hugo

A propósito del más reciente percance que el Comandante Presidente Hugo Chávez, ha protagonizado con las organizaciones políticas PCV y PPT, como consecuencia de la negativa de ambos partidos a apoyar a todos los candidatos del PSUV en las próximas elecciones de Gobernadores y Alcaldes y más específicamente en los estados Guárico, Portuguesa, Bolívar y Trujillo, consideramos pertinente abordar un tema les confieso, sobre el que llevo hace algunos años reflexionando. Creo que lo que ha hecho posible la concreción de una alianza imperfecta - como la han descrito dirigentes de los dos primeros partidos mencionados - de los factores progresistas con miras al impulso y consolidación de este proceso de cambios que incuestionablemente lidera Chávez, no tiene nada que ver con divergencias de carácter ideológico, filosófico, político o programático. El asunto medular de este problema a mi juicio, radica en la más pura, añeja y profunda envidia que desde siempre esos dirigentes de izquierda se han tenido entre sí y que le tienen a Chávez desde que apareció en la escena política nacional. Estos iluminados de la izquierda venezolana, que hoy declaran en el tono que lo hizo el Secretario General del PCV, Oscar Figuera señalando que “...en Venezuela nadie es más socialista que esta organización.” , es la misma izquierda cuyos dirigentes durante la lucha armada, en los años 60, pese al apoyo de la Cuba revolucionaria, claudicaron en su propósito de conquistar el poder haciendo una revolución, para irse desde las montañas, a ocupar un curul en el extinto Congreso de la República, para hacerle el juego a la democracia burguesa, que decían combatir. Es la misma izquierda, que luego de mandar a cientos de jóvenes estudiantes a morirse o dejarse matar en la guerrilla, por las fuerzas represivas del Estado Puntofijista, se quedó parasitando en las Universidades públicas de nuestro país, ora como Profesores, ora como “Investigadores”, o simplemente como eternos e ingraduables estudiantes, gozando del botín junto con los adecos y copeyanos, mientras tomaban cerveza en las tascas cercanas, debatían sobre la “creación de las condiciones objetivas” para la Revolución y mandaban a la redacción de algún periódico una foto tomada en el Jardín botánico, fusil en mano, para hacerle creer a los ingenuos que les siguieron y aún les siguen que estaban en el monte. Es la misma izquierda que luego de esos “errores” tuvo el descaro de hacer centenares de foros en la Biblioteca Central, en el Aula Magna o en alguno de los muchos auditorios de esa casa de estudios, a analizar el porqué fracasó la lucha armada en Venezuela. En el fondo no soportan a Chávez, les arrecha que un veguero de Sabaneta de Barinas y soldado para más señas, haya tenido que conspirar durante más de diez años dentro de los cuarteles de este país, para salir después a demostrarle con hechos concretos como es que se hace una revolución y se le dan instrumentos a un pueblo para su liberación. Eso es todo camaradas, envidia, envidia y más envidia. Ya a estas alturas nadie les cree ese cuento de que son revolucionarios y que no quieren cuotas de poder. Sino que le pregunten al PCV, que sin ningún tapujo, ni pena apoyó antes y durante los 5 años de su ultimo mandato a Rafael Caldera, para después salir dizque a apoyar a Chávez, con el único objeto de seguir pegados de esa teta que es el Estado y sus distintos organismos. Sino que le pregunten al PPT, ese partido político devenido en compañía anónima, cuyo Secretario General, José Albornoz, se lanzó como candidato en Guárico, solo como una estrategia, para declinar luego a favor de Lenny Manuitt y pretender seguir manteniendo a ese estado, en la situación oprobiosa de miseria y ruinas en la que lo sumió esa suerte de Charles Bronson criollo que es Eduardo Manuitt y de cuyos negociados se mantiene el PPT, que ahora anda con ese cuento chino del “Socialismo Productivo”. Ingratos!!!, si no fuera por Chávez, ustedes con toda seguridad hubiesen sido coparticipes de la vendimia en la que los de la 4ta República querían convertir a este país. Y es mentira que en momentos críticos ustedes expusieron su vida por el Jefe de Estado. Quien salvó a Chávez fue el pueblo, que sin que ninguno de ustedes asomaran sus narices por allí, salió desarmado, a mano limpia y decidido a derrotar al fascismo y lo consiguió. Asì que si no van a poner, entonces dejen su culequera y váyanse pa`l carajo de una vez.

rubenvillafa@hotmail.es


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Rubén Villafañe


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