Vida y circunstancias que hizo surgir a un nuevo líder (II)

El ahora Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías, siendo un oficial activo del Ejército venezolano, funda en el año 1.982 junto a otros 3 compañeros militares el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, el lugar escogido para la juramentación de estos militares fue el sitio conocido como el Samán de Guere ubicado en el estado Aragua, desde ese momento Chávez le dedica tiempo a la conquista de adeptos militares para que se incorporen a su movimiento político, por lo que en su trabajo rutinario como oficial del Ejercito y en los diferentes lugares de la geografía venezolana donde fuera asignado está atento al perfil político que presentan sus compañeros, de menor y/o mayor graduación que él. Pasado algún tiempo Chávez los evalúa y quienes reúnen las condiciones para pertenecer al grupo les habla y los pone en conocimiento de lo que buscaba el Movimiento, entre los propósitos que hacía resaltar figuraba el rescate que había que hacer de Venezuela sometida a un infamante bochorno por algunos primeros mandatarios que, sin ninguna clase de recato, habían introducido en Miraflores a sus queridas como sus principales asesores y consejeras íntimas, permitiendo que ellas ejercieran el más amplio poder conocido en cualquier época de la historia presidencial del país, ya que quien quería obtener algún favor de parte del alto gobierno o ascender de grado a general o almirante dentro de las Fuerzas Armadas tenía que tener el visto bueno de estas señoras.

Bajo esta degradante situación padecida por Venezuela, Chávez insiste en darle fuerza a su Movimiento y cree haber llegado el momento de dar a conocer públicamente el descontento que existía dentro de la joven oficialidad militar un poco después que la población civil en los últimos días Febrero de 1.989 reacciona desesperada y violentamente ante las medidas económicas puesta en vigencia por el gobierno adeco de Carlos Andrés Pérez, reacción que fue fuertemente reprimida en Caracas por soldados traídos de otras partes de la república con la finalidad de que dispararan indiscriminadamente contra el pueblo desarmado. Esa vez los jefes militares pensaron que los integrantes de las tropas acantonadas en otros lugares del país dispararían a la población sin ninguna clase de miramientos pues era presumible que esos soldados no tendrían ningún familiar habitando en la zona, y es así como en los primeros días del mes de marzo del 89 todavía se produjeron muertos por disparos salidos de los fusiles de los soldados; de tal manera que la mortandad, es decir, el asesinato de venezolanos resulta muy elevado, todo como consecuencia de la orden emanada de la más alta magistratura y la anuencia del Ministro de la Defensa de entonces..

Chávez angustiado por aquel suceso y dolido profundamente porque pusieron a sus compañeros militares como los autores materiales de las numerosas muertes, incrementa su actividad y busca hacer contacto con dirigentes de algunas toldas políticas contrarias a la ideología de los partidos de gobierno, por lo que se expone a ser delatado; y así sucede. Pero aunque el necesario repliegue aplaca los ímpetus de Chávez, con un poco más de cautela sigue tejiendo su red para con ella atrapar el amplio sentir de repudio al Pacto de Punto Fijo, el cual no permitía que legalmente cualquier otro venezolano que no estuviera entre sus propios asociados pudiera obtener electoralmente la presidencia de Venezuela, ya que cualquier candidato que se postulara era neutralizado si lograba obtener la primera votación y era colocado en el escrutinio del Consejo Supremo Electoral en una posición que no pasara del cuarto lugar; tal como en 1.993 pasó con el candidato postulado por la organización Política conocida como la Causa R.

Aunque Chávez estaba bien vigilado por los organismos de seguridad del Estado, su astucia hace que algunos altos jefes militares no tomen en serio lo que de él se decía internamente y poco a poco va ganando su puesto como oficial abnegado, inteligente y cumplidor de sus obligaciones en todas las tareas que le son encomendadas, y después de varios cambios a diferentes destacamentos y cuarteles a lo largo del territorio nacional, llega a la brigada de paracaidistas Coronel Antonio Nicolás Briceño en la ciudad de Maracay y es de allí que arranca en la tarde-noche del 3 de febrero de 1.992 con un pelotón de tropas no muy numeroso para Caracas en la denominada Operación Militar Ezequiel Zamora; rebelión militar que ganará simpatía dentro del pueblo y lo convierte en el líder de una nueva época.

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José M. Ameliach N.


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