El país del norte ha sido y es el agresor contumaz del hemisferio



Los cubano norteamericanos Roger Noriega, Secretario Adjunto para América
Latina y Otto Reich, Embajador Especial para la región, así como la
Consejera de Seguridad Condolezza Rice y el Señor J. Adam Ereli, portavoz
del Secretario de Estado, han asumido en nombre del gobierno de los Estados
Unidos un ataque frontal, abusivo e irrespetuoso en contra del gobierno del
Presidente Hugo Chávez Frías, acusándolo de desestablizador de las
democracias del Continente, en connivencia con el líder cubano Fidel Castro,
todo ello como parte -sin duda alguna- de una estrategia articulada entre la
llamada Coordinadora Democrática y las organizaciones mafiosas y terroristas
cubano-americanas de Miami, en su interés por generar el temor que durante
muchos años les ha venido infundiendo los gobiernos de los Estados Unidos a
la mayoría de los países de nuestra América Latina, cuando advierte que
alguno de ellos quiere salirse o se ha salido de su esfera hegemónica, para
llevar adelante políticas soberanas y querer frenar, de algún modo, las
desmesuradas pretensiones de control y dominio de sus economías por parte de
los poderosos sectores financieros de Wall Street y de las grandes
transnacionales que son los que, en definitiva, dictan las pautas de la
política exterior en el país del norte.

En esa estrategia de falsear la realidad, vemos a las claras que se inscribe
la terrible tragedia por la que atraviesa la oposición venezolana que
durante más de 40 años mantuvo un régimen político de absoluta complacencia
a los dictados de Washington y que ahora, asida a regañadientes de la mano
de la constitución, luego de fracasar durante casi dos años tratando de
derrumbar el gobierno de Chávez para retomar ese poder, sin éxito alguno,
resolvió recoger las firmas para revocarle el mandato al Presidente, tal y
como lo prescribe la Constitución Bolivariana. Pero, comoquiera que esa
oposición ya está persuadida de que no logró obtener la cantidad de firmas
requeridas para que el CNE tome la decisión de convocar dicho referéndum,
resuelve optar por estratagemas de ese corte, buscando el espaldarazo de la
traición por los predios del Deparmento de Estado, sin percatarse de que su
tozudez y muy escasa capacidad de raciocionio, no le dejan advertir que los
venezolanos dejaron el pendejo bien lejos, hace ya bastante rato y, por otra
parte, esas argucias chantajistas en absoluto los asustan.

Ciertamente, se advierte de manera meridiana que en esas arremetidas del
coloso del norte contra nuestro gobierno acusándolo de desestabilizador de
las democracias del Continente, producidas una tras otra y en las últimas
semanas, está solapada la intención de asustar y de creer que,
efectivamente, en nuestro país existen las condiciones objetivas como para
que este tipo de amenazas aún continúen siendo la clave para manejar a
nuestros países. Que se olviden de eso. Hay un poder electoral autónomo en
Venezuela que dirá la última palabra y a su arbitraje tienen que someterse
las fuerzas y agrupaciones políticas y sociales enfrentradas, sin excepción.
No hay otra forma distinta para jugar a la democracia en un país soberano,
de manera que la oposición tiene que abandonar su obstinada e irreflexiva
conducta de pretender salir del gobierno por los caminos de la confrontación
y más aún cuando las experiencias recientes que ha acumulado buscando ese
objetivo, le han jugado nada más que trastadas. Sufrieron en esos intentos
dos terribles derrotas, el fracasado intento de instaurar una dictadura en
abril/02 y la pérdida para siempre del importante bastión que les significó
PDVSA, empresa que manejaron a su antojo por años de espaldas al país.

La oposición no termina por entender que la Venezuela moldeable al gusto del
imperio por más de cuarenta años la enterramos en 1.998 con la victoria de
las fuerzas del cambio bajo el liderazgo del Comandante Chávez Frías. De
otro lado, tampoco han asimilado que la guerra fría concluyó con la caída
del muro de Berlín en 1.989, por lo que esas viejas y ya muy gastadas
argumentaciones del castro comunismo para tratar de aislar así todo
propósito serio que busque la conformación de Estados Soberanos en esta
parte del mundo, perdieron vigencia y que ahora nuestros pueblos andan por
otros rumbos, con otras herramientas labrando sus propios destinos con
dignidad, distintas a las que, sin duda alguna, les servieron y mucho a los
cubanos al final de la década del cincuenta para barrer la férrea dictadura
batistiana y romper para siempre la dependencia que por muchísismos años
mantuvo su país del imperio yanqui, en detrimento de su soberanía, así como,
fundamentalmente, de todo un pueblo sometido a la más bárbara explotación
por parte de una oligarquía que era la dueña y señora de todos los bienes
que producían riqueza en esa isla caribeña, e inclusive de los prostíbulos y
casas de juego del mayor lujo que se hicieron famosos internacionalmente en
la década de los cincuenta y que eran administrados en sociedad con las
mafias italo-norteamericanas, todo ello con el beneplácito de la Casa
Blanca.

Lo que resalta de todas esas acusaciones es la gran hipocresía que
encierran. Es un contrasentido a todas luces imposible de sostener en
cualquier escenario que se pretenda abordar el tema. Produce una viva
hilaridad acusar a cualquier país de nuestra América Latina de
desestabilizador de los gobiernos de la región, cuando la historia escrita
por tirios y troyanos nos relata con lujo de detalles que quien ha estado
desde siempre en esas tareas por controlar y dominar a nuestros pueblos ha
sido, precisamente, los Estados Unidos de Norteamérica y para ello no ha
escatimado absolutamente nada para hacerlo.

A México durante la mitad del siglo XIX la despojó de más de un millón de
kilómetros cuadrados, territorios esos que hoy constituyen los estados de
Tejas, California, Arizona, Nevada, Utah, Nuevo México y Colorado, impulsado
para ello por los terranientes y financistas en grande del algodol y otros
productos agrícolas de importante demanda mundial, quienes años más tarde se
constituyeron en uno de los factores que por su ferocidad e inhumano trato a
los negros esclavos y mestizos, provocaron la terrible guerra de secesión
que dejó más de un millón de muertos.

Es interesante señalar que esa agresión colonialista del país del norte a
México se inscribe en las teorías geopolíticas que comenzaron a ser
planteadas por los prohombres que hicieron posible que los confederados del
norte lograran su independencia de Inglaterra, para convertir el inmenso
territorio integrado por trece colonias, en lo que hoy es los Estados Unidos
de América y que los sucesivos gobiernos que ha tenido ese país, con algunas
muy pequeñas variantes, les han estado dando continuidad.

Vemos, por ejemplo, que Tomás Jefferson, tercer presidente de los Estados
Unidos (1.801/1.809), en un discurso político pronunciado con motivo de los
debates durante la discusión del proyecto de constitución del nuevo Estado,
el cual fue aprobado y proclamada su vigencia en 1.787, sostuvo: "Nuestra
Confederación debe ser considerada como el modelo del cual saldrán los
pobladores del norte y del sur de las Américas", pues Jefferson sostenía la
tesis de que los Estados Unidos debían absorber las colonias españolas
"pedazo a pedazo".

El sucesor de Lincoln, Jackson Andrew (1.829/37) fué enfático al señalarle
al Encargado de Negocios de México, Señor Torren, que "El método de obtener
un territorio es ocupándolo y después de tener posesión entrar en
tratados..." y fue, precisamente durante su gobierno, cuando los Estados
Unidos le declara la guerra a México y la cual termina despojándolo de los
territorios indicados. El presidente Guillermo Howard Taft (1.909/13), quien
sucedió en la presidencia a Teodoro Roosvelt, personaje de ingrata
recordación por su política agresiva contra la América toda y a la cual se
le bautizó como la "política del garrote", sostuvo como su política de
expansionismo futuro hacia el control y dominio del Continente, que "Los
límites de Estados Unidos se extenderán virtualmente hasta la Tierra del
Fuego".

Sería muy interesante relacionar el inmenso arsenal de posturas sostenidas
de manera abierta por los gobiernos de los Estados Unidos en lo que ha sido
su política con los países del Río Grande hasta la Patagonia, pero ello no
es tarea para un artículo de prensa. Igualmente muy extenso sería un
propósito por relatar las razones y los objetivos que ese país tuvo para
cometer las fechorías y atropellos durante el siglo XX contra nuestros
hermanos del Continente, por lo que hemos considerado bien útil hacia ese
propósito, recogerlos en lo que sigue de forma cronológica, con indicación
del año en que ocurrieron, con algunos cortos detalles en ciertos casos muy
emblemáticos, para que nuestros pueblos no olviden que el país que alega
exportar sueños de libertad, de justicia y de felicidad plenas, no es otra
cosa que una suerte de Imperio Romano moderno, muchísimo más poderoso y más
criminal que aquél, si hacemos la comparación en términos de la destrucción
y muerte que este nuevo imperio ha ocasionado en intervenciones, guerras y
agresiones incontables en cualquier lugar de la tierra en menos de dos
siglos (México, Colombia, Cuba, Nicaragua, República Dominicana, Haití y el
Caribe casi en su totalidad, Hiroshima, Nagasaki, Vietnam, Chile, Grenada,
Panamá, Yugoslavia, Afganistán, Irak, etcétera, etcétera...), obviamente,
debido a los avances tecnológicos jamás imaginados en aquella real tragedia
de la humanidad que duró casi seis siglos (desde los años 81 a. de J.C.
hasta el 476 d. de J.C.):

Estados Unidos ha realizado entre 1.898 y 1.989 un poco menos de cincuenta
intrevenciones y agresiones armadas contra los países del Continente,
conforme a la siguiente relación:

-En 1.898 le declara la guerra a España por el hundimiento en la bahía de la
Habana del acorazado "Maine" y le propina una derrota aplastante, con lo
cual toma posesión de sus colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Se
apodera de las dos últimas y establece un protectorado en la primera, con
ocupación armada durante tres períodos (1.898/1.902; 1.906/1.909 y
1.917/1.919);

-Dos (2) a México (en 1.917 y 1.918 bombardea el Puerto de Veracruz);

-Seis (6) a Honduras;

-Cinco (5) a Santo Domingo, país que permaneció ocupado por "marines" desde
1.916 hasta 1.924. Su última intervención fue en 1.965 para derrocar el
gobierno democrático de Juan Bosch y ante la resistencia del pueblo
dominicano al mando del Coronel Caamaño, el ejército norteamericano provoca
un enfrentamiento y logra controlar la situación, dejando el gobierno en
manos de una Junta Militar que convoca a elecciones amañadas y asume la
presidencia Joaquín Balaguer, quien durante la dictadura de Leonidas
Trujillo demostró ser el segundo de abordo y por ello ocupó durante el largo
mandato de Chapita (1.930/1.962), varias veces la presidencia de la
republica;

-Cuatro (4) a Nicaragua, la penúltima fue en 1.933, oportunidad esa que el
imperio tuvo que enfrentarse a la fuerzas heróicas comandadas por el General
de pueblos, Augusto César Sandino, quien muere asesinado en 1.933 y, la
última, en 1.985, cuando a través de fuerzas encubiertas paramilitares,
adiestradas y financiadas por la CIA, desestabilizan el régimen Sandinista y
fuerzas neoliberales de derecha logran de nuevo retomar el poder de la
República;

-Una (1) a Brasil ("En 1.964 la CIA lleva adelante una millonaria campaña
propagandística en contra de João Goulart, presidente del Brasil, que
culmina con un golpe de Estado" y la instauración de una dictadura militar
fascista que permaneció en el poder entre 1964/82). "Goulart, quien mantuvo
una política exterior independiente de Washington, había iniciado una serie
de reformas que limitaban las ganancias de las empresas transnacionales y
nacionalizó una subsidiaria de la ITT")

-Seis (6) a Panamá (la última en 1.989 a sangre y fuego para secuestrar al
Presidente Manuel Antonio Noriega, quien había sido uno de sus agentes en la
Agencia Central de Inteligencia. En esa operación, la aviación yanqui
bombardea en horas de la noche y sin aviso el casco viejo de la ciudad de
Panamá y mueren masacrados más de siete mil panameños);

-Incontables agresiones a Cuba (la invasión de Bahía de Cochinos en 1.961,
innumerables actos de terrorismo con la quema de las siembras de caña, los
intentos de asesinato a Castro, la voladura del avión de Cubana de Aviación
en aguas de Barbados, donde murieron 73 personas, la mayoría deportistas y
muchísimos otros de una atrocidad bárbara y de muy variado tipo, producto de
acciones organizadas y financiadas por la CIA, en complicidad con las mafias
cubano-americanas de Miami y de algunos personajes funestos de Centro
América que estuvieron muy ligados a los aparatos represivos de las
dictaduras de Rafael Leonidas Trujillo y de la dinastía de los Somoza;

-Una (1) a Costa Rica;

-Una (1) a Colombia (Los "marines" masacran en 1.928 a miles de campesinos
en la zona bananera de Cartagena);

-Una (1) a Haití (ocupado por infantes de marina desde 1.915 hasta 1.934);

-Una (1) a Puerto Rico (país ocupado a raíz de la guerra contra España y
convertido en colonia);

-Una (1) a Guatemala (agresión ocurrida en 1.954 con el específico objetivo
de derribar el gobierno democrático de Jacobo Arbenz, quien se había
atrevido a nacionalizar decenas de miles de hectáreas que estaban ociosas,
propiedad de United Fruit Company. Esa intervención la ejecutó la CIA con el
apoyo de militares traidores al mando del Coronel Castillo Armas y la misma
recibó el beneplácito y visto bueno de la OEA en el marco de la X
Conferencia Interamericana realizada en Caracas pocos meses antes de esa
agresión, escenario ese que sirvió para que el General Pérez Jiménez
recibiera de manos del Secretario de Estado de los Estados Unidos de
entonces, John Foster Dulles, la mayor condecoración del gobierno americano
por su dotes de estadista y defensor de la libertad en el Continente;

-Una a Chile en 1.973 (intervención que adelantó el imperio a través de la
colaboración activa y finaciera de la CIA, a un grupo de traidores fascistas
al mando del General Augusto Pinochet);

-Una (1) a Granada en 1.983, la cual produjo la ocupación de la isla por
marines norteamericanos varios años y el asesinato de su presidente Maurice
Bishop. El gobierno de Reagan justificó la agresión alegando que los cubanos
construían para el gobierno de la isla un aeropuerto que ponía en peligro la
estabilidad de los Estados Undios, el cual no tenía otro objetivo que
desarrollar el turismo. La obra se ejecutó después, conforme a lo programado
por el mártir Bishop;

Este tema que tiene que ver la política agresiva del país del norte, la cual
atenta flagrantemente contra la soberanía de nuestros países, debe ser
motivo del mayor estudio por parte de los pueblos de la América Latina. Es
un tema que hay que secarlo de los cenáculos de las academias y llevarlo
con un lenguaje claro y sencillo al seno del pueblo, de manera que sus
estudiantes de todos los niveles, las amas de casa, los trabajadores, los
profesionales, los militares de todos los rangos, en fín, la sociedad en
pleno, sean quien conozca la verdadera política internacional de los
Estados Unidos, por lo menos aquella que tiene que ver con sus vecinos del
Continente y tomen clara nota de que nuestro Libertador no se equivó, cuando
se preguintó: "¿Los Estados Unidos parecen predesdinados por la Providencia
para plagar la América de miserias en nombre de la libertad?".

No es posible que sigamos aceptando de manera pasiva sus tropelías
aberrantes, sin hacer nada. Hay que unir voluntades a nivel continental para
de una vez y para siempre ponerle freno a esa política intervencionista en
nuestros asuntos internos, la cual como lo hemos evidenciado, viene
auspiciando y llevando adelante dentro de la postura de quien pretende
erigirse, por decisión propia y sin que nadie se lo haya solicitado, en
supremo protector y velador de nuestros destinos y de nuestros sueños.

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Bibliografía consultada:

-Obras Completas del Libertador Simón Bolívar, Segunda Edición de 1.950,
ordenada por los Ministerio de Educación, Defensa y Relaciones Interiores;
-Bosquejo de la Historia Política de las Américas, de William Z. Foster;
-Breve Historia de América, de Carlos Pereyra;
-Anales de la Unión Panamericana y de la OEA;
-Bolívar, de Indalecio Liévano Aguirre;
-El Panamericanismo, Doctrina y Práctica Imperialista. Las Relaciones
Interamericanas desde Bolívar hasta Eisenhower, de Ricardo Martín

Pero la oposición, mientras tanto, convencida de que sus pretensiones de
sacar a Chávez con el referéndum no será posible, aplaude con inmensa
alegría ese vocerío imperial y a través de su vasto poder mediático trata de
vender la idea de que los Estados Unidos tienen razón en manifestar su
desagrado y protesta porque Venezuela ya no les hace caso y como muchacho
descarriado y malcriado en que ha parado, ha resuelto reunirse y entablar
amistad solidaria con un gobierno como el de Cuba, que todos los países del
hemisferio, a excepción de México, expulsaron de la OEA hace más de 40 años
y que tiene, al decir de uno de esos funcionarios mencionados "...un largo
historial de socavar a los gobiernos democráticos".






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Iván Oliver Rugeles


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